El pasado viernes el puerto herculino echó el cierre a una  intensa semana de gran actividad crucerística con el estreno en la ciudad, uno más y ya van ocho, del buque MSC Preziosa.

El MSC Preziosa es un buque espectacular con una soprendente historia detrás.

Sobre las séis de la mañana y procedente de Southampton el Preziosa cogía el práctico que sería el encargado de guiarlo hasta su punto de atraque situado en el habitual muelle de trasatlánticos. A bordo del buque de bandera panameña llegaron a la ciudad unos 3.400 pasajeros que pudieron disfrutar de una estupenda climatología para descubrir los rincones con mayor encanto de la ciudad o bien visitar los alrededores en alguna de las excursiones contratadas pese a que la duración de la escala fue bastante breve. Como suele ser norma en las escalas inaugurales a lo largo de la mañana se celebró a bordo del navío la tradicional ceremonia de intercambio de metopas entre miembros de la tripulación del buque, con su capitán Giuseppe Maresca al frente, y diversos representantes de estamentos locales.

El itinerario que trajo al MSC Preziosa a aguas de la ría herculina era un crucero de 13 noches de duración iniciado en el puerto de Zeebrugge (Bélgica) el pasado día 5 y que realizó escalas en Amsterdam, Hamburgo, Le Havre, Southampton, A Coruña, Lisboa, Gibraltar y Barcelona. La ruta concluyó en el puerto de Génova durante el día de ayer. MSC permitía para esta ruta realizar embarques en Amsterdam, Hamburgo, Le Havre o Southampton.

Construído en los astilleros STX France de la ciudad de Saint Nazaire y puesto en servicio en mayo de 2013, el MSC Preziosa en un buque de 139.072 toneladas de registro bruto que tiene unas dimensiones generales de 333´3 metros de eslora, 38 metros de manga, 67´7 metros de altura desde la línea de flotación hasta el «top» de la chimenea y un calado de 8´29 metros. En sus 18 cubieras, de las que 14 se dedican en exclusiva al pasaje, el Preziosa puede albergar a 3.502 pasajeros en capacidad normal a los que hay que sumar sus 1.390 tripulantes. La nave cuenta con un total de 1.751 camarotes de los cuales 1.125 (casi el 65% del total) presentan terraza privada. 6 restaurantes, 21 bares, 4 piscinas, 12 jacuzzis, 26 ascensores, un teatro con aforo para 1.700 personas, un casino, o uno de los más grandes spas puestos a flote son sólo algunas de las instalaciones que nos podemos encontrar a bordo. La parte mecánica presenta la habitual propulsión diésel eléctrica. Cinco motores diésel Wartsila (dos de 16 cilindros y los otros tres de 12) generan 71.400 KW y son los encargados de alimentar a dos generadores eléctricos que a su vez mueven las dos hélices del buque de forma independiente. Éstas se encargan de propulsar a esta preziosa dama hasta los 23´7 nudos de velocidad máxima. A proa la nave cuenta con 4 hélices auxiliares para ayudar durante las maniobras de atraque y desatraque. El MSC Preziosa está abanderado en Panamá y su coste constructivo fue de unos 470 millones de euros.

El MSC Preziosa es un gigante que presenta todas las características habituales de un megacrucero de última generación. No podían faltar las cubiertas atestadas de camarotes con terraza privada.

 Nuestro protagonista de hoy es el cuarto y último integrante de una serie de buques conocidos de forma genérica como Clase Fantasia, cuya saga abrió el buque homónimo en 2008. Tras el Fantasia llegaron el MSC Splendida (2009), el MSC Divina (2012) y nuestro MSC Preziosa. Estas dos últimas unidades presentan ligeras modificaciones respecto al diseño original de la serie y son un poco mayores en volumen que las dos primeras. Así explicado podría parecer que tras el MSC Preziosa se esconde una historia como la de tantos otros buques de nueva factura sin mayor relevancia más allá de unas cifras asombrosas propias de un buque de su envergadura pero nada más lejos de la realidad: ni el buque iba llamarse originalmente así ni siquiera sus actuales propietarios fueron los que dieron la orden de construírlo. Y es que la génesis de nuestro protagonista de hoy esconde una de las historias más rocambolescas de cuantas se hayan visto en los últimos años dentro de la industria crucerística.

La historia que gira entorno a la concepción del MSC Preziosa tiene miga…

Como mencioné antes el Preziosa entró en servicio en el año 2013 pero para relatar las curiosas circunstancias que rodearon al nacimiento de nuestro protagonista de hoy hay que remontarse un poco más atrás en el tiempo, concretamente a junio de 2010. Ese mes los astilleros STX France firmaron un acuerdo con GNMTC, iniciales de la General National Maritime Transport Corporation, para la construcción de un gran buque de pasaje. Si las iniciales de esta naviera no os suenan no os debe extrañar ya que se trata de una compañía estatal libia (sí, he dicho Libia). Al frente de la GNMTC se encontraba entonces Hannibal Gadafi, el quinto hijo del Coronel Muammar el Gadafi, el dictador que dirigió con mano de hierro los designios del país norteafricano durante más de cuatro décadas. Gadafi (hijo) se propuso introducir a su país en el próspero negocio de los cruceros para lo cual trató sin exito durante un tiempo chartear alguna nave que cumpliera sus exigencias pero una y otra vez se topaba con la negativa de todas las navieras que no querían que su negocio se relacionara con el régimen libio. Tras varios intentos infructuosos Gadafi se replanteó la situación: ¿y si en lugar de alquilar uno, Libia construía su propio buque de cruceros?. El dinero no era problema. De esta manera nacía el proyecto Phoenicia.

El MSC Preziosa estaba llamado a ser el buque Phoenicia.

El futuro Phoenicia tomaría como diseño base los buques de la clase Fantasia de MSC Cruises siendo  exteriormente una fotocopia del MSC Divina, último de la serie y que en esos momentos todavía estaba en construcción. Ahí se terminarían todos los parecidos con los buques de la naviera transalpina porque en el interior Hannibal Gadafi estaba dispuesto a darle su toque personal diseñando el mismo las principales áreas públicas del buque. La idea de Gadafi era que «su» buque mostrara al mundo todo el poderío económico del régimen libio y para ello nada mejor que un interior opulento nunca antes visto en alta mar, con materiales nobles revistiendo todas las superficies, enormes estatuas, ascensores panorámicos, cascadas de agua virtuales, columnas de mármol y espejos con marcos dorados. La joya de la corona estaba llamada a ser un gigantesco acuario de 120 toneladas situado en la zona de recepción del barco y que albergaría a dos tiburones blancos, dos tiburones toro y dos de punta negra atendidos en todo momento por un equipo de biólogos marinos que residirían en el barco a tiempo completo para atender las necesidades de los escualos. Sobre el acuario habría pasarelas acristaladas que darían a los pasajeros la sensación de estar caminando entre tiburones.

En estos dibujos se recoge de un modo algo esquemático el aspecto que tendría el enorme acuario de tiburones que albergaría el Phoenicia. La idea nunca llegaría a ver la luz del día.

El sueño megalómano de Hannibal Gadafi se vio truncado de raíz en febrero de 2011 al declararse la guerra civil en Libia en el contexto de la primavera árabe, un conflicto que finalizaría 8 meses después con la muerte del dictador. El hijo de Gadafi se vio obligado a huír a Argelia, donde vive exiliado en la actualidad y los astilleros STX France se encontraron de la noche a la mañana con un problema de dimensiones mayúsculas: un enorme navío a medio acabar ocupando sus instalaciones y que, por supuesto nadie iba a pagar. En el momento de anularse el contrato con la GNMTC, en junio de 2011, el futuro Phoenicia se encontraba al 45% de su finalización (el casco lo estaba en un 70%) y en su interior algunos de los extravagantes diseños de Gadafi ya habían tomado forma.

Vista de proa del impresionante MSC Preziosa. Las cubiertas más altas, la 15, 16 y 18 (los buques italianos no tienen cuibierta 17 por temas de superstición) albergan el MSC Yacht Club, una zona privada exclusiva sólo para ciertos pasajeros del barco que pueden disfrutar de sus propias instalaciones.

 Tras varios meses de inactividad en marzo de 2012 entró en escena MSC Cruises anunciando el acuerdo al que había llegado con STX France para hacerse con el buque inacabado y que sería rebautizado como MSC Preziosa. En esencia el buque fue finalizado siguiendo el patrón del MSC Divina, unidad practicamente gemela a nuestro protagonista de hoy y que en un principio estaba llamado a ser el último integrante de la Clase Fantasia. La fecha original prevista para la botadura del Phoenicia, prevista para diciembre de 2012 se retrasó tan sólo 4 meses, lo que habla bien a las claras de la capacidad de trabajo y de superación de dificultades de estos afamados astilleros galos. Tras el estreno del MSC Preziosa el proyecto del llamado a ser Phoenicia quedó como un mal recuerdo desapareciendo por completo… o casi: a modo de homenaje o simplemente como un guiño a su turbulento pasado en el centro de la cubierta 6 del MSC Preziosa se erige la Phoenician Plaza, un amplio salón cuya decoración con reminiscencias árabes invita al crucerista a pararse y tomar algo en una de sus mesas charlando quizás de la propia historia de la nave, una historia de lo que pudo haber sido y aforunadamente no fue.



Arriba: Nada recuerda a día de hoy el pasado libio del MSC Preziosa; el buque es externamente practicamente calcado a su compañero de flota, el MSC Divina.
Abajo: A modo de guiño a sus orígenes, en la cubierta 6 del Preziosa encontramos la Phoenician Plaza, que hace mención al nombre que en principio iba a tener el navío.

(Foto abajo: cruisetricks.de)

MSC es experta en pescar en río revuelto ya que anteriormente ya se había hecho con dos barcos en circunstancias parecidas. En los años 2003 y 2004 la naviera incorporó a su flota los buques MSC Lirica y MSC Opera, los primeros navíos de nueva construcción en la historia de la refundada naviera italiana, anteriormente conocida como Mediterranean Shipping Cruises (de ahí vienen las iniciales). Estos dos buques fueron construídos aprovechando dos slots que la por entonces inestable economicamente Festival Cruises había dejado desiertos en los astilleros Chantiers de l´Atlantique, los mismos donde nació el MSC Preziosa. Los slots, referidos a construcción naval, son reservas de tiempo dentro de un proyecto que establecen una preferencia a la naviera que así lo contrate para la posterior construcción de una o más unidades adicionales. Pasado un tiempo estipulado en el que dicha naviera no hiciese efectiva la opción del slot éste quedaría a diposición del astillero, que puede ofrecérselo a otros clientes. Ésto es lo que ocurrió con los dos citados navíos de MSC: a finales de la década de los 90 la ya desaparecida Festival Cruises firmó un contrato con los mencionados astilleros franceses para la construcción de dos nuevos buques basados en la clase Mistral, con opción de dos unidades adicionales. Tras la construcción de los que acabarían siendo European Vision y European Stars, la delicada situación económica que atravesaba Festival hizo que ésta no hiciera efectiva la opción de construír esa tercera y cuarta unidades. La quiebra a principio de 2004 de Festival Cruises fue aprovechada por MSC para comprar los dos buques recién construídos por la difunta naviera, el European Vision y el European Stars que pasaron a ser el MSC Armonia y el MSC Sinfonia respectivamente.

La adquisición del Lirica y de su gemelo Opera (en la foto) por parte de MSC  guardó ciertas similitudes con respecto a la compra de nuestro protagonista de hoy: naves naves destinadas en principo a otra compañía cuyas dificultades económicas hicieron que acabaran en manos de la naviera de Gianluigi Aponte. A diferencia de lo ocurrido con el Preziosa, los Lirica y Opera no estaban a medio construír cuando los adquirió MSC.

Volviendo al pasado viernes el MSC Preziosa dio por concluída su escala inaugural pasadas las tres de la tarde, momento en el que el megacrucero italiano soltó amarras y se fue separando lentamente del muelle, una maniobra seguida desde tierra por multitud de curiosos. También desde el propio barco, cuyas cubiertas superiores aparecían atestadas de pasajeros, que con el «Sailing» de Christopher Cross sonando por la megafonía de la nave a modo de banda sonora decían adiós a la ciudad que por unas horas los había acogido de manera tan entusiasta. Tras doblar el dique el Preziosa aumentó radicalmente su velocidad hasta alcanzar los 21 nudos en las inmediaciones de la Torre y poniendo rumbo a su siguiente destino, la ciudad de Lisboa. Tras este primer contacto con la urbe herculina la nave de MSC Crucerosya tiene confirmada su visita para el próximo año: será, de cumplirse las previsiones, el 14 de septiembre.

Minutos después de las tres de la tarde el MSC Preziosa se hacía de nuevo a la mar.
(Foto: Manuel Candal)

No quisiera terminar la entrada de hoy sin agradecer a mi amigo y habitual colaborador del blog, Manuel Candal, su aportación al post de hoy en forma de excepcionales fotos.

En 2018 volveremos a recibir en la ciudad a la más «preziosa» de todas las naves de cruceros.
Salvo las que así lo indican, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas