El pasado día 19 fue una de esas jornadas memorables en lo referente a escalas de cruceros y si bien el acontecimiento no tuvo lugar en el puerto de A Coruña si no a 150 kms de aquí, lo histórico del día justificaba el hacer una escapada a Vigo junto a mi buen amigo Jose Montero para ser testigos de uno de los más importantes estrenos de la temporada en aguas gallegas. Les hablo del Royal Princess, el nuevo buque insignia de la naviera americana Princess Cruises y el más moderno y vanguardista de los ingenios mecánicos dedicados a la navegación de placer que a día de hoy se pueden ver surcando los mares.

Mi amigo Jose (en la foto) y yo fuimos hasta Vigo al encuentro de la nueva princesa.

Una gigantesca megaciudad flotante que desde hace unos días ocupa el noveno puesto en el ranking de buques de pasaje más grandes de todos los tiempos. Lo último de lo último; no obstante comenzó su carrera comercial apenas 48 horas antes de su parada en aguas olívicas siendo la de Vigo su primera escala oficial de su viaje inaugural, una travesía de 7 noches con paradas en los puertos de Southampton, Lisboa, Gibraltar, Malaga y final de trayecto en Barcelona.

Apenas cinco días antes de que el coloso llegara a Vigo tuvo lugar su bautizo oficial en el puerto de Southampton, punto inicial de su primera singladura. La ceremonia tuvo toda la pompa y circunstancia que cabría esperar en el bautizo de toda una «Princesa Real» y para tal evento se eligió a una madrina que estuviese a la altura del acontecimiento; Kate Middleton, la duquesa de Cambridge. La elección de la Princesa Catalina como madrina de la última joya de
Princess Cruises es todo un simbolismo; el Royal Princess es el tercer buque de
la compañía en portar este nombre y el primero de ellos (el actual
Artania) fue botado en 1984 por la Princesa Diana de Gales.

La bandera con el emblema de la naviera Princess Cruises ondea en la proa 
del Royal Princess.

La ceremonia estuvo presidida por la madrina de la nave y por su capitán, Tony Draper, y el momento culminante de la misma tuvo lugar cuando la Princesa Catalina se dirigió al atril y enunció las ya tradicionales palabras: «I name this ship Royal Princess. May God bless her and all who sail in her» («Yo nombro a este barco Royal Princess. Que Dios lo bendiga y a todas las personas que naveguen en él«). A continuación la princesa acciónó un botón y la enorme botella de Moët & Chandon valorada en 1.400 euros impactó contra el casco de la nave haciéndose añicos, un signo de la buena fortuna que acompañará al buque durate toda su vida. Tras el acto se llevó a cabo un tour por las instalaciones del buque por parte de las autoridades.

Arriba: La Princesa Catalina contempla como la botella de champán impacta contra el casco del Royal Princess.
Abajo: Detalle de la botella rompiéndose en mil pedazos, signo de buena suerte para la nave.
(Foto de arriba: Princess Cruises)
(Foto de abajo: Lisa Royall)

El Royal Princess es el primero de una nueva clase de buques que busca repetir el éxito de la anterior serie, la «Grand Class», que con 11 unidades (entre ellos el Ventura o el Grand Princess) ha sido una de las más prolíficas de la industria crucerística. De momento son ya 3 las unidades previstas en esta nueva clase y al Royal Princess le seguirá dentro de un año el Regal Princess. En 2015 se incorporará una tercera unidad que irá a manos de la naviera P&O. Todavía sin nombre asignado este buque tendrá algunas diferencias  respecto al iniciador de la saga siendo la mayor de ellas la presencia de dos chimeneas dispuestas en línea.

El Royal Princess (arriba) tendrá al menos dos buques gemelos más de los cuales 
el último irá a manos de la naviera P&O (abajo). En esencia el diseño será 
similar con la salvedad de la modificación en las chimeneas.
(Fuente: malcomoliver.wordpress.com)

Construído en poco más de año y medio en los astilleros italianos Fincantieri, en su sede de Monfalcone, se trata del mayor buque de pasaje realizado por estos astilleros en toda su historia con un registro bruto de 142.714 toneladas y ésta no es la única cifra impresionante cuando nos referimos a esta nave, cualquiera de sus guarismos es exhorbitante: una eslora de 330´1 metros, 38´4 metros de manga y en sus 18 cubiertas puede albergar a un total de 3.600 pasajeros en máxima capacidad (a Vigo llegaron «sólo» 2.724) atendidos por una tripulación formada por 1.346 personas. El coste de este prodigio técnico ha alcanzado los 558 millones de euros.

Detalle de la chimenea del Royal Princess.

Sus privilegiados huéspedes tienen una gran abanico de posibilidades para elegir su alojamiento entre los 1.780 camarotes que se distribuyen a lo largo y ancho de 8 cubiertas, desde los más asequibles 342 camarotes interiores hasta las 40 espectaculares suites de 284 metros cuadrados cada una. Un hecho destacado en el Royal Princess es que del total de camarotes el 81% (1.438) tienen vistas al mar y todos ellos cuentan con balcón privado.

¡Ánimo! Ya sólo te quedan 1.437…

Tras finalizar la maniobra de atraque los pasajeros fueron desembarcando para dirigirse a los buses que los llevarían a realizar las excursiones programadas hacia Santiago de Compostela  y Baiona entre otros lugares, pero muchos también aprovecharon la soleada mañana para dar un agradable paseo por el casco histórico de la ciudad y los alrededores del puerto. A media mañana tuvo lugar a bordo el protocolario acto de bienvenida con el tradicional intercambio de metopas entre el capitán del buque y las autoridades locales durante el cual el Capitán Draper elogió las cualidades de la terminal olívica.

Mientras en tierra algunos aprovecharon la presencia de la colosal princesa para hacer sus reivindicaciones; era el caso de un numeroso grupo de afectados por las preferentes que se situaron a las puertas de la estación marítima para que los medios de comunicación y los ciudadanos que transitaban por la zona se hicieran eco de la injusticia a la que se están viendo sometidos. Los pasajeros, totalmente ajenos al conflicto, se dedicaban a sacar fotos. Uno de ellos charló amigablemente con nosotros comentándonos las bondades de la nave, «la mejor en la que he estado de los 8 cruceros que he realizado con esta compañía» afirmaba. Las fotos de los interiores tomadas con su blackberry que nos enseñó confirmaban sin lugar a dudas lo que nos había contado y que indudablemente nos hallábamos ante un navío soberbio.

Tan soberbio que no me llega una sola entrada para hablar de él así que de momento lo dejamos aquí. Más sobre este excepcional barco en el siguiente post…

El Royal Princess está abanderado en Bermudas.