Lo normal es que un blog titulado «Cruceros en la Ciudad de Cristal» trate precisamente de eso; de los buques de cruceros que se acercan a nuestra urbe (que es conocida por este precioso apodo). Y habitualmente es así: a cada barco de pasaje que hace escala en nuestros muelles trato de dedicarle un pequeño espacio en esta página contando alguna anécdota o algún dato curioso del mismo acompañado de algunas fotos de su visita. Pero de forma excepcional se cuelan en el blog otro tipo de «especímenes» muy alejados de las formas «cruceriles» cuando la ocasión lo requiere, y creánme que esta vez la ocasión lo requería. Porque no todos los días atraca en nuestra ciudad uno de los mayores buques escuela del mundo, el orgullo de la marina de su país y, a fín de cuentas el de toda una nación, en este caso la peruana. Les hablo del Buque de la Armada Peruana Unión (BEV-161) que la pasada semana estuvo de visita en A Coruña.

El espectacular B.A.P. Unión fue la estrella de los muelles coruñeses estos días.

La estancia de este precioso buque escuela en A Coruña se enmarcó dentro del que es su segundo viaje de instrucción denominado VIEX 2017 (son las iniciales de Viaje de Instrucción al Extranjero) y que en esta ocasión tocará 15 puertos en 10 países distintos. La singladura se inició el pasado 21 de mayo desde la base naval de El Callao al mando del Capitán de Navío Franz Bittrich Ramírez y con una tripulación compuesta por 22 oficiales, 83 cadetes de tercer año de la Escuela Naval del Perú y 120 tripulantes, además de otros 4 oficiales de marinas extranjeras y 4 cadetes de diversas fuerzas del estado peruanas. Tras zarpar de su base el B.A.P. Unión inició su periplo haciendo escalas en Balboa y Colón (Panamá), previo cruce del canal transoceánico. A Continuación recaló en Jacksonville, Norfolk, Boston (E.E.U.U.) y Charlottetown (Canadá). Tras la parada en tierras canadienses el Unión inició el viaje trasatlántico llegando a Londres a finales de julio y desde allí hizo escalas en Hamburgo, Amsterdam, y Le Havre, puerto previo a su llegada a aguas herculinas. Tras su despedida de aguas gallegas el pasado sábado la nave continuará rindiendo visita a Lisboa, Cádiz y Sta. Cruz de Tenerife, volviendo a cruzar el Atlántico rumbo a Santo Domingo, Colón, Balboa y Guayaquil (Ecuador) para finalizar ya en territorio nacional en Palta y vuelta al punto de salida, El Callao, donde se pondrá fin a la singladura el próximo 7 noviembre tras casi 6 meses de travesía. Se trata del viaje más largo realizado hasta la fecha por el B.A.P. Unión, aunque claro está la cosa tiene truco…

Itinerario que realizará el B.A.P. Unión durante su segundo viaje de instrucción y que lo trajo por unos días a nuestra ciudad.
(Fuente: Fuerzas Armadas del Perú)

Y el truco está en que el Unión, el flamante buque escuela de la armada peruana, tan sólo atesora 12 meses de vida marinera sobre sus cuadernas. Fue comisionado a la marina de su país a finales de enero de 2016 y su primera singladura oficial tuvo lugar a finales del mes de julio del pasado año. Pero la crónica sobre el alumbramiento de este espectacular buque escuela que pueden ver en las fotos se inició mucho antes; ya en 1985 el gobierno peruano promulgó una ley que recogía la necesidad de contar con un buque escuela en su armada pero la complicada situación económica del país impidió llevar a cabo el proyecto. No fue hasta el año 2010 en el que se dieron unas condiciones económicas viables y adecuadas para la realización de la obra, que se oficializó en 2012. Paralelamente a la construcción del navío el gobierno peruano tuvo que solucionar el problema de la inexperiencia de los miembros de su armada en buques de este tipo para lo cual se firmaron acuerdos con otros países para llevar a cabo varios programas de formación. Así la primera tripulación del Unión realizó un período de aprendizaje a bordo del A.R.M. Cuauhtémoc mexicano y también participaron en los trabajos de reparación y acondicionamiento del buque escuela colombiano A.R.C. Gloria.

El Unión durante su maniobra de entrada al puerto herculino en la mañana del pasado martes.

El B.A.P. Union presume de belleza y de algo más; se trata no sólo del buque escuela más grande de todas las armadas de los países sudamericanos, superando a espectaculares ejemplares como el Guayas ecuatoriano, el Esmeralda chileno o el Libertad argentino, sino que es además el segundo más grande del mundo superado unicamente por el colosal S.T.S. Sedov ruso. Ha sido construído en territorio nacional, concretamente en los Astilleros Servicios Industriales de la Marina (SIMA) de El Callao, con el extra de orgullo que supone haber llevado a cabo semejante obra de ingeniería naval sin necesidad de depender de terceros si bien es verdad que en el desarrollo del proyecto participaron las firmas españolas CYPSA Ingeniería Naval y Navantia. El coste total de construcción del B.A.P. Unión ascendió al equivalente de unos 44 millones de euros. El Unión es el primer navío de instrucción diseñado y construído específicamente para tal propósito para la marina de guerra de este país sudamericano y aparte de su principal cometido que no es otro que el de formar a los futuros oficiales de su Armada, su función secundaria es la de ejercer como embajador de su país cuando el navío visita puertos internacionales.


Arriba: El Unión ejerce de embajador de Perú en aquellos puertos internacionales donde rinde visita.
Abajo: El buque escuela peruano en plena maniobra de salida, asistido por dos remolcadores.

El B.A.P. Union es un velero de 4 palos con aparejo de bricbarca de 3.200 toneladas de registro bruto y unas dimensiones principales de 115´5 metros de eslora total (incluído el bauprés), 13´5 metros de manga, un calado de 6´5 metros y una altura desde la línea de flotación de unos 53´5 metros. A bordo el buque tiene una capacidad máxima para 250 tripulantes aunque su dotación habitual son 100 personas. Su velamen está compuesto por un total de 34 piezas, 5 sobre el palo bauprés, 9 sobre el trinquete, 9 en el mayor proel, 8 al mayor popel y 3 en el mesana y que componen una superficie vélica total de 3.402 metros cuadrados, aunque para aquellos momentos en los que Eolo no está muy colaborador el Unión cuenta con un diésel Caterpillar 3516H que produce unos 1.825 KW que pueden propulsar al buque hasta los 12 nudos de velocidad máxima gracias a una hélice de paso variable de 4 palas de la firma Berg. A proa una hélice Rolls Royce facilita las maniobras de atraque y desatraque.

Durante tres días los coruñeses y todos aquellos que lo quisieron pudieron acercarse al muelle de Batería para conocer por dentro a este formidable buque escuela de manos de su propia dotación. Fue tal la expectación levantada que durante la primera jornada de puertas abiertas, la del miércoles, se formaron largas colas en las inmediaciones del muelle, problema que se solventó en los días posteriores agilizando el tránsito de personas. Una vez superada la escala de acceso un miembro de la tripulación nos obsequiaba con un folleto explicativo con algunos datos interesantes acerca del Unión y durante el «tour» por la cubierta principal muchos de sus compañeros aclaraban las dudas formuladas por los más curiosos, desde las dimensiones de la nave, los distintos términos con los que se denominan ciertas partes del buque, hasta cuestiones relacionadas con la vida a bordo. No todo eran temas náuticos: en uno de los salones principales se podía ver una exposición con diversos productos artesanales del país sudamericano.

Uno de los puntos que suscitaba más interés para el público a juzgar por lo solicitado que estaba a la hora de sacarle una foto era sin lugar a dudas la rueda de timón, de enormes
dimensiones y con el nombre del navío inscrito en el mismo, pero lo cierto es que allí
donde uno dirigiera la vista había preciosos detalles susceptibles de
ser retratados:  los botes, el telégrafo, la
arboladura completamente engalanada o la gigantesca enseña peruana
ondeando orgullosa en la popa. Algunos bitones de la cubierta aparecen rematados con el escudo de la nave y sobre éste se puede leer en latín el lema del navío: «cudendum character nautarum» o lo que es lo mismo, «forjando el carácter de los marinos», el principal propósito de este gigante velero del siglo XXI.


Arriba: Mil y un detalles de gran belleza a bordo del Unión, como los preciosos botes.
Abajo: Detalle de los bitones del barco donde se puede ver el escudo y el lema del B.A.P. Unión.

 Uno de los principales signos de identidad en esta clase de barcos son sin duda los mascarones de proa. A estas figuras decorativas situadas en el tajamar de los antiguos navíos se le atribuía desde sus orígenes un carácter protector y por ello en muchas ocasiones representaban imágenes religiosas o mitológicas. Los buques escuela modernos mantienen esta bonita tradición y en el caso que nos ocupa la figura encargada de velar por la seguridad del Unión es Túpac Yupanqui, apodado «El Resplandeciente». Este soberano incaico según recogen las crónicas navegó hacia la Polinesia con una expedición formada por más de 20.000 hombres que resultó todo un éxito y de la cual se regresó con ingentes cantidades de oro que fueron de vital importancia para la expansión del imperio inca durante su reinado. El mascarón de proa del Unión es una pieza de bronce tallada por la escultora Pilar Martínez Woodman.

Detalle del mascarón de proa del buque escuela Unión.

Tras cuatro jornadas de estancia en la rada herculina a primera hora del sábado el Unión retomó su viaje. Fueron muchos los curiosos que con las primeras luces del día se apostaron en la inmediaciones de la costa para ver la partida del buque escuela, entre ellos algunos súbditos peruanos dispuestos a despedir al mayor símbolo naval de su país. El Unión correspondió a tan cálida despedida haciendo sonar repetidamente sus señales acústicas y exhibiendo trapo al poco de soltar amarras, con las velas de estay y un par de foques alzándose en el cielo coruñés. Tras sobrepasar el dique el navío peruano fue incrementando su velocidad e izando más velamen lo que contribuyó a crear preciosas estampas del buque escuela surcando aguas de la ría coruñesa que fueron inmortalizadas con sus cámaras por los numerosos fotógrafos navales, shipspotters y demás curiososos situados a ambos márgenes de la ría. Desde aquí le deseamos Al BAP Unión y a su orgullosa tripulación buenos vientos por la proa y un feliz regreso a casa. Aquí en A Coruña tendrán siempre su segundo hogar.

Un ciudadano peruano despide al Unión desde las inmediaciones de la Torre de Hércules ondeando la bandera de su país.
Salvo las que así lo indiquen las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.