Tras comentar algunos de los números más espectaculares de este gigante en la segunda parte de esta entrada especial, es hora de seguir desgranando todo lo que dio de sí la visita inaugural del Oasis of the Seas a la ciudad de Vigo el pasado 27 de septiembre.
Y es que es evidente que el mastodóntico navío de Royal Caribbean fue la estrella indiscutible de esa jornada en la ciudad olívica pero conviene también recordar que no fue el único protagonista del día; hubo otro buque de visita en la urbe viguesa y no hablo de un barco cualquiera sino de un auténtico «pata negra» de la industria crucerística como el Celebrity Infinity que pasó bastante más desapercibido que su compañero de atraque. Tal es la dimensión (también la mediática) del Oasis of the Seas que los curiosos que durante todo el día se acercaron a las inmediaciones de los muelles se referían al buque de Celebrity Cruises como «el pequeño», algo que nunca creí poder llegar a escuchar teniendo en cuenta de que hablamos de un navío próximo a las 100.000 toneladas.
(Fuente: La voz de Galicia)
La presencia del Celebrity Infinity junto al Oasis of the Seas sirvió para que la jornada del pasado sábado se convirtiera en una de las más concurridas en la historia del puerto vigués con casi 8.500 turistas llegados por vía marítima a los que hay que sumar las tripulaciones; en total un desembarco de unas 12.000 personas que dieron a la zona centro un aspecto sensacional junto a los miles de curiosos, muchos de ellos venidos de distintos puntos de la geografía gallega. Sin lugar a dudas algo que agradecieron (y mucho) los comercios de la zona. Para que nada fallase en el día crucerístico más importante del año las instituciones se volcaron ofreciendo una serie de actuaciones y servicios para el disfrute de los turistas: desde gaiteiros, bailes tradicionales y mimos hasta un grupo de azafatas para acompañar por el centro comercial situado a pie de muelle o información turística de la ciudad en inglés.
A media mañana tuvo lugar la protocolaria recepción de bienvenida que se les suele dar a los buques que tocan puerto por primera vez. En esta ocasión y ante lo especial del protagonista a la cita acudió el presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijoo, que junto a otros representantes como el presidente de
la Autoridad Portuaria, Ignacio López-Chaves, el alcalde de Vigo, Abel
Caballero, y el presidente y vicepresidente de la Diputación, Rafael
Louzán y José Manuel Figueroa entre otros fueron recibidos a bordo del gigantesco buque donde participaron en una visita guiada tras la cual tuvo lugar el habitual intercambio de metopas.
Tras una espectacular jornada con un ambiente indescriptible en la ciudad a media tarde comenzaron los preparativos para la marcha del coloso de los mares, prevista para las siete, aunque conscientes de la repercusión del acontecimiento muchos aficionados al mundillo naval comenzaron a situarse en los sitios más privilegiados de la costa dos horas antes. El espectáculo que se avecinaba bien valía la espera. A medida que pasaban los minutos la expectación iba en aumento, algo que no sólo se apreciaba en tierra firme con el incesante goteo de personas que se acercaban hasta las inmediaciones del muelle, sino también en el agua donde una enorme flotilla de embarcaciones particulares danzaban por los alrededores del enorme navío a la espera de que soltase amarras para acompañarlo hasta la bocana de la ría. La situación adquirió tal cariz que 30 minutos antes de la partida del Oasis la Guardia Civil tuvo que salir a poner orden y despejar la zona para garantizar que el enorme buque de crucero pudiese maniobrar con total seguridad.
Arriba: En los alrededores del muelle y en la terraza del cercano centro comercial no cabía un alfiler a la hora de la salida.
Abajo: También había expectación entre los propios pasajeros del Oasis of the Seas, que se agolparon en la proa para despedirse de la ciudad.