El pasado jueves publicaba la primera de una serie de entradas sobre la historia del MV Oriana con motivo de sus 20 años de vida comercial. En el primero de estos posts repasé de manera breve los detalles de como se fue forjando el proyecto que dio lugar a este magnífico barco así como su proceso de construcción. Con el nuevo buque a punto de salir del astillero es hora de continuar con el relato; el Oriana es ya una realidad.

Tras su salida de los astilleros Meyer Werft y una breve parada en Hamburgo para realizar una inspección de su casco, el Oriana salió a mar abierto para realizar durante 10 días sus tests para verificar el correcto funcionamiento de todos los sistemas. Durante estas pruebas los buques son llevados al límite de sus capacidades  para comprobar su maniobrabilidad, tiempos de detención a diferentes velocidades, correcto funcionamiento de los botes salvavidas y de las aletas estabilizadoras o el comportamiento del buque a toda máquina entre otras muchas pruebas.

El Oriana atracado en la localidad de Leer tras su salida del astillero y a la espera de que la marea le sea favorable para continuar su camino hacia mar abierto.
(Fuente: orianaof1995.blogspot.com)

La importancia de estas pruebas es vital para el éxito del proyecto ya que cuando éstas se realizan el buque todavía pertenece al astillero y si los resultados de los tests no son satisfactorios la naviera puede negarse a llevar a cabo la compra; es por esta razón por lo que nada puede fallar y si algo lo hace hay que dar con el problema y subsanarlo en el menor tiempo posible ya que los retrasos en las fechas de entrega también están fuertemente multados. Para el caso del Oriana las pruebas se llevaron a cabo con éxito salvo por un problema con las hélices; durante las pruebas de velocidad se comprobó que en la popa del barco se producían unas vibraciones muy fuertes que se hacían especialmente notorias en uno de sus restaurantes, donde los cubiertos vibraban hasta caer de las mesas. Tras analizar el problema se comprobó que la causa del mismo era un defecto en las hélices que tenían un comportamiento anómalo a altas velocidades, un defecto de tal calibre que la naviera llegó a plantearse incluso rechazar el buque aunque finalmente llegó a un acuerdo con el astillero para solucionar la incidencia en una posterior entrada a dique seco. Mientras tanto el Oriana operaría a velocidades de 22 nudos como máximo para no generar las molestas vibraciones.

(Fuente: thyssenkrupp.com)

Tras solucionar este contratiempo y con el visto bueno de los directivos de la compañía, el 2 de abril el Oriana regresó a Emshaven (Holanda) donde el buque pasó oficialmente a manos de la P&O pasando a lucir la enseña británica (hasta ese momento lució bandera alemana). Tras la entrega a sus legítimos dueños el buque inglés, ya a los mandos del Capitán Gibb, puso rumbo a Southampton para celebrar en el que sería su puerto base su ceremonia de bautizo.

Dicha ceremonia tuvo lugar el 6 de abril enmedio de un ambiente festivo como hacía mucho no se recordaba en la ciudad. No era para menos; se trataba del primer crucero construído en exclusiva para el mercado británico. Un acontecimiento de tal magnitud tenía que contar con una madrina que estuviera a la altura y la elegida fue su Majestad la Reina Isabel II que tras los discursos de rigor se acercó al atril para pronunciar las ya famosas palabras “I name this ship ORIANA, may god bless her and all who
sail in her.”
(«Bautizo a esta nave con el nombre de Oriana. Que Dios la bendiga y a todos los que naveguen en ella»). A continuación accionó el mecanismo que impulsó la botella de champán contra el casco del buque derramando el espumoso líquido sobre el nombre del barco, un símbolo de la buena suerte que ya para siempre acompañaría al navío durante toda su carrera. El Oriana celebró el «champanazo» con un grave bocinazo, que acompañó a los aplausos de la concurrencia. Para finalizar la ceremonia la Reina subió a bordo de la nave para realizar un recorrido por sus interiores y cuando todo hubo finalizado comenzó un trabajo frenético para preparar al buque para su ruta inaugural cuyo inicio tendría lugar 72 horas después.

El Oriana contó con una madrina de excepción; la mismísima Reina Isabel II.
(Fuente: orianaof1995.blogspot.com)

Y finalmente llegó el 9 de abril. Tras más de 6 años desde que surgiera la primera idea, se conocieran los primeros bocetos y un largo proceso de construcción que tuvo que superar varios obstáculos y un coste total aproximado de 280 millones de euros, el nuevo buque insignia de la naviera P&O, el MV Oriana, zarpaba desde la terminal Mayflower de la ciudad de Southampton para iniciar su primera singladura comercial que lo llevaría a visitar Funchal, Sta. Cruz de Tenerife, Lanzarote, Casablanca, Praia da Rocha y Lisboa entre otros puertos antes de retornar a Southampton. Acompañando al flamante navío por el estuario del río Test en su camino a mar abierto cientos de embarcaciones que lo escoltaron durante varias millas haciendo sonar sus sirenas. A bordo 1.850 privilegiados pasajeros o lo que es lo mismo todos los billetes vendidos para su primera travesía; también para las siguientes, lo que demostraba el éxito que era ya el Oriana, un éxito que acompañaría a este portento flotante en sus siguientes 20 años de carrera.

Un escuadrón de lanchas y botes particulares escoltaron al Oriana durante su salida de Southampton aquel 9 de abril de 1995.
(Fuente: orianaof1995.blogspot.com)

20 años que dan para muchas anécdotas, más si tu trabajo es patearte los mares de medio mundo, una dura labor que te hace ser proclive a tener algún percance  pero aún así el capítulo de incidencias del Oriana no es muy extenso. El primer gran acontecimiento en la vida comercial del buque británico no fue negativo pero sí muy emotivo y tuvo lugar en 1997. El 25 de septiembre de ese año el Oriana fondeó en Cannes coincidenciendo con el SS Canberra, que se encontraba realizando la última travesía de su carrera comercial. El encuentro no fue casual sino que se programó con el objetivo de realizar el traspaso oficial del Golden Cockerel, el galardón que ostenta el buque más rápido de la flota P&O y que desde ese momento pasó a manos de nuestro protagonista. Son ya 18 años los que el gallo dorado lleva luciendo en el puente de mando del Oriana sin que nadie hasta la fecha haya podido arrebatárselo.

El traspaso del Golden Cockerel del Canberra al Oriana se produjo en un encuentro que tuvieron ambos buques fondeados en Cannes.
(Fuente: orianaof1995.blogspot.com)

El primer incidente serio en la vida de nuestro protagonista tuvo lugar el 26 de mayo de 2000 cuando  el Oriana se vio envuelto en un operativo de rescate mientras se encontraba en navegación desdela isla de Cerdeña a Croacia. Durante la travesía el navío inglés recibió un SOS del mercante turco Orsay, que se hundía rapidamente en una zona próxima por lo que el entonces capitán del crucero, Michael Fatchen, invirtió el rumbo para dirigirse a la posición dada por el mercante. Cuando el Oriana llegó a las coordenadas dadas por el Orsay éste ya se había hundido y el crucero rescató a nueve tripulantes que se encontraban en una balsa salvavidas. Tras ser atendidos por el equipo médico del buque el Oriana puso rumbo al puerto italiano de Brindisi para desembarcar a los náufragos y posteriormente continuó su viaje. La prensa internacional alabó la actuación del capitán Fatchen y la de toda su tripulación.

A lo largo de su vida comercial el Oriana se ha visto envuelto en varios incidentes.

No habría de pasar mucho tiempo desde el naufragio del Orsay para el siguiente suceso de importancia sufrido por nuestro protagonista. El 28 de septiembre de ese mismo año el Oriana escapó de una cita con el desastre durante un crucero trasatlántico entre Nueva York y Southampton cuando el buque fue golpeado por una ola gigante de 12 metros cuando navegaba a unas 600 millas al oeste de Cork (Irlanda). El accidente provocó la inundación de varios camarotes y obligó a modificar el itinerario del crucero aunque afortunadamente no hubo heridos de consideración entre el pasaje y la tripulación.

A partir de entonces la vida comercial del Oriana ha transcurrido de manera tranquila y sin percances relevantes siendo más noticia pos sus visitas programadas al astillero que por incidentes de navegación. Para mantenerse en perfecto estado el Oriana es frecuentemente sometido a reformas y mejoras que permiten al buque inglés estar actualizado y listo para competir con las cada vez más frecuentes nuevas construcciones de las navieras. De las reformas sufridas cabe destacar la llevada a cabo en diciembre de 2006 cuando el navío de la P&O, que por aquel entonces contaba con 11 años, fue puesto al día gracias a la remodelación de la mayoría de las estancias públicas así como los cambios de decoración en los camarotes con una reforma cuyo coste alcanzó los 17 millones de euros. Aunque más allá de las modificaciones en el interior lo más destacado de la reforma de 2006 fue el cambio de registro que pasó del Reino Unido a Bermudas. La razón esgrimida por la P&O para este cambio, que se extendió al resto de la flota, fue que el registro bermudeño permitía celebrar bodas en el mar aunque es evidente que además de este motivo el cambio de bandera permite una fiscalidad más reducida. De esta manera el clásico puerto de registro de Londres que aparecía bajo el nombre de cada buque de la compañía desapareció tras varias décadas de uso.

En la reforma de 2006 uno de los cambios externos más significativos en el Oriana fue la desaparición de Londres como puerto de registro.
(Fuente: simplonpc.com)

La siguiente gran reforma tuvo lugar en noviembre de 2011 cuando el Oriana regresó a Hamburgo para una nueva revitalización en los astilleros Blohm & Voss que duraría poco más de un mes. Al igual que sucediera en 2006 el buque británico, además de los habituales trabajos de tipo técnico, recibió una puesta al día en sus interiores con la inclusión de un nuevo restaurante, la modificación de varias áreas públicas, la adición de 27 nuevos camarotes en la cubierta 8 y la incorporación de un nuevo equipamiento multimedia en el teatro principal de la nave. Pero los principales cambios que sufrió el Oriana durante esta carena fueron dos: por un lado la colocación de un «ducktail» en la base de la popa con el fin de
ganar mayor estabilidad y reducir el consumo de carburante de la nave. Por otro lado su nuevo rol dentro de la compañía ya que en la reforma el Oriana pasó a ser un buque sólo para adultos en el que tanto la temática de los cruceros como las instalaciones a bordo se orientaron los solteros y las parejas sin hijos. En cierto modo en la reforma de 2011 el Oriana, que ese año celebró su 16º aniversario, se hizo «adulto».


En la reforma de 2011 el cambio estético externo más desatacado fue su nueva popa tipo «ducktail».
(Fuente: orianaof1995.blogspot.com)

Un año después de esta reforma, en 2012, el Oriana formó parte de una de las mayores celebraciones relacionadas con el mundo marítimo jamás vista antes en el Reino Unido. Ese año la naviera P&O cumplía su 175 aniversario y un evento de tal magnitud había que celebrarlo por todo lo alto. El 3 de julio de 2012 se dio cita en Southampton toda la flota de la naviera en un acontecimiento bautizado como «The Grand Event» que atrajo a miles de personas a los muelles de la ciudad para contemplar la insólita estampa de los 7 buques de la P&O atracados al unísono en el mismo puerto. El plato fuerte de la jornada se vivió a media tarde cuando los integrantes del evento zarparon en convoy rumbo a sus respectivos destinos. La escuadra, comandada por el más pequeño de la compañía, el Adonia, surcó el estuario del río Test en perfecta formación bajo la atenta mirada de los miles de curiosos agolpados en la costa y bajo la supervisión de su alteza real la Princesa Ana, que pasó revista a la flota desde el buque THV Patricia. La imagen de los 7 buques de la compañía navegando al unísono por aguas de Southampton quedará para siempre en el recuerdo de los británicos y forma ya parte de la ilustre historia de esta mítica naviera.


Arriba: el 3 de julio de 2012 con motivo de la celebración del 175 aniversario de la P&O se dio cita en Southampton toda la flota da la compañía.

Abajo: A media tarde los siete buques de la naviera zarparon en perfecta formación: Adonia, Ventura, Arcadia, Aurora, Oriana, Azura y Oceana. Una foto para la historia.
(Fuente: P&O)

Más adelante continuaremos repasando la fascinante historia de este formidable navío…