El buque AidaDiva, de la naviera Aida Cruises visitó la ciudad por unas horas en el día de ayer como parte de su actual itinerario. Su escala es reseñable no por ser la primera que una nave de cruceros hace en la ciudad en el presente ejercicio (con ésta llevamos ya 8) pero sí porque supone el pistoletazo de salida a la temporada alta de cruceros que en A Coruña comprende el período que transcurre entre mediados de abril a mediados de octubre. Comienza el baile de cruceros en aguas herculinas.

Hoy en el blog le echamos un ojo al AidaDiva.

Como suele ser habitual en los buques de la naviera Aida Cruises el Diva se plantó en la urbe herculina a primerísima hora de la mñana y cuando el reloj marcaba las siete maniobraba ya para atracar en el muelle de trasatlánticos con giro en aguas interiores incluído. Los dos mil y pico largo de pasajeros que van a bordo del buque germano se encuentran realizando estos días un crucero de 13 noches de duración que partió el pasado día 13 del puerto de Gran Canaria y que los llevará hasta tierras germanas no sin antes visitar Arrecife, Cádiz, Lisboa (de donde procedía a su llegada a nuestra ciudad), Dover, Le Havre (habitual parada de los cruceros para visitar París), Amsterdam y Gotemburgo. El desembarco final tendrá lugar en la dársena de Warnemunde. Como véis se trata de un itinerario muy atractivo y que salía muy bien de precio: desde 799 euros por persona para un camarote interior y desde 999 si lo queríamos con balcón.

Jugando al escondite: Detrás del buque del Instituto Español de Oceanografía Ramón Margalef y perfectamente camuflado se intuye la silueta del AidaDiva atracado en el muelle de trasatlánticos.

Pese a que pocos coruñeses quedarán a los que la silueta de este buque no les resulte familiar lo cierto es que el AidaDiva es de los integrantes de la flota Aida que menos visitas han realizado a nuestra ciudad. Si su cara nos resulta archiconocida es porque el AidaDiva forma parte de la Sphinx-Klasse («Clase Esfinge»), una prolífica serie de 7 navíos cuasigemelos basados todos ellos en un mismo proyecto inicial y del que nuestro protagonista de hoy fue la primera unidad que vio la luz, allá por el 2007. Tras él llegaron los AidaBella (su único gemelo exacto), Luna, Blu, Sol, Mar y Stella, todos ellos presentes en alguna ocasión en la ría coruñesa. De hecho el AidaLuna tenía prevista una escala hoy en A Coruña pero finalmente ésta se anuló por cambios en el itinerario. El gemelo del Diva, el Bella sí nos visitará en unos días.

Los «Aidas» son más alemanes que el chucrut sin embargo lucen bandera italiana  (por pertenecer a Costa Cruceros) aunque en la foto no veamos la tricolor transalpina. Al Diva en este caso lo delata su puerto de registro bajo su propio nombre: Génova.

Orientado en exclusiva al mercado germano, el AidaDiva es un buque de
68.500 toneladas de registro bruto que presenta unas dimensiones principales de 251´7 metros de eslora, 32´2 metros
de manga y un calado de 7´5 metros. En sus 13 cubiertas de pasaje puede
albergar a 2.500 pasajeros en capacidad máxima a los que hay que sumar a su tripulación compuesta por 646 personas. Fue construído en los astilleros Meyer Werft de la ciudad de Papenburg (Alemania) y su coste estimado fue de 315 millones de euros. El diseño del AidaDiva supuso en su momento una ruptura con muchos de los cánones
establecidos en la industria crucerística; basta como ejemplo de ésto
uno de sus rasgos más distintivos, el Theatrium, un espacio de unos 3.000
metros cuadrados a medio
camino entre un teatro convencional y un atrio situado en la zona
central de la nave y que cuenta con unas espectaculares vistas al exterior gracias a sus paredes totalmente acristaladas.

 Sin lugar a dudas el principal rasgo externo de los Sphinx-Klasse (aparte de ir maquillados como una puerta, claro) es la zona acristalada en la parte central y a ambos costados de la nave y que se corresponde con el Theatrium.

Tras una estancia de casi 12 horas a las seis y media de la tarde y puntual como un reloj el Diva comenzó a separarse lentamente del muelle de trasatlánticos y tras avanzar por aguas interiores y doblar el dique de abrigo aumentó revoluciones poniendo proa al norte rumbo a su siguiente destino, el puerto de Dover. Sin más visitas en la ciudad en lo que resta de 2018 despedimos al AidaDiva hasta el próximo año en el que volverá a dejarse caer por el golfo ártabro; será el 12 de abril de 2019.

Rumbo a Dover.

Las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.