Si con escribirle una entrada en el blog a todos y cada uno de los cruceros que hacen escala en A Coruña (y a veces también a los de Ferrol y a los de Vigo) no tuviera ya bastante, en ocasiones me gusta complicarme la vida (llámenlo afición, llámenlo masoquismo…) relatando las curiosidades que rodean a otros especímenes que surcan la ría herculina. Aquí reconozco mi debilidad en primer lugar por los grandes veleros y en segundo por los yates de diversa clase y condición. De éstos últimos además de su aspecto me atrae la historia que se esconde tras sus amuras, en la mayoría de los casos desconocida para el gran público; porque es fácil conocer todos los detalles de un megacrucero de 300 metros pero es muy complicado indagar en la biografía de alguna pequeña embarcación particular a pesar de que muchas veces esa historia es a mi juicio mucho más interesante. Hoy es una de esas veces.

Hoy el blog cambia los cruceros por los gansos.

A los que acostumbran a pasear por el dique de abrigo y recorrer su casi kilómetro y medio de longitud estoy seguro de que les ha llamado la atención la presencia desde hace ya algún tiempo de un hermoso yate atracado en la zona más distal del muelle de As Ánimas, a los pies de la Torre de Control Marítimo. Su nombre es Brave Goose of 1972 y ni sus atractivas líneas clásicas ni su tamaño (es con diferencia la nave más grande de los alrededores) pasan inadvertidos. Curiosamente lo que no se ve es mucho más sorprendente que lo que se aprecia a simple vista y no hablo de sus lujosos interiores, que también, sino de la truculenta historia que lo rodea o más bien que rodea a su ex-propietario y que daría para escribir un buen guión de una película de cine negro.

El ahora llamado Brave Goose of 1972 lleva varios meses formando parte de la estampa portuaria coruñesa.

Pero antes de meternos en harina conozcamos un poco mejor al que, muy a su pesar, es el protagonista accidental de este post. Se llama Brave Goose of 1972 pero en el momento de su construcción era un «ganso valiente» a secas. Fue construído en 1972 (y de ahí que ahora se llame así) por encargo de Sir Donald Gosling en los astilleros Toughs, empresa británica con sede en Twickenham a orillas del río Támesis, especializada en el diseño y construcción de yates de lujo. En su día el Brave Goose fue el yate más grande jamás construído en el Támesis. Es un barco de innegable belleza, con un registro bruto de 209 toneladas, de casco de acero y superestructura de aluminio y con sus cubiertas forradas en madera de teca. Sus medidas principales son de 35´05 metros de eslora, 6´4 metros de manga y 2´3 metros de calado. El Brave Goose of 1972 está equipado con dos motores diésel Gardner (8L3B) acoplados a dos hélices que pueden impulsar la nave hasta los 11 nudos de velocidad máxima. En su interior 4 lujosos camarotes dan cabida a 8 huéspedes que son atendidos por una tripulación formada por 7 personas.

 Momento de la botadura del Brave Goose en los astilleros Tough. En aquel momento era el buque más grande jamás construído a orillas del río Támesis.
(Foto: autor desconocido)

Como dije anteriormente si el Brave Goose of 1972 ha llamado mi atención lo suficiente como para reservarle un espacio en este blog dedicado habitualmente a los cruceros es por su anterior propietario, John Palmer, nombre que aquí en España a pocos les sonará (salvo en las Canarias) pero que en el Reino Unido era uno de los delincuentes más famosos del país. Digo «era» porque Palmer ha pasado a mejor vida y con ésto no quiero decir que el hombre haya retomado el camino recto sino que está muerto.
 

John Palmer junto a su mujer Marnie a mediados de los 80. Una típica foto familiar que no deja entrever los turbios asuntos que se esconden tras ella.
(Foto: autor desconocido)

La vida de John Edward Palmer esconde tras de sí un historial delictivo que daría para cubrir varias páginas. Nacido en 1950 en Solihull (Reino Unido) a los 15 años dejó el colegio para iniciar su prolífica carrera de negocios, en la mayoría de los cuales traspasó los límites de la legalidad. Ya en 1980 fue arrestado junto a uno de sus socios en el negocio de muebles que poseían por pedir préstamos usando documentación falsa, delito por el cual Palmer fue condenado a 6 meses de prisión. Tras su primer encuentro con la cárcel fundó un negocio de joyas y comercio de oro, Scadlynn Ltd. Pero es en 1985 cuando Palmer se hace mundialmente conocido a raíz de la investigación sobre el famoso robo del Brink´s-Mat de Heathrow de 1983. Éste es uno de los mayores atracos en la historia del Reino Unido ya que fueron sustraídos tres toneladas de oro en lingotes, diamantes y dinero en efectivo por valor de 26 millones de libras, el equivalente a 500 millones de libras al cambio actual. El botín nunca fue recuperado. La empresa de Palmer fue sospechosa de ser la encargada de fundir los lingotes de oro para su posterior venta en el mercado negro pero antes de ser acusado formalmente el empresario huyó con su familia a Tenerife tras deshacerse de todos sus  bienes. Tras su acusación Palmer acabó yendo a juicio en 1987 donde confesó haber fundido el oro pero desconociendo su procedencia, por lo que consiguió salir absuelto. Por estar involucrado es este proceso el empresario se ganó el sobrenombre de «Goldfinger».

A raíz del golpe al Brink´s Mat de Heathrow, Palmer pasó a ser conocido por el apodo de «Goldfinger».
(Foto: autor desconocido)

En el año 2001 Goldfinger fue llevado de nuevo a juicio, en este caso acusado de la mayor estafa por fraude piramidal en la historia del país que afectó a unas 20.000 personas y que se estimó en unos 30 millones de libras. En esta ocasión Palmer fue condenado a 8 años pero los intentos del estado por recuperar el dinero estafado fueron en vano ya que él se declaró en bancarrota a pesar de que por aquel entonces su fortuna se estimaba en unos 300 millones de libras. De los 8 años a los que fue condenado cumplió tan sólo la mitad pero resultaron muy productivos porque desde continuó manejando sus negocios ilícitos desde prisión. Tras cumplir condena el criminal se recogió en Tenerife, la isla que en los últimos años de su vida había sido su hogar pero en 2007 volvió a ser detenido, esta vez en España, por orden del juez Baltasar Garzón por sus actividades delictivas dirigidas desde prisión y acusado de blanqueo de dinero y tráfico de drogas. Permaneció en prisión 2 años hasta que en 2009 salió libre bajo fianza. Tras recuperar la libertad Palmer regresó a su refugio canario. Allí vivió los últimos años en una de sus más preciadas posesiones, su espectacular yate, el por entonces llamado Brave Goose of Essex, valorado en unos 6 millones de libras y que Goldfinger adquirió tras el golpe al Brink´s-Mat. El mismo barco que se encuentra amarrado en los muelles coruñeses.

El Brave Goose of Essex fue durante años el lugar de residencia de «Goldfinger» Palmer durante su estancia en la isla canaria de Tenerife.

Pero una vida tan agitada no podía tener un final convencional. El 24 de junio de 2015 Palmer fallecía en el jardín de su casa de South Weald, cerca de Brentwood en Essex. Tenía 64 años. Inicialmente se pensó que el polémico empresario había muerto por causas naturales pero posteriormente se comprobó que había sido asesinado mediante 6 disparos realizados con una pistola con silenciador. En el momento de su muerte Palmer estaba pendiente de juicio en España por cargos de fraude, posesión de armas de fuego y blanqueo de dinero y los rumores apuntaban a que estaba planeando colaborar con la justicia para evitar una posible condena de 15 años. La investigación de su asesinato se convirtió en un auténtico laberinto sin salida debido en parte a la gran cantidad de enemigos que Palmer se había granjeado a lo largo de su prolífica carrera delictiva. Tras su muerte se descubrieron más detalles sobre su modo de vida, como que su red de criminal había extendido sus tentáculos hasta negociar con la mafia rusa o que tenía la protección de un grupo de policías corruptos que le avisaban del curso de las investigaciones abiertas contra él o del movimiento de sus enemigos. Su fortuna estimada en el momento de su muerte alcanzaba los 500 millones de libras.

Lugar donde fue asesinado John Palmer en junio de 2015.
(Foto: autor desconocido)

Tras su muerte el Brave Goose of Essex permaneció atracado durante varios meses en el puerto deportivo de Tenerife a la espera de afrontar su incierto futuro. La embarcación fue comprada en marzo de este año por alguna empresa especializada en el alquiler de yates privados ya que navegando por internet es fácil encontrar al Brave Goose en numerosas páginas donde es posible alquilarlo. En los últimos meses el buque permanece amarrado al pie del dique de abrigo y frecuentemente se puede ver el trasiego de su tripulación en labores de mantenimiento de la nave, trabajos que en los últimos días parecen encontrarse próximos a su conclusión. Así que ya sabéis, si estáis interesados en alquilar un megayate (y sobre todo si la cartera os lo permite) el Brave Goose of 1972 es una interesante opción: un buque de preciosa línea clásica que perteneció a un personaje de truculento pasado apodado igual que el supervillano de una peli de James Bond. ¿Se imaginan lo que se ha tenido que vivir a bordo?. Si este ganso pudiese hablar…

Tras la muerte del empresario inglés el Brave Goose of Essex permaneció amarrado en Tenerife a la espera de que se solucionara su incierto futuro.
(Fuente: solarpix.com)

No quisiera terminar sin dar las gracias a mi buen amigo José R. Montero ya que fue él el que me descubrió esta insólita historia. Yo unicamente me he ocupado de rebuscar la información a través de decenas de páginas de internet.

El Brave Goose of 1972 en el que ha sido su hogar durante las últimas semanas, los pantalanes del muelle de As Ánimas. En la foto lo podemos ver atracado junto a la preciosa goleta Malcolm Miller.

Salvo las que así lo inidcan, las fotos de esta entrada han sido realizadas por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas