Tal día como hoy, un 2 de noviembre pero de 2007, hacía su escala inaugural en el puerto coruñés el buque Jewel of the Seas. Fue su primera y hasta la fecha única visita a la ciudad.

Hoy se cumplen 10 años de la escala inaugural del Jewel of the Seas en A Coruña.

En una de las jornadas más importantes de ese año el espectacular buque propiedad de la naviera  Royal Caribbean atracó en la ciudad con 1.875 pasajeros a bordo, una cifra bastante por debajo de su capacidad real. Durante su estancia en la ciudad el Jewel of the Seas estuvo acompañado por un clásico de los mares, el ya desparecido Maxim Gorkiy, que se vió obligado a atracar en el muelle de Calvo Sotelo Sur debido a la colosal envergadura del principal protagonista del día. La escala del Jewel supuso además de todo un acontecimiento, el regreso de la naviera Royal Caribbean a la rada herculina tras 9 años de ausencia. A las 4 de la tarde el Jewel of the Seas dio por finalizada su escala inaugural en A Coruña poniendo rumbo a Southampton.

Durante su estreno en la ciudad los pasajeros del Jewel of the Seas disfrutaron de una soleada jornada, como atestiguan estas fotos del momento de su salida.

 Aquel día el Jewel of the Seas se convirtió en el segundo buque de pasaje más grande en arribar al puerto herculino en toda la historia, sólo superado por el mediático Queen Mary 2 y que había visitado A Coruña tres años antes. De todas maneras el puesto le duró poco ya que unos días después se estrenaba también en la ciudad su compañero de flota, el Navigator of the Seas, de dimensiones bastante superiores. El Jewel of the Seas es un buque de 90.090 toneladas de registro bruto que tiene unas medidas principales de 293´2 metros de eslora, 32´2 metros de manga y un calado de 8´1 metros. En sus 12 cubiertas de pasaje puede albergar a 2.110 pasajeros en acomodación normal en alguno de sus 1.055 camarotes, de los cuales 577 (el 55 %) presenta terraza privada. La tripulación las componen 858 personas.

Las enormes dimensiones del Jewel of the Seas quedan en evidencia en esta foto tomada a la nave durante su trayecto por el río Ems desde los astilleros Meyer de la localidad alemana de Papenburg donde fue construído. Durante la tortuosa travesía de más de 40 kilómetros los navíos, que se ven obligados a ir marcha atrás, tiene que superar numerosos obstáculos.
(Foto: autor desconocido)




La visita inaugural del Jewel of the Seas a A Coruña de la que hoy se cumple el 10º aniversario fue también relevante por tratarse de la primera escala en la ciudad de un buque de la clase Radiance. La Radiance Class es el nombre genérico que engloba a 4 unidades gemelas construídas en los astilleros Meyer de Alemania y que fueron introducidos a partir de 2001, a mi juicio los buques más bonitos con los que cuenta Royal Caribbean en su extensa flota de cruceros. La clase Radiance la componen por orden de aparición el Radiance of the Seas (2001), el Brilliance of the Seas (2002), el Serenade of the Seas (2003) y nuestro protagonista de hoy, que cerró la saga con su estreno en el año 2004.

Además del Jewel, el Brilliance of the Seas es el otro miembro de la clase Radiance que ha visitado A Coruña, donde debutó en mayo de 2012.

Ensombrecida en gran parte por haber sido lanzada dos años después de los mastodónticos y espectaculares navíos de la clase Voyager, los más discretos Radiance Class gozan no obstante de innumerables atractivos. Su principal seña de identidad a nivel exterior es el uso masivo de cristal; son los buques de la flota Royal Caribbean
con mayor superficie acristalada con unos 12.000 metros cuadrados de cristal especialmente reforzado para soportar las inclemencias del tiempo. Otro de los principales elementos diferenciadores de la Clase Radiance lo encontramos en su propulsión y es que a diferencia del resto de barcos de la compañía norteamericana el Jewel of the Seas y sus tres gemelos presentan una propulsión mediante turbinas de gas que sustituyen a los convencionales motores
diesel-eléctricos. Este tipo de propulsión permite reducir las emisiones a la atmósfera hasta en un 98% respecto a los buques de cruceros propulsados ​​por motores diésel. Esta característica también les permite alcanzar velocidades mayores, del orden de los 25 nudos.

Las toberas visibles a popa del Brilliance of the Seas, gemelo del Jewel, son uno de los ragos indicativos
de su especial propulsión mediante turbina de gas.

¿Volveremos a ver al Jewel of the Seas o a alguno de sus hermanos por la ría herculina?. Tengo la esperanza de que así ocurra pero no será a corto plazo, al menos no antes de 2020, fecha en la que salvo cambios de última hora Royal Caribbean ya ha confirmado a los buques Independence y Navigator of the Seas como únicos representantes de la naviera en la ciudad. Toca esperar.

Ya me tarda volver a ver un buque de la clase Radiance transitando por delante de la Torre de Hércules.
Salvo las que así lo inidcan, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas