(Fuente: royalcaribbeanblog.com)

En la segunda parte de este reportaje especial dedicado al buque Harmony of the Seas vimos como en su idea de crear el barco definitivo, la compañía Royal Caribbean ha optado por combinar lo mejor de dos mundos en su más moderno navío, con un diseño original que parte de la clase Oasis al que se le han añadido algunas innovaciones procedentes de la clase Quantum. En esta tercera entrega vamos a analizar cuanto de esta última serie se ha extraído para crear como dice el título el barco total.

La aparición de la Quantum Class en el año 2014 suspuso una pequeña revolución no tanto a nivel conceptual como su predecesora, la Oasis Class pero sí  por su derroche  de aportación tecnológica y si bien alguna de sus principales señas de identidad, como el característico mirador-grúa (el NorthStar) han sido desechados, el Harmony OTS incorpora varios de sus «gadgets». El principal a mi modo de ver son los camarotes interiores con balcón virtual. Se trata de una propuesta que trata de hacer más atractivos este tipo de camarotes, por lo general los más asequibles dentro de una nave de cruceros. Los alojamientos interiores del Harmony of the Seas van equipados con pantallas de alta definición del suelo al techo en las que se proyecta una imagen del exterior, creando así la ilusión de un balcón. La imagen visualizada no es un vídeo pregrabado sino que es la vista en tiempo real de lo que se puede ver en ese momento desde las cubiertas exteriores y para añadir más verosimilitud estos balcones virtuales llevan un sistema de altavoces donde se oye el sonido del mar. Puede que este sistema no deje de ser un simple artefacto visual pero lo cierto es que resulta un detalle bastante original con el que Royal Caribbean se ha apuntado un buen tanto frente a sus competidores.

Ten mucho cuidado en los camarotes con balcón virtual: Si te levantas muy dormido hasta te puedes dar un topetazo conta la pared.
(Fuente: royalcaribbeanblog.com)



Siguiendo con el listado de instalaciones de dudosa utilidad pero de gran impacto visual (hay que reconocer que en esto los de Royal Caribbean son unos auténticos maestros) otra herencia de la clase Quantum es el Bionic Bar. Se encuentra en la cubierta 5, en pleno Royal Promenade, sustituyendo a lo que en el resto de buques de la clase Oasis sería el Champagne Bar y si merece mención aparte es por sus especiales «camareros»: 2 brazos robóticos son los encargados de realizar los cócteles cogiendo las botellas que cuelgan del techo. Una vez realizada la mezcla el resultado se sirve en vasos de plásticos que son transportados a través de un sistema de cintas transportadoras hasta el cliente. El local cuenta con un monitor en el que podemos visualizar todos los cócteles disponibles así como los tiempos de espera. En total los robo-camareros del Bionic Bar preparan 2 bebidas por minuto, unas 1000 al día.

Ahorrando mano de obra: los brazos robotizados del Bionic Bar trabajan sin descanso. No están afiliados a ningún sindicato que se sepa.
(Fuente: royalcaribbeanblog.com)

De la serie Quantum proceden también  las denominadas WOW bands. Se trata de unas pulseras de silicona de diversos colores y que sustituyen a las tradicionales tarjetas de a bordo gracias al uso de la tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) simplificando de esta manera la realización de determinadas tareas en el barco. Así simplemente pasando nuestra WOW band por los distintos lectores podremos abrir la puerta de nuestro camarote, pagar bebidas en los distintos bares, realizar reservas en los restaurantes, etc. Las WOW bands son opcionales, tienen un coste de 5 dólares y se pueden reutilizar en posteriores cruceros en otros buques de la compañía para lo cual requieren ser reprogramadas.
  

Las WOW bands permiten una mayor facilidad a la hora de realizar diversas acciones a bordo del Harmony of the Seas.
(Fuente: royalcaribbeanblog.com)



 Pero si bien en términos generales el Harmony of the Seas es un compendio de todo lo bueno presente en los buques de las clases Oasis y Quantum, Royal Caribbean no podía dejar pasar la oportunidad de presentar alguna primicia en su mayor y más reciente creación. Así en este megacrucero  encontramos espectaculares novedades que sirven para ponerle la guinda a este fastuoso navío.

En lo referente al «hardware» la mayor novedad la tenemos con VOOM, el nuevo servicio de internet de alta velocidad para sus navíos y que Royal Caribbean estrena en el Harmony of the Seas. Conscientes de la importancia que actualmente tiene para la gente una permanente conectividad a la red de redes, la naviera norteamericana busca que sus pasajeros puedan tener en el barco la misma capacidad de conexión a internet que pudieran tener en tierra firme. Sin entrar en muchos tecnicismos para no aburrir al personal simplemente diré que VOOM ofrece una velocidad de descarga de 4,6 Mbps y una velocidad de subida de 5,2 Mbps. Permite la transmisión rápida de música y películas en streaming, la posibilidad de subir múltiples imágenes de gran tamaño, realizar chat de vídeo (vía Skype, por ejemplo), navegación web estable, etc… 

Coronando la estructura del barco, justo por debajo de la chimenea, se encuentran los 32 camarotes tipo loft (de dos pisos) a bordo del Harmony of the Seas.

Ya en el apartado de las intalaciones dedicadas al ocio y jactándose el Harmony de ser un parque de atracciones autopropulsado en él no podían faltar los toboganes. En total a bordo de esta construcción naval de proporciones faraonicas hay 4 toboganes aunque más bien habría que aclarar que son tres toboganes de agua más uno normal, que como veremos a continuación es de todo menos «normal». Todos ellos han sido diseñados y construídos por Aquatic Design & Engineering, la empresa líder mundial del sector especializada en la realización de instalaciones de este tipo en los principales parques y resorts del mundo. Con un desnivel de tres pisos (con salida en la cubierta 18 y meta en la cubierta 15, en la zona de piscinas) el conjunto de toboganes de agua del Harmony of the Seas recibe el nombre de «La tormenta perfecta» y está formado por tres: Cyclon (color amarillo), Typhoon (color azul) y Supercell (color amarillo-verde). Los dos primeros son toboganes convencionales, con forma espiral, mientras que Supercell es del tipo «copa de champán» para crear el efecto de ser engullido por un remolino, justo antes de encarar el último tramo que desemboca en una de las piscinas. Además de ésto presenta varias secciones con paredes transparentes para poder ver por donde estamos pasando.



 
Arriba: El Harmony of the Seas  incorpora tres toboganes de agua que ocupan una altura de tres cubiertas.   
Abajo: Detalle del tobogán Supercell, que presenta secciones con paredes transparentes.
 
(Fuente: royalcaribbeanblog.com)

Pero la auténtica joya de la corona la encontramos a popa de la cubierta 16. Está claro que este gigante, el crucero de los cruceros, no podía tener un tobogán cualquiera y a bordo del Harmony of the Seas encontramos el que es hasta la fecha el tobogán más alto que se puede disfrutar en alta mar, la última de una serie interminable de locuras perpetradas por Royal Caribbean y que exige a aquel que se decida a probarlo cierta falta de juicio. Se trata de Ultimate Abyss. Bienvenidos al infierno.

Un monstruo «devora» a los pasajeros de las cubiertas superiores del Harmony of the Seas.

La entrada a Ultimate Abyss es ya toda una declaración de intenciones del viaje que iniciaremos en apenas unos segundos: la enorme boca de una monstruosa criatura abisal nos «engulle» para, una vez subidos unos escalones y recibir por parte del monitor una esterilla negra, alcanzar la salida real de lo que es en toda regla un descenso a los infiernos. Ante nosotros se abre una estructura de color púrpura formada por dos cilindros simétricos de acero inoxidable  que se alzan a 45´72 metros sobre el nivel del mar, con una longitud de 66 metros y una caída de 30 metros, el equivalente a 10 cubiertas. Una vez en posición, sentados sobre la esterilla e inclinados hacia atrás, debemos esperar a que un semáforo se ponga en verde para poder tirarnos. Desde ese momento ya no hay marcha atrás y la gravedad se rebelará en toda su crudeza: un recorrido de ta sólo 13 segundos pero que se convertirán en los más largos de nuestras vidas descendiendo de forma vertiginosa a unos 18 km/h de media con tramos que alcanzan los 27 grados de inclinación. La combinación de 300 Leds y varios dibujos sumados a los efectos de sonido producidos por un sistema de audio instalado en cada tubo hacen la experiencia todavía más aterradora si cabe. Desconozco que clase de ruidos son los reproducidos pero lo que sí pude alcanzar a oir a pie de muelle eran los gritos de pavor de aquellos que se dejaban caer por el abismo. Tras un abrir y cerrar de ojos apareceremos en la cubierta 6, en el BoardWalk, justo a los pies del precioso tiovivo clásico. Allí un cartel nos recordará que hemos sobrevivido al infierno del Ultimate Abyss, que no es poco…

Arriba: ¿Pero que locura es ésta?. Visto desde fuera la estructura de Ultimate Abyss «acongoja» al más pintado.
 Abajo: Como si de la Fórmula 1 se tratase, un semáforo nos dará la salida en este infernal viaje. La cámara ultrazoom (la foto está tomada a pie de muelle) permite ver otros detalles como que la víctima que está a punto de iniciar el vertiginoso descenso lleva en su muñeca una WOW band.

Habiendo sobrevivido a la caída en este profundo abismo es el momento de concluír este reportaje especial sobre el Harmony of the Seas en el que a lo largo de tres entradas hemos podido conocer algunas de sus principales características, esas que hacen de esta bestia de los mares el barco total.

El Harmony of the Seas transitando por la ría de Vigo el pasado 1 de junio.