Septiembre comienza a pasarme factura. Poco tiempo disponible y muchos, muchos barcos haciendo escala; la peor combinación posible para tratar de escribir un blog de esta temática y mantenerlo medianamente actualizado. Por lo pronto hoy toca cerrar el repaso crucerístico de la semana anterior con el buque Costa NeoRomantica que visitó la ciudad el pasado viernes.

La mediática Costa Cruceros protagonista en A Coruña.

Apenas unos minutos después de las siete de la mañana y procedente de Santander hacía su entrada en el puerto herculino la nave de Costa Cruceros con 1.484 pasajeros a bordo. La ruta que estos días realiza el Costa NeoRomantica es una singladura de casi dos semanas de duración con embarque en la ciudad de Amsterdam y escalas en Zeebrugge (el puerto de Brujas), Le Havre (para visitar París) y Portland (Reino Unido) tras las cuales llegaron las dos paradas en tierras españolas. Tras zarpar de A Coruña el buque italiano continuó viaje hacia Leixoes (para visitar Oporto), Gibraltar y Marsella. La ciudad italiana de Savona será el punto en el que desembarcarán los turistas mañana jueves finalizando de este modo el crucero. Los precios de este viaje iban desde los 1.400 euros del alojamiento en camarote interior a los 2.400 euros de las suites con balcón privado.

A su llegada una docena de autobuses esperaban a pie de muelle para recoger a los pasajeros del Costa NeoRomantica y llevarlos a las preceptivas excursiones.

 El Costa NeoRomantica es uno de esos barcos que resultan perfectos para explicar la (r)evolución del sector de los cruceros en los últimos 25 años. Cuando entró en servicio allá por 1993 y era simplemente «romántico» el navío era, junto a su cuasigemelo Costa Classica, el buque insignia de la naviera transalpina Costa Crociere pero a mediados de esa década la industria crucerística se volvió loca y los acontecimientos comenzaron a precipitarse: Tras varios años dejándose querer, en el año 2000 la compañía italiana fue adquirida por el gigante norteamericano Carnival Corp. que empezó a suministrarle a su nueva marca una fuerte dosis de esteroides en forma de dólares para convertirla en lo que es hoy, el peso pesado del sector en Europa. Para ello lo primero que hizo fue madar construír dos buques de la clase Destiny, los futuros Costa Fortuna y Magica y que fueron los primeros navios de pasaje europeo en sobrepasar la colosal cifra de las 100.000 toneladas de registro bruto. Años más tarde se amplió la familia con los nuevos clase Concordia (sudor frío), en esencia una versión ampliada de los anteriormente citados. De sus cinco unidades construídas cuatro siguen al pie del cañón y la otra, la primera en entrar en servicio y de la que no citaré su nombre, acabó haciendo sus pinitos como submarino en la isla de Giglio gracias a un descerebrado que iba al timón. Entre medias de este fecundo periodo a Carnival aún le dio tiempo de encargar dos buques más, el Costa Luminosa y el Costa Deliziosa, que forman una serie híbrida que mezcla conceptos de la Spirit Class (Costa Mediterránea) y la Vista Class (Queen Victoria). Como resultado de este feroz proceso expansivo los buques Costa Classica y Romantica pasaron de ser las unidades más grandes de su naviera a dos de sus barcos más pequeños y obsoletos en tan sólo 20 años.

El Costa Fortuna (en la foto durante una de sus escalas al puerto herculino) fue el primer encargo para  Costa Cruceros cuando el grupo Carnival se hizo con la compañía italiana.

Cuando se da un caso de estos lo habitual es que la compañía en cuestión no emplee más cuartos tratando de parchear lo que no tiene remedio y acabe vendiendo el buque en cuestión a una naviera pequeña o de reciente creación ávida por ampliar su flota rebuscando gangas en el mercado de segunda mano. Sin embargo Costa, o más bien el grupo Carnival, le tenían reservado otro destino a nuestro protagonista de hoy. A finales de 2011 la naviera anunció que el Costa Romantica sería sometido a una profunda remodelación con el objetivo de ponerlo al día. Para ello el buque se dirigió en noviembre de ese año a los astilleros San Giorgio del Porto de la ciudad de Génova para realizar unos trabajos valorados en nada más y nada menos que 90 millones de euros. La cifra impresiona aún más si la comparamos con lo que costó en su día el buque, el equivalente a unos 300 millones de euros. En marzo de 2012 el navío, ya con su nuevo y radical aspecto estaba listo para navegar pero ya no era el Costa Romantica, la naviera decidió que una metamorfosis tan profunda bien se merecía un nuevo nombre: Costa NeoRomantica. El estreno del «nuevo» Costa NeoRomantica fue la única noticia positiva en el «annus horribilis» de la naviera italiana; en 2012 los desastres del Costa Concordia y el accidente menor del Costa Allegra estuvieron a punto de cargarse la buena reputación de Costa Cruceros ganada a pulso a lo largo de los últimos 160 años.

¡Tripas fuera!: Poco quedó sin tocar durante la gran reforma sufrida por el Costa Romantica a finales de 2011.
(Foto: shipspotting)




El proceso de revitalización del ahora Costa NeoRomantica formaba parte de un plan más ambicioso por parte de Carnival y que incluía también a su hermano mayor aunque posteriormente el proyecto se modificó sustancialmente. Al final el Costa Classica también pasó por quirófano (fue en 2014) pero la cirujía no fue tan profunda como la llevada a cabo en nuestro protagonista, ni estéticamente tan llamativa. Prueba de ello es que en la misma apenas se gastó la quinta parte de lo invertido en la del NeoRomantica. Un año antes de llevar a cabo estos trabajos y en plena reestructuración de las marcas del grupo Carnival, Costa Cruceros se hizo con el buque Grand Mistral, operado hasta entonces por la española Iberocruceros, y que tras unos trabajos en astillero para adecuarlo a los gustos de la clientela de su nueva naviera comenzó su nueva etapa comercial bajo el nombre de Costa NeoRiviera. Este navío junto al NeoClassica y al NeoRomantica forman lo que la naviera italiana ha dado en llamar «Costa NeoCollection», un concepto que busca llamar la atención de aquellos que quieren escapar del ambiente que se respira a bordo de los megacruceros. En este sentido los barcos «Neo» de Costa Cruceros ofrecen interesantes opciones de personalización en numerosos aspectos del crucero como muchas de las actividades a bordo o de las excursiones. Además las travesías ofrecidas por estos tres buques realizan escalas de mayor duración en comparación con el resto de la flota y algunos aspectos del barco se modifican en función de la ruta realizada: un ejemplo es la cocina, que se basa en la tradicional de la zona por la que navegue el buque.

En 2013 Costa Cruceros se hizo con el buque Grand Mistral y lo rebautizó con el nombre de Costa NeoRiviera. Este buque es la tercera pata sobre la que se apoya el proyecto «Costa NeoCollection».
(Foto: shipspotting)

Durante esos cinco meses que duró la transformación de nuestro protagonista al futuro NeoRomantica se le dió la vuelta como un calcetín. Los cambios principales fueron la adición de dos nuevas cubiertas a proa para alojar los nuevos camarotes con balcón privado, un aspecto sin el que no puedes competir en la industria crucerística actual y del que el buque carecía casi por completo antes de la reforma (sólo tenía 2). Estos alojamientos también se incorporaron en la parte central de ambos costados de la nave para sumar un total de 150 camarotes con la famosa «veranda» del total de 789. Sigue siendo un porcentaje muy bajo pero al menos algo es algo. Otros cambios importantes fueron el desplazamiento del teatro principal para dejar más sitio al Samsara Spa y a sus 4.200 metros cuadrados de instalaciones que incluyen salas de tratamiento, un gimnasio y un restaurante temático. A todo ésto hay que sumarle todas las reformas técnicas llevadas a cabo: instalación de nuevos
generadores para aumentar el suministro de energía, una nueva hélice de
proa que se sumó a las dos existentes, renovación de toda la iluminación
del barco por bombillas
LED, etc… Todos estos cambios incrementaron el registro bruto de la nave italiana de las 53.000 hasta las 56.000 toneladas de registro bruto y su capacidad de pasaje ahora alcanza los 1.800 pasajeros.

Camarotes con balcón metidos a calzador: Para paliar uno de los principales déficits del Costa Romántica, los alojamientos con balcón privado, durante la reforma se crearon nuevos camarotes de este tipo en las nuevas cubiertas añadidas (flechas amarillas) o se transformaron algunos de los ya existentes en los costados de la nave (flechas violetas).

No todo fueron buenas noticias para el «nuevo» buque de Costa Cruceros. El proceso de «reneovación» de nuestro protagonista de hoy se cobró una víctima: su imagen exterior. Contemplar el look que luce ahora el Costa NeoRomantica equivale a ver a una cincuentona polioperada  a la que se le nota demasiado que se le ha ido la mano con la cirugía. Su esbelta línea original ahora ha quedado muy amazacotada por la superposición de cubiertas y el hecho de que las nuevas estructuras no sean completas le dan al buque un aspecto de estar inacabado. Si a eso le sumamos que la instalación de los balcones en los costados parece más bien un andamio tenemos una estampa bastante desagradable. Evidentemente para Costa (y para Carnival) ha sido un precio irrisorio a pagar para tener un buque completamente puesto al día; tener un navío con más y mejores instalaciones de ocio y que pueda ofrecer un mayor número de camarotes con balcón privado vende más; que la nave en cuestión recuerde minimamente a un barco «de los de antes» en su apariencia hace mucho que dejó de tener importancia por lo que se ha convertido en una característica fácilmente sacrificable.



Uno de los principales cambios exteriores y el principal culpable del desaguisado estético del Costa NeoRomantica ha sido la adición de dos medias cubiertas a proa (foto de arriba) y que han sustituído la característica estructura circular que albergaba la discoteca (foto de abajo).

(Foto abajo: shipspotting)

Sea más o menos controvertida su imagen lo cierto es que el Costa NeoRomantica siempre será bien recibido en A Coruña, un buque que en los últimos años se ha convertido en el principal embajador de la naviera italiana en el golfo ártabro. Su última estancia en nuestra ciudad se cerró pasadas las séis de la tarde cuando el buque soltó amarras para dirigirse a su siguiente destino, el puerto de Leixoes. El próximo año el Costa Magica tomará el relevo del NeoRomantica como representante de Costa en aguas coruñesas.


Salvo
las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.