Sin apenas tiempo para tomarse un respiro, la presencia de buques de crucero en la ciudad es tal que resulta dificil ver vacío el muelle de transatlánticos estos días. Casi cerrando el mes de abril, el pasado domingo 28 el puerto de A Coruña recibió a un nuevo visitante, en este caso se trataba del Delphin, un buque de esos un tanto desconocidos pero que goza del encanto propio de los barcos ya entrados en años. El navío de bandera bahameña llegó a la ciudad pasadas las 08:00 horas procedente del puerto de Leixoes.

Un rápido vistazo a nuestro protagonista de hoy sirve para darnos cuenta de que se trata de una nave que ya ha vivido muchas aventuras a lo largo de su vida. Si repasamos un poco su historial veremos lo típico en un buque de su edad como son los múltiples cambios de nombre y de bandera, pero si nos remontamos en el tiempo bastante más atrás nos topamos con una hoz y un martillo y es entonces cuando la historia cobra interés.

Para empezar este relato tendremos que remontarnos a mediados de la década de los 70 y debemos hablar no de un barco si no de cinco. Ese fue el número de unidades que la naviera soviética Black Sea Shipping Company mandó construir para atender a su creciente demanda de plazas en las rutas por el Mar Negro y no se trataba sólo de transportar personas si no tambíen carga rodada por eso el encargo fue de cinco naves mixtas; ahí donde lo ven nuestro Delphin nació como un cruiseferry.

Genes de ferry: A proa del Delphin aún podemos ver la puerta, ahora ya sellada, 
por donde accedía la carga rodada a los garajes del buque.

Y no como uno cualquiera. Por aquel entonces los cinco buques gemelos, agrupados bajo el nombre genérico de Clase Belorussiya (en algunos sitios también se refieren a ellos como Clase Gruziya) eran de los más grandes del mundo comparándolos inclusos con unidades de países «capitalistas». Su construcción fue encargada a los astilleros Wartsila de Turku (Finlandia), todo una sorpresa puesto que lo habitual en el régimen comunista soviético era que sus buques se construyeran en astilleros de su país. Por aquel entonces la U.R.S.S. se encontraba inmersa en una política más aperturista lo que se traducía en que muchos contratos de este tipo se firmaban con otras naciones aunque siempre dentro de unas restricciones; en el caso que nos ocupa el encargo fue hecho a un país como Finlandia, que por aquel entonces se consideraba neutral.

Nuestro Delphin en sus inicios, bajo el nombre de Belorussiya y navegando 
bajo el enorme peso de una hoz y un martilo en su chimenea. Obsérvese el detalle 
de la rampa de popa para la carga rodada (a proa llevaba otra) que indica
su condición de ferry.
(Fuente: shipspotting.com)

El contrato incluía la construcción de cinco buques gemelos que contaban con un alto grado de tecnologia y amplias comodidades para sus pasajeros. Sus nombres fueron escogidos de los de repúblicas soviéticas y se denominaron por orden de construcción Belorussiya, Gruziya (Georgia), Azerbaizhan, Kazakhstan y Kareliya. Nuestro Delphin fue el primero de la serie, el Belorussiya, e inició su servicio comercial  en enero de 1975.  Por aquel entonces se trataba de un buque de 16.331 toneladas de registro bruto, 156.3 metros de eslora, 22 metros de manga y 5.9 metros de calado y en sus 9 cubiertas podía transportar a 872 pasajeros y un total de 256 coches a 21,5 nudos de velocidad máxima.

Detalle de la chimenea del Delphin.

Las cinco naves operaron en sus respectivas rutas con relativo éxito, pero pronto se vio que sus características no eran las más adecuadas al tipo de trabajo que realizaban ya que presentaban muy poca capacidad de transporte de vehículos en comparación al número de personas que podían albergar. Como los barcos presentaban unos estándares muy altos en lo referente al alojamiento del pasaje se decidió que, en lugar de reformarlos para aumentar los garajes, se reconstruyeran como buques de crucero dejando la zona habilitada para los coches reducida al mínimo.

Las cinco unidades pasaron por «quirófano» entre 1981 y 1986  siendo en este último año cuando lo hizo el  actual Delphin. Los trabajos de reconstrucción se llevaron a cabo en los astilleros Lloyd de Bremerhaven (Alemania) donde se le añadieron camarotes y espacios públicos en las cubiertas de los garajes y se le prolongó la superestrucutra hacia adelante.

En 1991 la desaparición de la U.R.S.S. hizo que por primera vez los Clase Belorussiya cambiaran de bandera y pasaran a ondear la insignia ucraniana pero fue por un breve espacio de tiempo. A mediados de los 90 la mala situación económica de la Black Sea Shipping Co. obligó a ésta a vender los cinco barcos de manera que estos acabaron en manos de diversos operadores dispersos por todo el globo, algo que dificulta el seguirles la pista.

El Delphin durante una de sus múltiples escalas en A Coruña, en mayo de 1998 
atracado en un emplazamiento un tanto inusual para este tipo de buques como 
es el muelle de Batería debido a la coincidencia con otras dos naves de pasaje.

¿Que le deparó el destino a nuestro Belorussiya?. Tras trabajar para la naviera monobuque Belorussiya Cruises CTC realizando cruceros por Australia durante el invierno y por Europa durante el verano, el buque fue llevado a dique seco en octubre de 1992 a Singapur para realizar diversos trabajos técnicos. Durante esos trabajos la nave sufrió una vía de agua que causó graves daños en sus interiores por lo que fue llevado a Alemania para su reparación y reconstrucción. Tras finalizar estos trabajos el buque completamente remodelado fue rebautizado como Kazakhstan II aunque su aspecto externo no cambio en absoluto. A finales de 1993 el buque comienza a operar para la Delphin Seereisen en régimen de chárter para el mercado alemán y dos años y medio después la naviera lo adquiere y le cambia el nombre por el que luce en la actualidad. Desde el año 2009 el Delphin ha ido saltando de chárter en chárter hasta llegar al que lo ha traido a A Coruña este pasado domingo, un trabajo para la Passat Kreuzfahrten.

Esta foto, aunque no tiene gran calidad, es un excepcional testimonio gráfico. 
En ella vemos al Belorussiya siendo remolcado hacia Alemania para ser reparado 
de los graves daños sufridos en Singapur. En la imagen se aprecia claramente 
el lamentable estado de la nave.
(Foto: Robert J. Smith)

Además del Delphin, otros componentes de este quinteto se dejaron ver hace años por nuestra ciudad bajo diferentes
identidades: el Azerbaizhan visitó A Coruña en alguna ocasión bajo el
nombre de Arkadia y durante algunas temporadas la presencia del Gruziya (bajo
el nombre de Van Gogh) también fue bastante habitual. Por su parte el
Kareliya nos visitó alguna que otra vez bajo el nombre de Olvia  y del
único que no he podido confirmar su presencia en aguas herculinas ha sido el Kazakhstan.

El Delphin durante una escala en 2001, aún con la bandera maltesa.

De los cinco camaradas soviets hoy en día siguen pateándose los mares tan sólo cuatro; el Kazakhstan fue desguazado en Alang (India) en 2012 tras pasar tres años abandonado a su suerte por la quiebra de sus propietarios. Sus cuatro hermanos siguen navegando, algunos con más pena que gloria, a la espera de un inevitable final en forma de desguace que cada vez está más cerca. De hecho durante varias semanas muchos rumores apuntaban a que el Delphin iría al desguace en breve apuntando incluso algunas fuentes que su actividad cesaría este mismo mes de abril.

Finalmente tan fatal desenlace no se produjo y de momento aún sigue en activo pero lo que no sabemos es por cuanto tiempo más. Los shipspotters gallegos al menos tenemos la satisfacción de que su vida se ha prorrogado lo suficiente como para poder verlo maniobrar una vez más en nuestras aguas el pasado domingo. Tras pasar gran parte de ese día atracado en el muelle de transatlánticos, el Delphin partió a las 22:00 horas rumbo a Gijón. Si tendremos la oportunidad de volver a verlo (tiene una escala programada en A Coruña para el 25 de septiembre) eso ya es otro cantar…

…así que cruzaremos los dedos.