El pasado domingo 3 de Octubre A Coruña recibió a un invitado muy especial: El National Geographic Explorer. Ni sus dimensiones ni su apariencia externa lo hacen llamativo a primera vista, por lo tanto ¿que lo hace tan especial? Pues que cuando muchos cruceros navegan por el benévolo Mediterráneo o por las paradisiacas aguas del Caribe, nuestro protagonista cabalga por las inhóspitas regiones polares ofreciendo a sus pasajeros una experiencia dificilmente igualable.
El Explorer atracado en los muelles coruñeses. ¡Maldito cambio climático! 
(foto: Wikipedia)
Hace algunos años el turismo de expedición se puso de moda. Nada de ir de playa en playa y estar tirado en una tumbona degustando Mai-tais. A mucha gente «le va la marcha» y quieren que sus vacaciones sean una experiencia única para los sentidos, algo irrepetible, llegar a puntos en los que pocas personas han osado poner un pie. La tendencia no pasó desapercibida para la industria crucerística y Lindblad Expeditions, la naviera de este buque, puede considerarse una de las pioneras en este campo.
Desde hace unos años su proyecto va asociado al de la sociedad de divulgación científica National Geographic y ofrece con sus barcos itinerarios sorprendentes que abarcan las regiones más inexploradas del planeta. En el caso del National Geographic Explorer su hábitat natural es la Antártida partiendo de Ushuaia, o el Ártico con salida desde Bergen o las localidades cercanas.

 El N.G.Explorer en el momento de zarpar. 
Excelente foto tomada por mi amigo Jose Montero.
Si aquí no hay pingüinos ni osos polares, ¿que hace por estas latitudes, entonces?. Bueno, los buques de crucero rara vez están parados (la pasta, la pasta) por lo que cuando cambian de una zona geográfica a otra, aprovechan el viaje y realizan los llamados cruceros de reposicionamiento. Estos cruceros tienen una gran acogida porque suelen ser de una duración mayor de lo habitual y con unos precios más competitivos.

Botado en 1982 con el nombre de Midnatsol, el National Geographic Explorer pasó a formar parte de la Lindblad a finales de 2008. Tiene un registro bruto de 6.167 toneladas, 108 metros de eslora y 16,5 metros de manga con una capacidad máxima de 148 pasajeros.

El N.G. Explorer «cabalgando» sobre las olas en la salida.

 Su escala en el puerto herculino fue más bien breve ya que apenas estuvo atracado una hora, tiempo más que suficiente como para dejar a parte del pasaje y zarpar sobre las 8 de la mañana con rumbo al puerto de Muros, un destino más que inusual para los cruceros, pero que resulta perfectamente válido a efectos operativos si hablamos de naves de tamaño reducido. Allí recogió a los pasajeros y puso rumbo a Portugal.
Su salida coincidió con la entrada del USS Taylor, un buque de la armada norteamericana que vino a pasar unos días a nuestra ciudad para dar descanso a su tripulación.

 Unos que vienen, otros que van…
Como no hay mucho material fotográfico propio que resulte aceptable (mi amigo Jose me ha echado una mano en este aspecto) dejo aquí un vídeo que pude encontrar sobre el N.G. Explorer en Youtube. Es obra de la propia naviera y muestra el proceso de reforma  que tuvo lugar en 2008 cuando el Explorer pasó a manos de Lindblad