Como ocurre cada ejercicio dada la abundante producción de buques de pasaje en la última década, son varios los navíos de cruceros que debutan en la dársena coruñesa inscribiendo de esta manera su nombre por primera vez en la historia de nuestra ciudad. Pese a que este año serán bastantes menos que en los años anteriores 2017 traerá suculentas novedades, la primera de las cuales pudimos ver el pasado sábado. El honor de abrir la veda de los debuts correspondió al buque noruego Viking Star.

El Viking Star protagonizó el sábado la primera escala inaugural del año.

Procedente del puerto de Leixoes el flamante navío propiedad de Viking Ocean Cruises llegó a la ría coruñesa sobre las siete de la mañana tomándose la travesía desde Portugal con mucha calma, a velocidades que en muchos tramos no superaron los 8 nudos. Tras finalizar la maniobra de atraque una hora más tarde y colocar la escala de acceso los algo más de 900 pasajeros que iban a bordo del Viking Star pudieron bajar a tierra y aprovechar el soleado aunque algo frío día para callejear por la urbe o bien realizar las excursiones contratadas, con Santiago de Compostela como destino estrella.

Jornada soleada, aunque algo fría, para los pasajeros del Viking Star.

El itinerario que estos días disfrutan los afortunados huéspedes que se alojan en este lujoso hotel flotante es todo un regalo para los sentidos. Nada menos que 36 noches, más de un mes de singladura iniciada el pasado 1 de abril en el puerto griego de El Pireo realizando escalas en Santorini, Katakolon y Corfú (Grecia), Kotor (Montenegro), Dubrovnik y Zadar (Croacia), Koper (Eslovenia), Venecia, Split y de nuevo Dubrovnik (Croacia), otra vez Corfú, Nápoles, Civitavecchia, Livorno, Mónaco, Toulón, Barcelona, Málaga, Sevilla, Lisboa y la mencionada dársena de Leixoes antes de alcanzar la costa gallega. Tras visitar A Coruña aún quedarán interesantes paradas en Cherburgo, Le Havre, Londres, Haugesund (Noruega) y Bergen, puerto de registro de la nave y donde se pondrá punto y final a la actual travesía.

Vamos ahora con unos datos sobre el Viking Star. Construído en los astilleros transalpinos Fincantieri, en su sede de Marghera y puesto en servicio en abril de 2015 esta estrella vikinga huye de las colosales proporciones que hoy en día imperan en la industria crucerística para aportar un ambiente exclusivo de lujo y distincion en un navío de dimensiones racionales. Hablamos de una unidad de 47.800 toneladas de registro bruto con una eslora de 227´2 metros, 28´8 metros de manga y un calado de 6´3 metros. La altura desde la línea de flotación hasta el «top» de la chimenea alcanza los 40 metros. Sus 9 cubiertas de pasaje ofrecen acomodo para 930 pasajeros en alguno de sus 465 camarotes, todos ellos con balcón privado y opciones «deluxe» como el servicio de mayordomo las 24 horas. La tripulación está compuesta por 545 personas.

El Viking Star durante la maniobra de atraque del pasado sábado en el muelle de trasatlánticos.

Reconociendo que por fuera el barco luce una línea atractiva y bien proporcionada destacando sobre todo su preciosa popa rematada por un elegante «ducktail», la verdadera belleza de este buque la encontramos sin lugar a dudas en el interior; y es que a bordo del Viking Star no falta de nada. No es un complejo de ocio acuático con las más avanzadas instalaciones como pueda ser un buque de Royal Caribbean pero esto es así porque el Viking juega en otra liga, la del segmento de lujo, donde le toca «pegarse» con colosos de la talla de Seabourn o Regent por citar algunos). Para ello el Viking Star cuenta con numerosos atractivos: Destacan su atrio de tres cubiertas de alto donde un grupo de músicos interpreta piezas de música clásica en directo, un teatro (el «Star Theatre«) con capacidad para 250 personas, un completísimo spa o 2 piscinas, ambas situadas en la cubierta 7. La principal, situada en el centro de la nave, presenta un techo retráctil para poder ser utilizada en días con climatología adversa mientras que a popa aparece una piscina infinita que provoca el efecto visual de extenderse hacia el horizonte confundiéndose con el propio océano.



Arriba: A popa de la cubierta 7 del Viking Star se sitúa la Infinite Pool (flechas naranjas).
Abajo: Esta piscina provoca el efecto visual de confundirse con la línea del horizonte.
(Foto abajo: Viking Cruises)

A los que en los últimos días se hayan paseado por los alrededores de los muelles y se hayan fijado en los inquilinos que ha tenido el muelle de trasatlánticos, la silueta del Viking Star e incluso su nombre puede que les resulten extremadamente familiares y no por casualidad. Hace apenas una semana A Coruña recibió la visita de su gemelo Viking Sea pero a diferencia de éste y pese a su idéntico aspecto nuestro protagonista de hoy posee una característica  que lo hace único: Con él empezó todo…

…Bueno, todo no, pero sí una parte. Porque estos modernos vikingos que hace cuatro años se lanzaron a la conquista (crucerística) de los océanos hace tiempo que dominan el sector fluvial de los viajes de placer. Fundada en 1997 por el noruego Torstein Hagen la compañía se convirtió en tan sólo 15 años en una de las principales compañías del este sector gracias a su agresiva política de expansión. Fue en 2013 cuando se fundó la Viking Ocean Cruises, una ramificación de la naviera dedicada a los cruceros oceánicos. Pese a su corta edad la marca ya cuenta con tres buques: Nuestro protagonista de hoy fue el primero en construírse y a él le siguieron sus gemelos Viking Sea (2016) y Viking Sky, botado a principios de este mismo año.

Viking Ocean Cruises ha sido la última naviera en llegar al competitivo sector de los cruceros oceánicos.

 

Pero el afán conquistador de estos vikingos es insaciable: A finales de este añó verá la luz el cuarto componente de la familia que llevará por nombre Viking Sun y en 2018 será el turno del Viking Spirit. Los planes de Viking Ocean Cruises apuntan aún más lejos con la botadura de otros tres buques en el primer trienio de la próxima década con lo que su flota estará compuesta por 8 barcos en 2022, todos ellos idénticos como gotas de agua.

Pese a ser un  buque con tan sólo 2 años de vida marinera el Viking Star protagonizó hace ya algunos meses uno de esos «momentos de gloria» en los que un barco se asegura salir en los medios de comunicación por el motivo que no debería. El pasado 12 de octubre nuestro protagonista de hoy se encontraba realizando un crucero de 13 días de duración desde Montreal a Nueva York en la que suponía la primera incursión de la naviera Viking Cruises por Norteamérica. Mientras navegaba por el canal de Cabo Cod, en la costa del estado de Massachusetts, el buque sufrió un incidente cuando al transitar bajo el puente ferroviario de Buzzards Bay, la luz de navegación situada sobre la chimenea del Viking Star rozó los bajos de la estructura del puente. Pese al impacto el buque pudo continuar la travesía con total normalidad y a la mañana siguiente miembros del cuerpo de ingenieros del ejército comprobaron que el puente tampoco había sufrido daños de importancia más allá de unos profundos arañazos en la pintura.

Al Viking Star no le gusta «irse de puente».

La investigación posterior del accidente estableció que en principio el buque no debería haber tenido ningún problema en navegar por el canal ya que su altura total es de 40 metros mientras que el puente afectado deja un vano total de 41´15 metros. El motivo por el cual se produjo el contacto es que no se tuvo en consideración o se hizo un mal cáculo sobre el horario de la pleamar; así el Viking Star pasó bajo el puente a las 19:08 horas, tan sólo 36 minutos después del pico de la pleamar. En el actual mundo de las tecnologías donde todo queda grabado mediante cámaras de vídeo o móviles, el incidente del Viking Star no fue una excepción y por la red circulan numerosas vídeos del momento del impacto debido a la cantidad de curiosos que se agolpaban en ese momento a los pies del puente (se trataba de uno de los buques más grandes en navegar por el canal de Cabo Cod).  Por la hora y la época del año en la que se produjo el suceso la imagen del vídeo que cuelgo a continuación, grabado por Katie Barlow, no deja ver con nitidez el impacto pero el sonido es lo suficientemente ilustrador como para demostrar que barco y puente estuvieron «más que cerca».

(Fuente: youtube)

Volviendo al pasado sábado y tras permanecer amarrado por espacio de 10 horas, el Viking Star puso punto y final a su brillante debut en aguas coruñesas zarpando a las 6 de la tarde. Tras separarse lentamente del muelle de trasatlánticos, dejar por su costado de babor la fortaleza de San Antón y doblar el dique de abrigo, la nave nórdica aumentó revoluciones y puso proa hacia su siguiente destino, el puerto de Cherburgo.

Rumbo a Cherburgo.

Sin más escalas programadas a corto plazo esperamos poder ver otra vez por nuestras aguas en un futuro no muy lejano a esta nueva estrella vikinga.

Salvo las que indiquen lo contrario, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.