Tras un breve paréntesis  de dos semanas, la actividad crucerística regresó a la ciudad coruñesa el pasado martes con una escala que supone además el comienzo del segundo semestre del año en curso. La visita corrió a cargo del Aegean Odyssey, buque de discretas dimensiones y de estética poco llamativa pero que esconde algunos datos dignos de mención. Eso, unido a su condición de debutante en la dársena lo hacen más que merecedor del presente post.

 Hagan como la gaviota y pónganse cómodos que comenzamos.

Parece que al Aegean Odyssey la simple condición de debutante en A Coruña le sabía a poco y quiso dejar huella en nuestra ciudad desde el principio marcándose una de las llegadas más tempraneras que se recuerdan en este tipo de barcos. Así poco antes de las cinco de la madrugada (como lo leen) el pequeño navío de bandera panameña surcaba la ría herculina a la búsqueda de su lugar de atraque. Procedente de Burdeos el buque de la naviera Voyages to Antiquity trajo a la ciudad un selecto pasaje formado por apenas 350 pasajeros que estos días disfrutan de una singladura de dos semanas de duración con salida desde el puerto inglés de Dover para iniciar un periplo por varias ciudades francesas como Honfleur, St. Malo, Saint Nazaire, La Rochelle y la mencionada Burdeos antes de recalar en aguas gallegas. Tras visitar A Coruña el Aegean Odyssey continuó viaje hacia Leixoes poniendo punto y final a la ruta en Lisboa. A los que el viaje se les hiciera corto la naviera ofreció la posibilidad de continuar viaje más allá de la capita lusa durante otras dos semanas llegando hasta el puerto de Civitavecchia (Roma) tras visitar dársenas como la de Cádiz, Valencia, Barcelona, Marsella, Mónaco o Livorno (Florencia) entre otras.

El Aegean Odyssey fue madrugador como pocos.

La recalada este martes del Aegean Odyssey ha supuesto un debut por partida doble; por un lado se trata de la escala inaugural de este veterano navío en la ría coruñesa, y por otro es el estreno de la naviera Voyages to Antiquity en A Coruña, una gran noticia al tratarse de una nueva vía de negocio que se abre para el puerto herculino. Seguramente a casi ningún lector le sonará el nombre de esta singular compañía por lo que  a continuación voy a explicar un poco los orígenes de esta compañía.

Una nueva librea en el puerto herculino.

Voyages to Antiquity («viajes a la Antigüedad») es una naviera con sede en la ciudad de Oxford (Reino Unido) fundada en el año 2009 por Gerry Herrod. El de Herrod es uno de esos nombres imprescindibles a la hora de entender la industria crucerística moderna y es que este veterano británico de rostro afable ya se había embarcado antes en otros proyectos del sector como el de Ocean Cruise Line o el mucho más conocido de Orient Lines, marca esta última  que acabaría convirtiéndose en uno de los grandes nombres de la industria con una fama ganada a pulso gracias a su esmerado servicio y sus impresionantes y llamativos itinerarios a bordo de una joya de los mares como el buque Marco Polo, donde se ofertaban exóticos destinos como el sureste asiático, África o la Antártida que en la década de los 90 erancompletamente novedosos. Pero en el año 1998 la naviera Norwegian Cruise Lines absorbió a Orient Lines y pese a que la continuó explotando bajo su propio nombre destrozó el producto haciendo añicos la excelente reputación de la marca en poco tiempo. Tras varios años de vergonzoso declive finalmente el proyecto se cerró en 2008 cuando NCL decidió vender el mítico navío ex-soviético e hizo desaparecer de un plumazo el nombre de la exitosa naviera creada por Gerry Herrod. Afortunadamente la historia dará siempre justo testimonio de lo que en su día fue una de las propuestas más originales de esta industria.

El legendario Marco Polo luciendo en la chimenea los colores de la Orient Lines.
(Foto: Neven Jerkovic)

Con la creación de Voyages to Antiquity apenas un año después de la desaparición de Orient Lines, Herrod buscaba conservar el
espíritu de esta compañía tomando el mismo concepto de crucero cultural pero esta
vez centrado unicamente en el Mediterráneo. El nombre de la nueva naviera hace énfasis precisamente en esta idea que toma como líneas maestras para sus rutas aquellas regiones que son consideradas como la cuna de las civilizaciones en el Mare Nostrum como Roma, Egipto y Grecia. Con el paso de los años el concepto se ha modificado ligeramente eliminando al país africano de la ecuación por su complicada situación política y extendiendo la idea también al Atlántico ofreciendo cruceros por el norte de Europa, las islas británicas y la península ibérica pero siempre con singladuras caracterizadas por su elevada carga cultural. Dicha experiencia cultural que ofrece Voyages to Antiquity no sólo se encuentra al llegar a tierra sino durante las travesías hay invitados especiales a bordo para ofrecer charlas divulgativas acerca de la historia de los lugares que visita el buque. Otra particularidad llamativa de la naviera es que sus escalas en los puertos suelen ser más largas que en los cruceros convencionales para que el pasajero pueda «empaparse» más de todo lo que le ofrece el punto de escala. Por todas estas características la naviera Voyages to Antiquity ganó el Cruise Line Award en 2015 en la categoría de enriquecimiento del conocimiento (el rimbombante nombre que se le da a la categoría de crucero cultural) por delante de reputadas marcas del sector como Cunard, Azamara Cruises o Hurtigruten.

Voyages to Antiquity ofrece con el Aegean Odyssey un producto de gran calidad donde el principal atractivo es su elevada carga cultural.

Unos datos ahora del único buque de esta naviera y que es el protagonista de la entrada de hoy: Construído en el año 1973 en los astilleros rumanos Santierul Naval Galatz bajo el nombre de Narcis para la naviera israelí Zim Israel Navigation Co., el actual Aegean Odyssey es un barco de pequeñas dimensiones de 140´5 metros de eslora, 20´4 metros de manga y 6´1 metros de calado que tiene un registro bruto de 11.906 toneladas. En sus 7 cubiertas de pasaje puede albergar a 380 pasajeros a los que hay que sumar su tripulación formada por 180 personas. Comentar aunque sea de forma pormenorizada la biografía de este veterano de los mares con sus 43 años bajo sus cuadernas sería una labor titánica pero aún así trataré de hacer un breve esbozo de los principales avatares sufridos por este navío en sus más de cuatro décadas de carrera comercial.

La carrera comercial del Aegean Odyssey da para escribir 4 ó 5 posts.

El primer dato interesante de su vida lo encontramos en su propia génesis; el Narcis (nuestro Aegean Odyssey) no nació como buque de cruceros sino que lo hizo como RO-RO (buque de carga rodada) para lo cual lucía dos prácticas rampas a popa. El motivo de que durante su estancia en A Coruña no las viéramos es que en 1986 y tras su compra por parte de la compañía Dolphin Hellas, el buque sufrió una radical remodelación, una de las mayores de su época, para convertirlo en lo que es ahora: un auténtico buque de cruceros. Tras casi tres años de trabajos el «nuevo» navío fue rebautizado como Aegean Dolphin, nombre con el que operó durante una década con esporádicas excepciones cuando era charteado a distintas operadoras que decidían renombralo según su conveniencia. A partir de 1995 y pese a que su legítimo propietario no habia variado el barco fue rebautizado como Aegean I, nomenclatura bajo la cual trabajó en régimen de chárter para las navieras Epirotiki Line, Renaissance Cruises o Golden Sun Cruises entre otras.

Durante la brutal reforma sufrida a mediados de los 80 poco quedó de aquel ferry que había nacido bajo el nombre de Narcis. En la foto podemos ver los huecos dejados tras la eliminación de las dos rampas que el buque tenía a popa para la carga rodada.
(Fuente: cruisingtalk.com)

En 2005 la Doplhin Hellas vendió el Aegean I  a la chipriota Louis Hellenic Cruises que en un proceso de gran expansión necesitaba hacerse rapidamente con buques para ampliar su flota. Sin embargo problemas de índole legal impidieron a sus nuevos propietarios la explotación del buque y éste quedó amarrado durante un largo período en el puerto de El Pireo. No fue hasta 2009 con la aparición del nuevo proyecto de Voyages to Antiquity cuando el navío volvió a la actividad. Tras la compra por parte de esta nueva compañía el rebautizado como Aegean Odyssey fue llevado a Ermoupoli (Grecia) donde se le sometió a una profunda reforma para adecuarlo a las exigencias actuales. El principal cambio llevado a cabo durante estos trabajos fue la reducción de su capacidad de pasaje, que pasó de 580 a los actuales 380, con el objetivo de dar un mejor servicio a bordo otorgando un mayor espacio a cada pasajero. Otra de las modificaciones más llamativas fue la supresión de la sala de cine cuyo lugar pasó a ocupar una sala de lectura.

A falta de una manita de pintura y de escribir su nombre en la amura, el «nuevo» Aegean Odyssey luce flamantea pocas semanas de su estreno.
(Fuente: cruisingtalk.com)

Tras estos cambios nuestro protagonista de hoy vive a sus cuarentaytantos años una segunda juventud, una nueva oportunidad comercial para que pueda seguir surcando los mares y que
por desgracia no todos los buques de su edad pueden llegar a disfrutar.
Esperemos que el Aegean Odyssey y su naviera, Voyages to Antiquity
sigan gozando de muchos éxitos en los años venideros y que los coruñeses
seamos testigos de ese éxito con alguna que otra escala de este viejo
rockero oceánico en nuestro puerto. Volviendo al pasado martes y tras una larga estancia en la rada herculina finalmente el Aegean Odyssey se hizo de nuevo a la mar a las seis de la tarde poniendo rumbo a tierras portuguesas. Para volver a ver de nuevo por nuestras aguas a esta «odisea egea» tendremos que esperar: si todo va bien lo tendremos por A Coruña el 1 de septiembre… pero de 2017.

El Aegean Odyssey durante su salida del puerto coruñés el pasado martes transitando frente a los faros de Mera.

Salvo las que indiquen lo contrario, las fotos de esta entrada  han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.