Una de las últimas grandes estrellas del año en los muelles herculinos recaló el pasado día 28 de octubre para pasar unas horas en la ciudad. Les hablo del Celebrity Eclipse, uno de los barcos de nueva generación con más pedigrí de la flota mundial y que siempre levanta expectación allí donde atraca. En A Coruña no fue para menos.

La escala del buque propiedad de la naviera americana Celebrity Cruises no figurará entre las más tempraneras del ejercicio ya que no fue hasta las 11:00 horas cuando el impresionante ingenio flotante se dejó ver navegando por la ría mientras el práctico lo dirigía a su amarre en el muelle de trasatlánticos. El Eclipse llegó procedente del archipiélago de Madeira con 2.700 pasajeros a bordo para descansar por espacio de unas horas en A Coruña antes de continuar ruta hacia Southampton, punto y final de su travesía.

 El Celebrity Eclipse y la lancha de prácticos desfilando por la ría coruñesa en un duelo bastante dispar. (El Eclipse es el de la derecha).

El Celebrity Eclipse va camino de convertirse en todo un habitual de los muelles herculinos ya que desde su debut en nuestro puerto, allá por septiembre de 2011, es frecuente verlo por lo menos una vez al año por nuestras aguas donde es muy apreciado por parte de aquellos que frecuentamos la costa con el objetivo de fotografiar a estas ciudades flotantes gracias a su atractiva línea que, a pesar de seguir los dictámenes de las actuales modas en lo que a construcción de este tipo de barcos se refiere, mantiene un perfil elegante gracias a su prolongada caída en la popa y sobre todo a ese guiño al pasado que supone incorporar dos chimeneas situadas en línea. Muy «vintage». Su espectacular iluminación cuando cae la noche completa un conjunto soberbio que explica con argumentos de peso el por qué el Eclipse es uno de los megacruceros preferidos para retratar.

Uno de los buques más fotogénicos que podemos ver actualmente surcando las aguas.

Botado en el año 2010 y construído en los astilleros Meyer de la localidad de Papenburg (Alemania) el Eclipse es el tercer integrante de la Clase Solstice, una serie de tres buques gemelos iniciada en 2008 con el Celebrity Solstice y continuada por el Celebrity Equinox (2009). El éxito del proyecto fue tal que pese a que en principio sólo estaba pensado construír tres naves se añadieron otras dos a posteriori; fueron el Celebrity Silhouette (2011) y el Celebrity Reflection (2012) si bien este último es un poco más grande que sus teóricos gemelos. El coste de la construcción del Eclipse se estima en unos 605 millones de euros.

Estamos ante todo un peso pesado del sector con un registro bruto de 121.878 toneladas y unas medidas que quitan el hipo: 317´14 metros de eslora, 36´8 metros de manga y un calado de 8´30 metros. En sus 14 cubiertas de pasaje el Celebrity Eclipse puede albergar a un total de 3.145 pasajeros en capacidad máxima junto a una tripulanción formada por 1.253 personas. La cifra de pasajeros llama la atención por lo pequeña que es si la comparamos con la de buques de medidas semejantes o menores (el Ventura, por ejemplo puede albergar un máximo de 3.580 pasajeros siendo sensiblemente inferior en tamaño). La razón de este déficit de plazas la encontramos en el «target» de clientes para el que opera la naviera del Eclipse; no hay que olvidar que Celebrity Cruises, englobada en el consorcio Royal Caribbean, pertenece al segmento premium del mercado crucerístico que ofrece unos estándares de calidad bastante por encima de la media.

Además de por su línea ciertamente atractiva mencionada anteriormente, el Celebrity Eclipse destaca al igual que sus hermanos por todo lo que esconde en su interior, En la parte técnica destaca el diseño tan estudiado de su casco que le hacen reducir el consumo de carburante en un 30% si lo comparamos con un buque de similar tamaño, un ahorro al que también contribuye el hecho de que todo el sistema de iluminación de la nave corra a cargo de tecnología LED. En lo que se ciñe a lo estrictamente relacionado con el pasajero el Eclipse destaca por su acertadísima decoración; las estancias públicas son un primor, con un toque de distinción y elegancia perfecto sin caer en lo recargado, destacando por encima de todo el Moonlight Sonata Restaurant, el restaurante principal del barco y que visualmente es de los más impactantes de cuantos podemos encontrar en la enorme flota cruceristica mundial. El barco no sólo destaca por la apariencia sino que a bordo podemos encontrar una variadísima oferta de entretenimiento incorporando auténticas novedades como una cubierta entera con césped real, algo nunca antes visto en alta mar.

El espectacular Moonlight Sonata Restaurant a bordo del Celebrity Eclipse.
(Fuente: skybluecruising.co.uk)

Con todo lo anteriormente mencionado está claro que el Eclipse tiene todos los ingredientes necesarios para otorgarle a su propietario suculentos dividendos pero como no todo en esta vida es el dinero nuestro protagonista de hoy también esconde una faceta digamos «altruísta» y que constituye una de las mejores curiosidades sobre la figura de este barco. El viaje inaugural de este espectacular navío se inició el 29 de abril de 2010 desde el puerto de Southampton pero unos días antes de que el Eclipse comenzara su brillante carrera comercial un acontecimiento imprevisto «reventó» los planes del que debería haber sido su primera singladura con pasajeros a bordo.

Dos semanas antes de su viaje inaugural el Eyjafjallajökull, un volcán islandés de nombre tan largo como difícil de pronunciar, sufrió una violenta erupción tras varios días avisando al vecindario de sus terroríficos planes y comenzó a arrojar a la atmósfera toneladas de ceniza a varios kilómetros de altura. La erupción fue tan explosiva que puso patas arriba al transporte aéreo de media Europa provocando que la comisión de transportes del viejo continente tomara la decisión de cerrar el espacio aéreo sobre gran parte del territorio comunitario por un período de seis días ante el considerable peligro que suponía para las aeronaves las cenizas expulsadas por el enfurecido gigante. Supongo que se acordarán de todo aquello y del enorme caos que provocó en muchos países que veían como sus ciudadanos se quedaban en tierra sin poder volar o en el peor de los casos abandonados a su suerte en algún país extranjero sin un transporte que los devolviera a casa.





Ante la incógnita de cuantos días duraría el monumental enfado del Eyjafjallajökull los gobiernos de los países afectados comenzaron a buscar alternativas para «rescatar» a sus súbditos y una de las propuestas aceptadas fue tomada del pasado; reestablecer las antiguas rutas marítmas requisando buques del pasaje poniéndolos de esta manera al servicio de la nación. Así el recién salido del astillero Celebrity Eclipse fue charteado por el Reino Unido para traer de vuelta a casa a más de dos mil británicos que se habían quedado compuestos y sin avión en el norte de España. El 21 de abril nuestro protagonista de hoy, todavía sin haber celebrado su ceremonia de bautismo, llegó a Bilbao para recoger a 2.200 ciudadanos del Reino Unido que pese a haber sufrido las incomodidades propias de quedarse tirados lejos de casa posiblemente nunca soñaron con un regreso tan sofisticado y glamuroso.

Como ven no hay mal que por bien no venga. Visto desde otro punto de vista el caso supone una prueba más de lo globalizado que está el mundo en el que vivimos; la erupción de un distante volcán en Islandia hizo que Bilbao tuviese el honor de ser uno de los primeros puertos en ser visitado por este espectacular navío. Dos días después del «rescate»  el Celebrity Eclipse llegaba a Southampton desembarcando a su improvisado primer pasaje antes de celebrar 24 horas después su ceremonia de bautismo y prepararse, por fín, para su viaje inaugural oficial. Toda una experiencia que figurará para siempre en el historial de esta nave y una publicidad estupenda para la Celebrity Cruises, que vio como de la noche a la mañana su última adquisición aparecía en los medios de comunicación de todo el mundo.

 

Volviendo al pasado martes y tras una estancia en aguas de Marineda de poco más de siete horas finalmente el Celebrity Eclipse zarpó poco antes de las siete de la tarde con las últimas luces del día, lo que contribuyó a acentuar más si cabe la bella estampa del enorme navío moviéndose lentamente por aguas de la bahía. Tras doblar el dique de abrigo el Eclipse aumentó revoluciones y puso proa al norte para dirigirse a aguas británicas. A las nuestras volverá, si se cumplen las previsiones, el próximo año, concretamente el 19 de octubre. Será como siempre un placer recibir de nuevo a este buen samaritano.

En 2015 volveremos a ver por nuestras aguas al Eclipse de Celebrity Cruises.