A la gente que se encontraba paseando el domingo pasado a eso de la 1 de la tarde por el paseo del Parrote la llegada del Athena no les llamaría la atención. Dirían que es otro de tantos cruceros que nos visitan y que no es nada llamativo, ni por diseño ni por tamaño. Para los más entendidos (o como yo, los simplemente aficionados al tema naval) la llegada de este buque no se considera como una escala cualquiera, y es que el Athena figura en la historia naval por derecho propio; esa historia en la que se incluyen míticas naves que por unas circunstancias u otras (a menudo desgraciadas) que son recordadas con el paso de los años.
Si a cualquier persona le preguntas el nombre del naufragio más famoso de un buque de pasaje el 99,9% responderán de la misma manera: Titanic; pero si seguimos diciendo nombres, seguro que entre los 5 más famosos de todos los tiempos aparece el del malogrado Andrea Doria, el mítico transatlántico italiano que en 1956 se hundía frente a las costas de Nueva York tras colisionar con el Stockholm. Pues bien; Ese mismo Stockholm es el buque que el pasado domingo y bajo otro nombre y otra bandera surcaba las aguas herculinas.

Si bien poco tiene que ver el remodelado Athena con aquel Stockholm que mandó a los infiernos a la nave transalpina aquel fatídico día de julio no hay duda de que se trata del mismo barco, un pedacito de historia viva con más de 60 años pasándose por marineda…
…Y no es la primera vez que lo hace. De hecho el Athena es un asiduo en nuestros muelles. La del pasado día 22 fue la primera escala que realizaba este año pero en varias ocasiones hemos tenido la oportunidad de ver su peculiar estampa por la ciudad, en la que lo que más nos llama la atención es ese gran saliente en la popa. Su nombre técnico es popa de tipo «ducktail» (no suena muy técnico pero ese es su nombre) y se le añade a muchos barcos clásicos con el objeto de ganar estabilidad y también aparece en muchos diseños modernos con el objetivo de lograr una mayor eficiencia en el consumo de carburante destinado a la propulsión.

Farolas por doquier en las cubiertas y una
exagerada popa ducktail.
Tarjeta de presentación del Athena.

Perteneciente a la naviera Classic International cruises, en multitud de ocasiones es charteado (alquilado, para entendernos) a otras navieras y navega bajo pabellón portugués. Botado en ¡1948! tiene un desplazamiento de 12.165 toneladas y una eslora de 160 metros. Pequeñito, si, pero con mucha historia. Prometo un artículo contando toda su vida, que es muy, pero que muy interesante.