(Foto: Brian Fisher)

Una de las dudas que me asaltó a la hora de retomar la actividad en el blog tras varios meses de parón fue: ¿por donde empezar?. Y no es que me falten temas; si algo tiene el mundillo crucerístico son las mil y una anécdotas y curiosidades que rodean a todos y cada uno de los buques que forman o han formado parte de la historia marítima y que dan lugar a millones de relatos a cada cual más interesante. Pero como hay que empezar por algún lado he decidido hacerlo saldando viejas deudas; temas que siempre he querido publicar y que la falta de tiempo (o más bien mi falta de organización) me ha impedido hacerlo. La entrada de hoy trata sobre uno de esos temas que permanentemente se quedaba a la espera hasta la llegada de un momento de calma en los muelles herculinos. Por fín ha llegado ese momento.

 El Leonid Brezhnev, protagonista de esta historia.
(Foto: Brian Fisher)

Siempre he dicho que una de las mejores cosas de esta afición, al igual que sucede con todas, es que conoces a otras personas con tus mismos gustos e inquietudes; personas que, con el paso del tiempo, se convierten en grandes amigos para el resto de tu vida y con los que compartes excelentes jornadas de «afotamiento» en algún lugar privilegiado de la costa que quedan para siempre grabadas en tu retina (y en la memoria de tu cámara). Y cuando no conoces gente, el mundo globalizado que nos ha traído internet con sus millones de páginas webs y sus numerosas redes sociales permite conocer los trabajos de personas con tus misma aficiones, de los que de otra manera nunca llegarías a saber de su existencia.

El Leonid Brezhnev, ya rebautizado como Olvia, trabajó durante una temporada al servicio de la organización PeaceBoat.
(Fuente: shipspotting.com)

Hace ya varios meses tuve la inmensa suerte de conocer (de momento virtualmente) a Don Ignacio Benedeti, un prestigioso productor cinematográfico que un día leyó por casualidad este modesto blog y se puso en contacto conmigo para felicitarme por el trabajo realizado, palabras que le agradecí en su momento y que vuelvo a agradecerle aprovechando la ocasión que me brinda el presente post. Ignacio ha hecho de su gran pasión, el cine, su profesión, recogiendo las sabias palabras del maestro Confucio que afirmaba aquello de «Escoge un trabajo que ames, y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida». Otra de las pasiones del señor Benedeti es el amor incondicional que siente hacia su ciudad, A Coruña, que plasma siempre que puede a través de comentarios y fotos en las redes sociales y además de todo ésto tiene una gran atracción por el mundo marítimo en general y hacia los barcos de pasaje en particular. Estas tres pasiones se dan la mano en un impresionante documento videográfico que me hizo llegar como impagable aportación a esta página y que con más retraso del que hubiera deseado comparto hoy con todos los lectores del blog.

(Foto: Tony Garner)

La película filmada, montada y narrada por D. Ignacio Benedeti  nos traslada a un tiempo no muy lejano pero que supone toda una era ya extinta dentro del mundo de los cruceros, algo que duplica el valor de unas imágenes ya de por sí valiosísimas por mostrar una visión de nuestra ciudad de una época que algunos de nosotros no vivimos. El protagonista de la historia es el navío Leonid Brezhnev, uno de los cinco buques soviéticos de la clase Belorussiya que pateaban los mares por aquel entonces y que en la actualidad han desaparecido casi en su totalidad salvo por una única unidad que todavía resiste el paso del tiempo; la del buque Belorussiya, el iniciador de la saga, y que a día de hoy sigue navegando bajo el nombre de Delphin, un navío que resultará conocido para muchos de ustedes por ser un habitual de nuestro puerto.

El Delphin es en la actualidad el único de los 5 integrantes de la clase Belorussiya que continúa realizando cruceros al uso.

 

El Brezhnev, originalmente bautizado como Kareliya, todavía existe aunque ya no realiza cruceros; abanderado en Jamaica se encuentra en aguas asiáticas de la bahía de Hong Kong obscenamente travestido y trabajando como casino flotante bajo el nombre de Starry Metropolis. Al menos de momento ha esquivado el soplete.

Hoy en día no hay quien reconozca al otrora Leonid Brezhnev.
(Fuente: shipspotting.com)

Realmente no voy a añadir más información porque sencillamente la película cuenta la historia tan bien que se hace innecesario aportar más datos, así que cojan un buen bol de palomitas, dénle al «play» y disfruten. Les aseguro que lo harán tanto o más como la media docena larga de veces que yo la he visionado.

(Fuente: IB Cinema Motion Picture Films)