Tal día como hoy, 15 de julio, pero de 1997 hacía su escala inaugural en A Coruña el buque Enchantment of the Seas de la naviera Royal Caribbean International.
El debut de este espectacular navío en aguas de Marineda fue todo un acontecimiento por varios motivos; en primer lugar porque hace dos décadas no era habitual ver barcos de semejante porte en nuestra ciudad, un tamaño que convertía a este «Encantamiento de los Mares» en uno de los buques de pasaje más grandes jamás construídos hasta esa fecha. Si ésto no fuese motivo más que suficiente para destacar esta escala entre las demás estaba el hecho de que el buque de la naviera norteamericana se encontraba en pleno crucero inaugural; apenas dos días antes había partido de Southampton lo que convirtió a A Coruña en el primer puerto oficial donde hacía escala el Enchantment of the Seas.
Construído en los astilleros finlandeses Kvaerner Masa Yards el Enchantment of the Seas tenía en el momento de salir del astillero 73.817 toneladas de registro bruto y unas medidas principales de 279´2 metros de eslora, 32´3 metros de manga y un calado de 7´62 metros. En sus 11 cubiertas de pasaje podía albergar a 1.950 pasajeros en acomodación normal en alguno de sus 975 camarotes de los que 212 (el 22%) contaban con terraza privada. La tripulación la formaban por aquel entonces 760 personas. El Enchantment of the Seas y su gemelo, el Grandeur of the Seas, figuran en la historia de la industria crucerística por ser los primeros buques de gran tamaño en incorporar un sistema de posicionamiento dinámico, que permite a estas unidades permanecer en una posición fija sin utilizar las anclas durante las escalas donde no se atraca en un muelle.
La expectación levantada por la presencia del Enchantment of the Seas en la ciudad fue máxima y a lo largo de la jornada se pudo ver un gran ambiente por la zona portuaria, incluso en el mismo muelle de trasatlánticos donde se entremezclaban los pasajeros que bajaban a tierra con los muchos curiosos que se acercaban para ver a este prodigio tecnológico. Eran otros tiempos claro está; tiempos felices en los que cualquiera que quisiese podía pasear a escasos metros de los cruceros sin ningún impedimento. Años después el salvaje atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York acabaría cambiándolo todo… El Enchantment of the Seas trajo aquel 15 de julio a nuestra ciudad a un total de 1.600 pasajeros que disfrutaban de una travesía de una semana de duración con final en Barcelona, el que sería el puerto base para sus rutas por el Mediterráneo aquel verano. El 2 de septiembre de ese mismo año el Enchantment repitió escala en los muelles herculinos en la que es hasta la fecha su última estancia en A Coruña.
La relación de Royal Caribbean con la urbe herculina fue muy estrecha a mediados de la década de los 90 del siglo pasado siendo bastante frecuente que los buques de nueva factura de esta naviera tocaran nuestra ciudad durante sus viajes inaugurales. La veda la abrió en mayo de 1996 el Splendour of the Seas, que visitaba A Coruña por primera y por el momento última vez. Al año siguiente fue el turno del Enchantment of the Seas, efeméride de la que justo hoy se cumplen 20 años, y en 1998 el debutante fue el Vision of the Seas, que no sólo visitó la nuestros muelles durante su viaje inaugural sino que protagonizó el 5 de mayo de ese año toda una hazaña en A Coruña al coincidir con los buques Black Watch y Funchal, convirtiendo la jornada en el primer triplete crucerístico en la historia del puerto coruñés.
En el año 2005 el Enchantment of the Seas fue sometido a una profunda reforma que incluyó el alargamiento de su casco mediante una sección prefabricada de 22 metros de longitud. Los trabajos tuvieron lugar en los prestigiosos astilleros neerlandeses Keppel Verolme de la ciudad de Rotterdam y duraron unos 2 meses. La nueva sección supuso la adición de 151 nuevos camarotes que ampliaron la capacidad general de la nave hasta los 2.252 pasajeros, además de expandir la zona de piscinas, crear un área de juegos acuáticos para niños y la aparición de dos puentes colgantes que quedaban suspendidos sobre el agua. Como consecuencia de la operación el Enchantment incrementó su registro bruto hasta las 81.500 toneladas y su longitud superó la barrera de los 300 metros, 301´8 metros para ser exactos. Otra consecuencia directa de haber «pasado por quirófano» es que el Grandeur y el Enchantmnt dejaron de ser como dos gotas de agua. En un principio su hasta ese momento gemelo también tenía aprobado un «facelift» similar al año siguiente pero los elevados costes de esta transformación hicieron que Royal Caribbean se lo pensase mejor y abandonara la idea centrándose en desarrollar sus nuevas clases de navíos.
20 años después de su estreno el Enchantment of the Seas es una de las unidades más veteranas de la flota Royal Caribbean sólo superada en edad por su gemelo Grandeur of the Seas, por el Majesty of the Seas (1992) y por el recientemente recuperado para la causa Empress of the Seas (1990). A nuestro protagonista de hoy lo suelen englobar dentro de la Vision Class, una serie de cuatro buques que no son gemelos sino que forman dos parejas de naves similares con Grandeur y Enchantment por un lado y Vision y Rhapsody of the Seas por otro. La reciente salida de la compañia de dos buques de la Vision Class como el Legend y el Splendour of the Seas podría significar que en un futuro no muy lejano el Enchantment of the Seas, aquel buque que asombró a los coruñeses hace justo hoy 20 años, seguirá el mismo camino e irá a parar a manos de otra naviera. En la actualidad el Enchantment ofrece cruceros por el Caribe de 3-4 días de duración desde su puerto base de Miami. En verano de 2018 al buque le toca mudanza cambiando las aguas de Florida por las del puerto tejano de Galveston.
Un último apunte antes de acabar relativo a las fotos del Enchantment of the Seas en A Coruña que ilustran parte de este post: sé que su calidad es bastante discutible pero los lectores sabrán perdonarme: era joven y aún no conocía las bondades de la fotografía digital. Aún así considero que, aunque de mala calidad, era obligado utilizarlas ya que constituyen cuando menos un documento gráfico interesante.