Este jueves hemos recibido a 2 nuevos visitantes en el puerto de A Coruña: Se trata del Seven Seas Voyager, que realiza su primera escala del año, y del Prinsendam, que toca puerto por tercera vez.
Ambos buques ya habían visitado la ciudad pero como el Voyager es menos habitual por estos lares empezaré por él.

Procedente de Bilbao, el Seven Seas Voyager tomó prácticos hacia las seis y media de la mañana permaneciendo en la ciudad hasta pasadas las siete de la tarde, cuando soltó amarras para poner proa a Leixoes. El buque, construido en los astilleros genoveses Mariotti en el año 2003 pertenece a la lujosa naviera norteamericana Regent Seven Seas cruises, una de las compañías más lujosas que surcan las aguas y que ofrecen toda clase de lujos a sus afortunados (y adinerados) clientes, desde la gastronomía más cuidada y elitista hasta un mayordomo personal por camarote. Un indicativo de su lujo es que la nave, a pesar de tener un tamaño medio-grande sólo alberga a 760 pasajeros en capacidad máxima (el Empress de Pullmantur, que tiene un tamaño similar, puede albergar 2.000 pasajeros en capacidad máxima)

El Seven Seas Voyager  tiene un registro bruto de unas 46.000 toneladas, 216 metros de eslora y 26,8 metros de manga. Navega bajo pabellón de Bahamas.

No menos lujoso que el Seven Seas Voyager es el otro protagonista del día; el Prinsendam de Holland America Line. La estampa de este buque en la ciudad es ya clásica y raro es el año en el que no realice un par de escalas, o tres, como ocurre en este 2010. Salvo cambios de última hora esta es su última escala del año.

El Prinsendam entró hacia las nueve de la mañana procedente del puerto francés de Le Havre y zarpó a las cinco de la tarde rumbo a Leixoes, al igual que el Seven Seas Voyager, por lo que seguirán viéndose las proas al menos una escala más. Construido en 1988, se trata de un buque algo entrado en años y pequeño en comparación con los grandes y modernos colosos que conforman la flota de Holland America Line, pero no se lleven a engaño: en lujo no tiene nada que envidiar al Seven Seas Voyager.
Con 37.845 toneladas de registro bruto, el Prinsendam tiene 204 metros de eslora y 28,9 metros de manga y transporta, o mejor dicho, hace las delicias de 843 pasajeros en capacidad máxima. Como todos los buques de su naviera, el Prinsendam también navega bajo bandera holandesa y luce orgulloso bajo su nombre el del puerto de Rotterdam.

CURIOSIDADES:

Cuando se botó, el Seven Seas Voyager era el segundo crucero en todo el mundo que contaba con balcón privado en todos sus camarotes. El primero fue su gemelo, el Seven Seas Mariner y a día de hoy pocas naves pueden igualar esta característica tan exclusiva.

El que las características del Prinsendam no concuerden con lo que es habitual en su naviera se debe a que es el único barco de la flota de Holland America Line que no fue construido para ellos (digamos que es de «tercera mano»)