Hace unas semanas, concretamente el pasado 1 de junio, el Harmony of the Seas, el buque de cruceros más grande jamás construído, recalaba en el puerto de Vigo haciendo que la ciudad olívica estuviese en el centro de todas las miradas al convertirse de esta manera en la primera dársena española en recibir al gigante de los gigantes. Con motivo de tal acontecimiento publiqué en su día un post resumiendo lo que fue tan histórica jornada pero hoy quiero profundizar algo más en el protagonista en sí, este barco de los récords del que como se podrán imaginar podrían escribirse miles y miles de líneas describiendo sus increíbles características. Si bien el repaso será lo más conciso posible antes de nada quisiera plantear la siempre polémica cuestión estética.

Vista de proa del «elegante» Harmony of the Seas.

Y es que siempre que se habla de uno de estos nuevos gigantes de los océanos la controvertida cuestión aparece. ¿Es el Harmony of the Seas un barco bonito?. Creo que la respuesta está clara en este aspecto: rotundamente no. Hace ya muchos años que la estética perdió la batalla frente a la funcionalidad en la industria crucerística (si es que alguna vez ha ido por delante la primera). En la década de los 90 el sector comenzó un proceso de gigantización en el que las navieras empezaron a rivalizar por construír el buque de mayores dimensiones. Y si con el inicio de esta tendencia el apartado estético se resintió severamente, la llegada de la moda de los camarotes con balcón privado terminó por arruinarlo definitivamente. El ejemplo más claro de esto que digo es precisamente nuestro protagonista de hoy: Un buque de 360 metros de largo, 50 de ancho y 70 de alto que tiene 8 de sus cubiertas dedicadas practicamente en exclusiva a albergar camarotes con veranda (el término anglosajón que designa a los balcones privados) creando la apariencia de un descomunal panal de abeja compuesto por miles de celdillas. ¿Qué ha sido de las afiladas proas, las elegantes popas en suave caída o las cubiertas de paseo? Salvo contadas excepciones (Queen Mary 2) sólo las veremos en fotos en blanco y negro o en los libros de historia. Resígnense; esos tiempos sencillamente nunca volverán.

Albergar 1.291 camarotes con balcón exterior obliga a «tirar» hacia arriba y a darle una sonora bofetada a la estética.

Una vez zanjado el tema de la imagen es hora de analizar al Harmony of the Seas como lo que es; una espectacular obra de ingeniería naval y el mayor complejo de ocio flotante jamás creado por el hombre. ¿Cómo podríamos definir a este navío? Bueno, una buena forma sería como reza el encabezado: el barco total. Dicho de una manera algo más rebuscada pero que viene a expresar lo mismo: el Harmony of the Seas es un «oasis quantumificado». Puede sonar a galimatías pero enseguida comprenderán la idea y es que con la creación del Harmony, la naviera Royal Caribbean ha seguido fiel a la idea que lleva planteando en los últimos 15 años cada vez que construye un nuevo barco: Crear un parque de atracciones autopropulsado en el que subirse a bordo es la auténtica esencia del viaje siendo la travesía y sus escalas meros personajes secundarios. Para lograr alcanzar el clímax de este planteamiento Royal Caribbean ha cogido conceptos de sus dos últimas clases de buques, la Oasis Class y la Quantum Class, los ha añadido en una coctelera y el resultado obtenido tras agitarlo es este impresionante ingenio mecánico. El barco definitivo. Veamos ahora cuantas partes de cada ingrediente tiene este espectacular combinado.

La receta del éxito: 3 partes de Oasis, 1 de Quantum, una filigrana de novedad. Añadir cruceristas y rodear de agua.

Es evidente que por diseño estructural el Harmony of the Seas es un integrante de la clase Oasis, el tercero tras el Oasis of the Seas (2009) y el Allure of the Seas (2010) y pese a su colosal tamaño que convierte a estos navíos en los más grandes de su clase ésta no es su principal característica; lo es su inverosimil arquitectura, y es que visto desde popa el Harmony asombra: Un gran cañón de siete cubiertas de profundidad recorre el barco desde la línea central hasta la popa, un innovador diseño que provoca la aparición de estructuras hasta ahora insólitas como la presencia de camarotes interiores con vistas (¿o son camarotes exteriores sin vistas al mar?). Nunca antes hasta la llegada de la clase Oasis se había visto en el sector un concepto tan revolucionario.

La estructura central del Harmony of the Seas resulta sencillamente una locura con su enorme vano de siete cubiertas de profundidad.
(Fuente: Royal Caribbean)

Dicha revolución estructural alcanza incluso el modo de entender la vida a bordo. Dadas las colosales dimensiones del Harmony la naviera Royal Caribbean ha clasificado muy acertadamente todas las instalaciones de la nave en barrios o vecindarios dependiendo de su temática. Lógico. ¿acaso no estamos en una ciudad flotante?. Dejando al margen los alojamientos, que no se incluyen en ninguno en concreto, en total a bordo del Harmony of the Seas encontramos 7 vecindarios. En primer lugar tenemos Entertainment Place donde se ubican la mayoría de salones de ocio nocturno tales como el Royal Theatre, con aforo para más de 2.000 personas, el Casino Royale, el Jazz on 4, con espectáculos de jazz en vivo, Comedy Live o la pista de hielo, donde de noche se realizan shows de gran nivel. En segundo lugar el Royal Promenade, la gran calle comercial que atraviesa el barco de proa a popa  en las cubiertas 5 y 6 y que cuenta con innumerables tiendas, restaurantes y bares, entre ellos el Rising Tide Bar, un bar ascensor que se mueve arriba y abajo mientras nos tomamos una copa disfrutando de las vistas.

El Royal Promenade, además de numerosas tiendas y opciones gastronómicas, presenta numerosas obras de arte.
(Fuente: Royal Caribbean)

El tercer barrio es Pool & Sports Zone que comprende la zona de piscinas, los toboganes acuáticos, los rocódromos y los simuladores de surf, los ya emblemáticos Flowriders, además de todas las instalaciones deportivas casi todas ellas situadas en las cubiertas superores (15 y 16). El Vitality Spa & Fitness es el cuarto barrio, el que engloba al spa y al gimnasio, éste último dotado con numerosos aparatos de última generación que no tienen nada que envidiar a instalaciones que nos podamos encontrar en tierra firme. El quinto vecindario recibe el nombre de Youth Zone y es una extensa zona de más de 2.600 metros cuadrados dedicados al ocio de los más jóvenes con diferentes salas para 7 tramos de edad distintos. No falta de nada: Discotecas, salas de videojuegos… incluso se incluye una guardería para dejar a los más pequeños. Sé que es un repaso muy breve  para todo lo que ofrece este gigantesco barco pero explicar con detalle todo lo que ofrece el Harmony llevaría días. De todas maneras con motivo de la visita del Oasis of the Seas al puerto de Vigo hace ahora dos años ya dediqué una serie de posts especiales a describir sus interiores, que en distribución son los mismos que podemos encontrar a bordo del Harmony of the Seas. Por si les interesa indagar más a fondo acerca de los interiores dejo a continuación el enlace a la primera de las tres partes de ese reportaje: «Lo que esconde un Oasis (Parte I)». Donde sí me voy a parar algo más es en los que son sin lugar a dudas los dos vecindarios más espectaculares del Harmony of the Seas y que además marcan realmente la diferencia respecto a otras naves de pasaje: Son Central Park y BoardWalk. Empezaré con el primero de ellos.


Arriba: El Solarium, a proa de la cubierta 15, es un buen rincón para relajarnos y escapar del bullicio constante que se respira en el resto del barco.
Abajo: Otra opción antiestrés aunque no apta para los que sufran de vértigo son los jacuzzis colgantes, situados en ambos costados del Harmony (cubierta 15) y a una altura de 45 metros sobre el nivel del mar.

(Fuente foto arriba: Royal Caribbean)

Cuesta definir Central Park con palabras porque cualquier cosa que se diga de él quedará en simple palabrería al verlo en directo. Situado a media eslora en la cubierta 6 el Harmony of the Seas presenta una gran avenida al aire libre repleta de plantas y árboles (sí, árboles de verdad), un enorme espacio verde  por donde pasear placidamente o sentarnos tranquilamente en alguno de sus múltiples bancos. Central Park se levanta en el vano de 9 pisos creado en mitad de la nave, una original forma que permite además que existan camarotes con balcón mirando a esta zona ajardinada, alojamientos que no se pueden considerar interiores (ya que tienen vistas) pero tampoco exteriores al uso (pues no miran al mar). En los costados de esta calle verde aparecen diversos locales con opciones de restauración muy sugerentes tales como  el 150 Central Park, Chops Grille o Jamie´s Italian, En total Central Park está compuesta por casi 12.200 plantas y más de 50 árboles


Arriba: Viendo Central Park cuesta creer que sigamos a bordo de un barco.
Abajo: Este vecindario es sin lugar a dudas el más espectacular a bordo del Harmony of the Seas.

(Fuente: Royal Caribbean)

Si con Central Park ya tenemos suficientes motivos para quedarnos alucinados y dudar de si seguimos en un barco, a continuación de éste aparece el que es el último vecindario del Harmony of the Seas, el Boardwalk, que aprovecha la estructura del buque abierta en canal  para ofrecer una segunda calle a cielo abierto pero en la que varía la temática; aquí nos trasladamos al típico paseo costero «tipo Brighton» y nada más llegar nos recibe un precioso tiovivo tradicional completamente hecho a mano. La zona está jalonada por locales comerciales variados, con diversas opciones gastronómicas entre las que destaca el ya tradicional en la naviera Johnny Rockets, un restaurante tipo años 50. Llegando a popa encontramos la joya de la corona del Boardwalk: el Aquatheater. Se trata de una instalación espectacular resultado de combinar una piscina tradicional con un teatro; la estructura está formada por una piscina de unos 6 metros de fondo en la que se realizan espectáculos acrobáticos utilizando su suelo compuesto por módulos además de trampolines y varias plataformas. Un avanzado sistema de luces y sonido completa el tinglado para ofrecer a los espectadores una experiencia lúdica de primer nivel.


Arriba: Pasear por el Boardwalk, sobre todo al caer la noche, es cita obligada para todos los cruceristas.
Abajo: El espectacular Aquatheater, a popa del Harmony, en el que los espectadores pueden disfrutar desde la grada a modo de anfiteatro de espectáculos de gran complejidad artística.

(Fuente: Royal Caribbean)

Ya sabemos cuanto de «Oasis» hay en el Harmony of the Seas. En la próxima entrada analizaré cuanto «Quantum» le sumamos a este prodigio naval para obtener el mayor complejo de ocio nunca antes construído.

El restaurante Chops Grille, una de las múltiples opciones gastronómicas que ofrece el Harmony of the Seas.
(Fuente: Royal Caribbean)