Con motivo del 100 aniversario de la catástrofe del Titanic muchos han sido los homenajes realizados en varios rincones del mundo, pero sin duda el más destacado ha sido el llevado a cabo por la empresa Miles Morgan Travel: un crucero conmemorativo recreando el viaje inaugural (y final) del R.M.S. Titanic.
El buque escogido para la ruta fue el Balmoral de la naviera Fred. Olsen Cruise Lines, que no es que tenga un gran parecido con el infortunado transatlántico de la White Star Line pero al menos guarda una relativa semejanza en tamaño con aquel. Realmente sería muy complejo encontrar en la actualidad un buque parecido al legendario navío inglés (yo diría que imposible); yo me decantaría por el Queen Mary 2 por aquello de ser un verdadero transatlántico (el único en servicio a dia de hoy) a diferencia del resto de buques de la industria que son barcos de crucero.
Como la idea resultaba de lo más original era lógico pensar que tendría un enorme éxito lo que se ha traducido en un negocio muy lucrativo: La idea del crucero conmemorativo nació hace ahora 5 años y los pasajes, cuyo precio oscilaba entre los 4.400 y los 9.500 euros se vendieron en su totalidad hace dos años, lo que demuestra que la marca «Titanic» sigue siendo una auténtica máquina de hacer dinero.
La experiencia Titanic buscaba recrear al milímetro aquel legendario viaje con tan triste final. para ello se cuidaron hasta los más pequeños detalles. A bordo del Balmoral viajaban 1.309 pasajeros, la misma cifra que en aquel viaje de 1912 (recordemos que el Titanic iba literalmente medio vacío en su viaje inaugural). La ruta a seguir también era la misma, con salida en Southampton y llegada a Nueva York, tocando los puertos de Cherburgo y Cobh. A bordo tambien se buscó emular aquella travesía; los pasajeros vistieron ropas de principios de siglo XX, los menús del restaurante se inspiraron en los del viaje inaugural del transatlántico y hasta en un homenaje de lo más tétrico, una orquesta de música interpretó durante el viaje los mismos temas que amenizaron aquella travesía truncada de forma tan trágica.
Al menos en dos aspectos difirió éste al viaje original: en primer lugar el Balmoral lleva botes salvavidas suficientes para todos sus ocupantes, y en segundo lugar que en un alarde de originalidad el capitán prefirió continuar ruta hasta Nueva York en lugar de chocar poeticamente contra un iceberg e ir a hacerle compañía al Titanic en su tumba submarina.
La fecha de partida fue otra de las pequeñas variaciones con respecto al viaje original; el Balmoral inició la travesía el 8 de abril, 2 dias antes de lo que lo hizo el Titanic hace ahora 100 años y los motivos fueron técnicos; el Balmoral no está diseñado para navegar a las velocidades que alcanzaba el Titanic por lo que empleó más dias en realizar la ruta Southampton – Nueva York. Así el viaje conmemorativo tuvo una duración total de doce dias.
La travesía no estuvo exenta de dificultades, sobre todo en su inicio. Las malas condiciones metorológicas de las primeras jornadas obligaron al Balmoral a reducir su velocidad asi como a cancelar varios espectáculos a bordo por motivos de seguridad. Este contratiempo obligó a que la llegada a la ciudad irlandesa de Cobh se retrasara dos horas. El mal tiempo fue el terreno abonado para la prensa ávida de titulares que comenzó a hacerse eco de la noticia y explotar el filón indicando el gafe o la supuesta maldición que parecía cernirse sobre este viaje conmemorativo y todo lo que tiene que ver con el infortunado navío, como si desde su fría tumba en mitad del Atlántico el fantasma del Titanic quisiese impedirle al Balmoral llevar a cabo su misión.
Tan frecuente es el mal tiempo en una travesía transatlántica como que un pasajero enferme.
Si la cosa es grave hay que pensar en la evacuación y si la costa no se
divisa desde ningún lado entonces el aprieto es mayor.
Tras realizar la escala en Cobh y enmedio de unas condiciones
meteorológicas todavía adversas el capitán Bamberg dio aviso de que un
pasajero se encontraba gravemente enfermo y necesitaba evacuación
médica. La lejanía a la costa obligó al Balmoral a invertir el rumbo y a
retroceder 20 millas para facilitar la evacuación del cámara de la cadena británica BBC
Tim Rex, de 56 años, mediante un
helicóptero de la guardia costera.
El incidente provocó un pequeño
retraso en la travesía pero no impidió que el Balmoral llegara a tiempo
al lugar exacto del accidente del Titanic, donde estaban previstos los
actos centrales de este crucero. Las jornadas previas al gran homenaje fueron aprovechadas por el pasaje para asistir a una serie de conferencias realizadas a bordo por parte de expertos y en las que se trataron diversos aspectos sobre el malogrado transatlántico británico.
El sábado 14 de abril se convirtió en el dia grande del viaje. A media tarde el Balmoral llegó a las coordenadas donde tuvo lugar el hundimiento del Titanic (41°43’57″N, 49°56’49″W) para realizar allí varios homenajes a las víctimas de la catástrofe marítima. En el lugar le acompañaba el Azamara Journey, que había zarpado varias jornadas antes desde la orilla opuesta del Atlántico que el Balmoral, para sumarse a la conmemoración junto a éste el dia en el que tuvo lugar el accidente justo hace 100 años.
Se realizaron varios actos solemnes; A las 23:40, la hora exacta en la que el Titanic chocó contra el fatídico iceberg se guardó un sobrecogedor minuto de silencio y se lanzaron al agua tres coronas de flores en recuerdo a las víctimas mientras el Balmoral hacía sonar su bocina en mitad de la noche en señal de duelo. Tambien fueron leidos por parte del capitán los nombres de cada una de las 1.503 víctimas. Durante el homenaje la orquesta que viajaba a bordo del buque interpretó diversas piezas, entre ellas el célebre «Nearer My God
To Thee» (Más cerca de ti, Dios), el himno que según cuentan algunos testigos, la banda del Titanic
habría interpretado cuando el barco se hundió.
Tras el emotivo homenaje el Balmoral puso rumbo a Halifax (Canadá) a donde llegó el dia 16 para continuar con la conmemoración. Es en esta localidad de Nueva Escocia donde se encuentran enterradas la mayoría de las víctimas del naufragio.
Aunque sea de forma simbólica, el Titanic por fin ya ha cumplido su misión y sus restos ya pueden reposar en el lugar donde una serie de catastróficas casualidades quisieron que se quedara para siempre junto a gran parte de sus pasajeros y tripulación. Descanse en paz.
Extraordinario post, tanto en el material gráfico que expones como la narración de los acontecimientos, hasta el más mínimo detalle no se te escapa. Enhorabuena, amigo.