El Queen Mary 2 es el protagonista de la semana en el blog y lo es no por haber hecho escala estos días en los muelles herculinos si no por la doble efeméride que rodea a este gigante de los mares; 2014 es el año en el que se cumple su décimo aniversario navegando y justo estos días (fue el pasado 9 de septiembre) se cumplen también 10 años de su visita inaugural a A Coruña. En esta segunda entrada especial dedicada al trasatlántico de la Cunard recordaremos aquella histórica jornada.
Histórica es quedarse muy corto. Aquel día no sólo suponía la entrada en los libros de historia de la ciudad herculina de esta colosal reina de los mares; la llegada del Queen Mary 2 a A Coruña significaba también batir el récord del barco de pasaje más grande jamás atracado en el puerto herculino, superando al buque holandés Oosterdam que con sus 81.769 toneladas ostentaba el título desde el 2003. Con algo más de 150.000 toneladas el Queen Mary 2 pulverizó ese registro. El día también destacó por la coincidencia en puerto de tres naves de pasaje; además de la «Reina» nos visitaron el Costa Marina y el Wind Surf pero obviamente su presencia se convirtió en una mera anécdota por culpa del mediático trasatlántico.
(Foto: Diego Freijeiro)
Nunca antes tanta gente se había concentrado en las inmediaciones de la costa para ver la llegada de uno de estos buques, personas que adelantaban su habitual horario de salida hacia el trabajo o para dejar a los niños en el cole para poder apostarse durante unos minutos en algún punto privilegiado y poder ver la silueta del carismático navío. Se hizo esperar más de la cuenta; la niebla de aquella mañana hizo que el Queen Mary 2 retrasase su llegada hasta poco antes de las nueve. A esa hora su imponente proa emergió de entre la bruma presente todavía en la ría coruñesa
(Foto: Diego Freijeiro)
El espectáculo de ver a este mastodonte navegando por aguas de la bahía era formidable y se convirtió en un auténtico espectáculo cuando se acercó más y más a su punto de amarre en el muelle de trasatlánticos empequeñeciendo todo lo que le rodeaba, incluidos sus dos compañeros de atraque durante aquella jornada que, ubicados en los muelle de Batería y Calvo Sotelo Norte, parecían embarcaciones auxiliares al lado del recién llegado.
(Foto: Diego Freijeiro)
Tras concluir con éxito la maniobra de atraque, una de las más impresionantes nunca antes vista en esta ciudad, el muelle se convirtió en un hervidero de actividad con decenas de autobuses esperando a pie de escala para recibir a la horda de turistas que el coloso británico albergaba en su interior con el objetivo de llevarlos a las excursiones contratadas. La marcha del Costa Marina a primera hora de la mañana permitió también que las puertas del muelle se abrieran para que cientos de curiosos pudieran pasear por el muelle de Calvo Sotelo y contemplar de cerca la belleza del navío de la Cunard a pocos metros de distancia. El ambiente festivo se apoderó de la ciudad en una jornada para el recuerdo. Pero lo mejor quedó reservado para el final. A media tarde, la hora de la salida del Queen Mary 2, los coruñeses tomaron la costa. Un auténtico ejército de curiosos buscaron hasta los rincones más inverosímiles para no perderse la maniobra de desatraque lo que provocó un impresionante caos circulatorio en alguna de las principales arterias coruñesas. Lo nunca visto. Pese a que la lluvia hizo acto de presencia nada podía arruinar un día de leyenda que quedará para siempre en los anales de la historia herculina. Lo que no sospechábamos entonces los aficionados al mundillo naval es que el Queen Mary 2 se haría tanto de rogar en su siguiente visita a la ciudad…
(Foto: José Manuel Cereijo)
….porque sencillamente no ha vuelto. Desde aquel ya lejano 9 de septiembre de 2004 somos muchos los que hemos aguardado con esperanza volver a ver al gran Queen Mary 2 surcando de nuevo las aguas de la ría coruñesa y cada año nos hemos quedado una vez más con las ganas. Sin embargo, a los más forofos, a los que como yo no nos importa desplazarnos muchos kilómetros para poder contemplar la belleza de estos navíos, nos queda el consuelo de que la reina de los mares es toda una asidua a la ciudad de Vigo, una estrecha relación entre el trasatlántico y la ciudad viguesa que comenzó a tomar forma desde antes de su botadura oficial, ya que el Queen Mary 2 tocó aguas olívicas por primera vez en la nochebuena de 2003 recién salido de los astilleros donde había sido construído y en un viaje en pruebas donde se testaron todos los sistemas para comprobar su correcto funcionamiento y se llevaron a cabo numerosas maniobras para que la tripulación se familiarizase con su nuevo buque. Aquel día, al igual que sucedería meses después en A Coruña, se desató la locura en Vigo por la presencia del descomunal barco. Los caprichos del calendario han querido que justo en el año en el que se cumple el décimo aniversario del inicio de su andadura comercial, el famoso navío no recale en ningún puerto de la geografía gallega.
10 años después mucho ha cambiado la historia; la industria del crucero ha evolucionado tan deprisa que hoy en día ya no suena extraño hablar de un buque de pasaje por encima de las 100.000 toneladas. No sólo eso; el auge del turismo de cruceros en nuestra ciudad ha sido tal en el último decenio que apenas giramos ya la cabeza al pasar por el puerto y ver atracado uno de estos palacios flotantes de tan acostumbrados que estamos a su presencia. ¿Podría volver a crear tal expectación la llegada de un buque a nuestra ciudad como la que en su día ocasionó el Queen Mary 2?. Es improbable. Quizás lo más parecido a lo vivido en aquellas fechas será lo que ocurra dentro de pocas semanas en la ciudad de Vigo cuando atraque por unas horas el Oasis of the Seas, el crucero más grande de todos los tiempos. A buen seguro el ambiente será increíble y los curiosos también se algoparán en la costa, pero no será lo mismo…
…Porque no hay nada que se asemeje al Queen Mary 2. Otros lo podrán superar en tamaño (de hecho el Oasis lo supera con creces) pero nada puede competir en belleza, elegancia, tradición, fama, e historia con el «Cunarder». Un prodigio de ingeniería naval único que aúna como ninguno la tecnología más puntera con la esencia más pura de la navegación trasatlántica. Por eso es toda una reina y por eso lleva 10 años reinando… y los que le quedan.