(Foto: Manuel Candal)

Como dije al comienzo de esta entrada la particular cumbre europea que tuvo lugar el pasado tres de mayo en la dársena herculina tuvo como invitados a un embajador alemán, uno italiano y otro español, pero
como suele ser habitual en este tipo de naves, los tres protagonistas
ocultan su verdadera nacionalidad bajo la siempre útil bandera de
conveniencia y así el italiano dice ser panameño (MSC Poesia), el
español súbdito maltés (Empress) y en el colmo del galimatías geográfico
el alemán (AidaMar) ondea bandera … ¡italiana!

(Foto: Manuel Candal)

Queda
claro que las dos primeras son banderas muy «convenientes» pero en el
caso del AidaMar la italiana no parece formar parte de ese grupo y hay que pararse un momento para explicar el porqué del uso de este pabellón. La
razón de que este buque luzca bandera transalpina es que su naviera,
Aida Cruises, pertenece a la compañía italiana Costa Cruceros (la del
Costa Concordia entre otros), que registra todas sus naves en el puerto
de Génova. Al respecto de este hecho y de la visita de uno de los
compañeros de flota del AidaMar publiqué una entrada hace unos meses en la que hacía hincapié en lo del tema de la bandera. Les dejo el enlace a
dicho post a continuación por si quieren echarle un vistazo: «Alemán, italiano…»

Vista de proa del AidaMar. Con cara de no haber roto nunca un plato.

Los cientos de curiosos que se acercaron a lo largo del día a la zona
portuaria para contemplar el espectáculo de ver los muelles atiborrados
de estas ciudades flotantes quizás clavaron sus miradas en el
descomunal tamaño del MSC Poesía, que debido a su especial emplazamiento parecía estar atracado en mitad de los cantones, o en el soberbio
AidaMar por su vistosa decoración exterior, pero yo voy a detenerme en
un instante en el componente más pequeño del trío, el más discreto
Empress, que estrenaba un nuevo «look» en la dársena coruñesa.

Hace
ya unos meses los directivos de Pullmantur Cruises dijeron aquello de
«renovarse o morir» y sometieron a toda su flota a un cambio estético
notable al incorporar a todos sus barcos la nueva imagen corporativa de
la compañía. El cambio ha sido radical, pasando los buques de lucir un
casco inmaculadamente blanco con detalles en color rojo a tomar el color
azul marino como predominante con tonos turquesa para los logos de la naviera y el nombre
de la nave. La impresión que da este cambio de imagen para el caso
concreto del Empress es que el buque se ha hecho «mayor»; ahora parece
más serio, quizás porque y un casco pintado en tonos oscuros en este tipo de navíos siempre retrotrae inevitablemente a la época de los antiguos «liners».

El Empress con sus nuevos colores.

A
mi modesto entender sus nuevos colores no le quedan mal pero personalmente
apreciaba mucho la anterior imagen corporativa de la compañía donde la
principal seña de identidad era la chimenea de color rojo coronada con
una letra «Ñ», que simbolizaba la españolidad de la compañía. Quizás
entre los motivos del cambio de imagen figure el hecho de que no corren
muy buenos tiempos para la marca «España», quien sabe…

Antes y después: En estas dos imágenes, tomadas con un año de diferencia podemos el cambio sufrido en la chimenea del Empress con su aspecto anterior (arriba) y la actual (abajo).

La
travesía que ha traido a nuestra ciudad al Empress es especial además
de por ser la primera en la que este buque luce sus nuevas galas por
otros muchos motivos. Como es habitual en las escalas de esta nave en
los últimos años, su presencia en A Coruña viene acompañada del hecho
especial de tratarse de una travesía que permite embarcar en el puerto
gallego, iniciativa que la naviera comenzó en el 2010 y cuya apuesta ha
mantenido desde ese año en nuestro puerto con dos travesías en cada
ejercicio con bastante éxito. La del pasado 3 de mayo es la primera del
2013 pero el 22 de septiembre repetirá experiencia en los muelles
herculinos.

Por si
todos estos motivos no fuesen suficientes para destacar la escala del
Empress por encima de las de sus dos compañeros de amarre también hay
que destacar la travesía tan especial que estos días realiza el buque
español. Se trata de un crucero temático de Eurovisión en el que habrá
numerosas referencias al icónico festival de la canción con varias
actividades relacionadas a bordo durante los 9 días de duración del viaje y que llevará a sus pasajeros a visitar los puertos de Bilbao,
Le Havre (para visitar París), Dover (para visitar Londres), Ijmuiden (para visitar Amsterdam) y Hamburgo, hasta llegar finalmente a Malmö
(Suecia), ciudad que este año acoge el famoso festival europeo de la
canción.

Entre las actividades realizadas durante la travesía los pasajeros podrán demostrar sus conocimientos del festival compitiendo en un Trivial especial o participar en un pequeño Festival de Eurovisión a modo de talent show. Para los más atrevidos, se realizará un quiz musical sobre las mejores canciones de Eurovisión e incluso los más pequeños podrán
vivir el espíritu del festival en las actividades del
club infantil. Por supuesto no faltará un karaoke con las canciones más
míticas del eurofestival como el «La la la» de Massiel o el «Waterloo»
de Abba. La guinda al frikismo eurovisivo a bordo del Empress la pondrá
el grupo El Sueño de Morfeo, representantes este año de nuestro país,
que embarcarán en el puerto de Bilbao y que actuarán a bordo antes de su actuación en la ciudad sueca el próximo día 18.
El MSC Poesia se cruza a su salida con el mercante Amuesa.

Tras compartir amarre por unas horas, los componentes de de esta minicumbre europea en tierras gallegas comenzaron a desfilar por delante de la Torre de Hércules en busca de su siguiente destino. El primero en abrir camino fue también el primero en llegar y a las 17:00 horas el MSC Poesia ya enfilaba la canal norte en busca de su siguiente destino, el puerto de Bilbao. En ese mismo puerto se encontraría al día siguiente con el Empress, que media hora más tarde zarpaba con el mismo rumbo y con 200 turistas más a bordo que habían embarcado en A Coruña. El AidaMar por su parte se mostró más apegado a nuestra ciudad y no reemprendió la marcha hasta que el reloj indicó las 19:00 horas con destino a la ciudad francesa de Le Havre. Lo que para el común de los mortales es un rumbo norte de manual los buques de Aida Cruises lo covierten en una suerte de navegación libre que les lleva a realizar un extraño rumbo zigzagueante con su proa enfilando hacia nuestro faro romano. Suponemos que en algún momento de la ruta iría metiendo timón a estribor porque si no el viaje a Francia se les debió hacer muy pero que muy largo…

Y con el AidaMar y su aberrante rumbo perdiéndose en lontananza finalizó esta histórica jornada. Tras ver los llenos de vida por espacio de unas horas resultó raro volver a verlos vacíos aún cuando sabemos que en cuestion de pocos días otra proa majestuosa asomará tras el Castillo de San Antón. Lo de que coincidan tres ya es más complicado pero volverá a suceder este año; será, si las previsiones se cumplen, el próximo 1 de septiembre con los buques Club Med 2, Nautica y Ocean Majesty.

El Empress durante su salida de la ciudad.


Como es habitual, mi especial agradecimiento a mi amigo Manuel Candal por las fotos suministradas, algunas de ellas tomadas en plena maniobra de salida y a pie de protagonista cual unidad móvil en busca de la noticia.