El pasado viernes el puerto herculino recibió la visita del buque Midnatsol. Sobre las siete de la mañana el navío de pasaje, operado por la compañía noruega Hurtigruten, maniobraba ya en aguas interiores de la ría para amarrar en el muelle de trasatlánticos. A bordo del pequeño pero vistoso buque nórdico llegaron a la ciudad unos 400 pasajeros que a su llegada a A Coruña procedían de Vigo, aunque la travesía comenzó hace unas jornadas en Lisboa y finalizará el próximo día 3 en el puerto de Amsterdam. Los precios para esta singladura de 10 noches de duración partían desde los 3.300 euros.
Construído en los astilleros Fosen Mekaniske Verksteder AS de la localidad noruega de Rissa, el Midnatsol,
cuyo nombre significa «Sol de medianoche», es un buque de
16.151 toneladas de registro bruto con unas dimensiones principales de 135´7 metros
de eslora, 21´5 metros de manga y 5´1 metros de calado. Su casco de acero especialmente reforzado le otorga a la nave tiene una certificación 1A1, que equivale a decir que está
capacitada para navegar entre hielos. El navío utiliza una propulsión diesel-eléctrica formada por dos motores Wärtsila de 9 cilindros y dos pods Aquamaster
que son capaces de impulsar el conjunto hasta los 18 nudos de velocidad
punta, si bien su velocidad de servicio habitual son 15 nudos. El Midnatsol cuenta con un buque gemelo, el Trollfjord.
En sus 6
cubiertas de pasaje el Midnatsol ofrece una capacidad para 1.000 pasajeros aunque su aforo se reduce a algo menos de la mitad cuando la nave es utilizada para cruceros convencionales, y es que este buque no es un buque de cruceros en el
sentido estricto del término sino que es un ferry o buque mixto de pasaje y carga
rodada con capacidad para 45 coches además de tener espacio para carga
refrigerada, aunque estas dos características se usan sólo en viajes
costeros y no cuando la nave realiza funciones de barco de cruceros.
A las 18:30 horas el Midnatsol se hizo de nuevo a la mar tras permanecer atracado en la ciudad gran parte del día poniendo rumbo a su siguiente destino, Bilbao, una vez doblado el dique de abrigo. La maniobra de salida resultó muy vistosa por el fuerte mar de fondo que hizo dar unos llamativos pantocazos al Midnatsol y que hicieron las delicias de los shipspotters que nos encontrábamos en los alrededores de la costa presenciando la salida del barco. A buen seguro que los que iban a bordo no encontraron este vaivén tan interesante. En el segundo semestre del año el Midnatsol repetirá visita a los muelles herculinos.
Las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.