Puede que suene a una obra de Beethoven o Schumann pero lo cierto es que el título del post hace alusión a los dos protagonistas de este pasado martes en el puerto de A Coruña, que no son otros que los buques  Berlín y Crystal Symphony. Los dos navíos fueron los encargados de abrir la presente semana crucerística, 7 días que estarán repletos de barcos de pasaje en nuestra ría con una previsión que augura hasta 8 atraques. Casi nada.

El Crystal Symphony y el Berlín (en la foto) fueron los dos primeros cruceros de una semana muy prolífica en este tipo de tráficos.

Pero no adelantemos acontecimientos y centrémonos en los dos citados navíos. El primero en asomar el hocico por la rada herculina fue el lujoso Crystal Symphony que a eso de las 06:30 horas ya se encontraba confortablemente instalado en el muelle de trasatlánticos. Procedente de Lisboa el barco de la naviera anglonipona Crystal Cruises trajo a la ciudad a 760 pasajeros que se encuentran realizando una travesía de 15 días de duración  con salida desde la capital portuguesa y escalas en nuestra ciudad, Bilbao, San Juan de Luz, Le Verdon, La Rochelle, Guernsey (Islas del Canal), St. Malo y Honfleur antes de desembarcar en Londres el próximo 5 de junio. El viaje, dotado de un gran atractivo por su enorme riqueza cultural, no sale barato: el alojamiento más «modesto» a bordo del Crystal Symphony para esta singladura cuesta unos 5.000 euros.(¡la leche!)

El Crystal Symphony es uno de los buques de cruceros más exclusivos del mundo.

El Berlín por su parte se hizo de rogar un poco más y hasta las 07:00 horas no apareció por las inmediaciones del dique de abrigo para atracar minutos después proa con proa con el Crystal Symphony sin ningún tipo de complejo de inferioridad a pesar de la contundente diferencia de tamaño (cinco veces en volumen) entre ambas naves. El Berlín, operado por la naviera germana FTI Cruises, trajo a A Coruña a unos 400 pasajeros que disfrutan estos días de un crucero de 10 jornadas de duración con salida en Lisboa y final en Zeebrugge, el que se considera puerto de la bellísima ciudad belga de Brujas. Tras este repaso del momento de la llegada es hora de comentar algunos aspectos de cada uno de los dos protagonistas del día empezando por el más grande del dúo…

.. que lo es sin lugar a dudas pero está claro que catalogar al Crystal Symphony como «grande» es pasarse un poco y más viendo la tendencia que en los últimos años ha tomado el sector crucerístico con la construcción de mastodóticos barcos que cada vez se parecen menos a eso, a barcos, y más a enormes bloques de apartamentos dotados de propulsión propia. En el caso que nos ocupa y pese a tratarse de un objeto de un porte más que respetable se consigue mantener unas más que adecuadas proporciones sin comprometer el apartado estético. Construído en los astilleros finlandeses Masa Yards y puesto en servicio en marzo de 1995 el Crystal Symphony  es un buque de 51.044 toneladas de registro bruto con unas dimensiones de 237´1 metros de eslora, 30´2 metros de manga y un calado de 7´6 metros de calado que en sus ocho cubiertas de pasaje puede albergar a 1.010 pasajeros en capacidad máxima  a los que hay que sumar las 568 personas que componen su tripulación. El Crystal Symphony es uno de los navíos más lujosos de su tamaño con un ratio espacio-pasajero exorbitante que alcanza el 53´1 y un ratio pasajero-tripulante no menos espectacular de 1´7.

El Crystal Symphony es grande… dependiendo de con qué lo compares.

Por sus frecuentes visitas desde hace ya varios años el Crystal Symphony es un buque bastante conocido por la rada coruñesa. Más desconocido es su compañero de amarre del martes, el Berlín, a pesar de que ha estado por aquí alguna que otra vez. Sus líneas delatan que estamos ante un barco ya entrado en años; concretamente el buque germano (aunque luce una «conveniente» bandera maltesa) inició su andadura comercial a mediados de 1980 cuando fue entregado por los astilleros Howaldtswerke Deutsche Werft de la ciudad germana de Kiel a sus primeros propietarios, la también alemana Peter Deilmann, para la cual operó durante casi un cuarto de siglo (hasta 2004) con un paréntesis de 3 años, entre 1982 y 1985, donde estuvo al servicio de la Blue Funnel Cruises con el nombre de Princess Mahsuri. Tras concluír su etapa con Peter Deilmann en 2004 el buque pasó a manos de Saga Cruises que durante 2005 lo charteó a intereses rusos, donde fue rebautizado como Orange Melody. Tras esta breve experiencia el navío fue remodelado y renombrado de nuevo, esta vez como Spirit of Adventure para la marca homónima dentro de Saga Cruises. Durante esta etapa que duró 6 años la naviera británica ofreció rutas por destinos exóticos y poco frecuentados en el circuito crucerístico convencional, a la búsqueda de un target de cliente muy distinto al habitual en esta compañía, compuesto principalmente por cruceristas mayores de 60 años. En 2012 Saga decidió cancelar su «espíritu aventurero» y el buque fue vendido a sus actuales dueños, los alemanes FTI Group que lo operan bajo la marca FTI Cruises y al que tras una puesta a punto le devolvieron su nombre original.

Durante su anterior etapa comercial, como Spirit of Adventure, este buque visitó A Coruña en varias ocasiones. La foto se corresponde con una escala realizada en mayo de 2011.
 

 El Berlín es un buque de pequeño tamaño (a la vista está) de 9.570 toneladas de registro bruto con unas dimensiones principales de 139 metros de eslora, 17´5 metros de manga y un calado de 4´8 metros. Nació más pequeño pero a finales de 1986 sus entonces dueños decidieron aumentarlo en casi 20 metros de eslora mediante la adición de una sección central en los astilleros Nobiskrug de Rendsburg (Alemania). El Berlín puede albergar a 412 pasajeros en capacidad máxima en alguno de sus 206 camarotes, 158 de los cuales son exteriores. La tripulación está formada por 180 personas.

FTI Cruises es uno de esos nombres practicamente desconocidos para el gran público.

Quizás
aquí sea un gran desconocido pero en Alemania el Berlín es toda una
estrella… de la tele; durante años se rodó a bordo de este navío la
serie «Das Traumschiff» de la cadena ZDF, el equivalente germano de la mítica «Vacaciones
en el mar»
. Se trata de una ficción televisiva de culto en el país centroeuropeo, que se comenzó a emitir en 1981 y que tras varios parones a lo largo de estos años sigue grabándose en la actualidad
. Tras dejar la naviera Peter Deilmann, el Berlín dejó de ser el escenario de la serie y su relevo lo tomó el buque Deutschland, de la misma compañía y que desde ese mismo momento fue elevado a la categoría de mito por parte de los germanos. Actualmente «Das Traumschiff» se rueda en el buque Amadea, de la naviera Phoenix Reisen. Precisamente durante la última visita de este barco a A Coruña, el pasado 21 de abril, se aprovechó para rodar algunas escenas de la serie.

El Berlín es un barco de película… bueno, de serie.

Volviendo a la jornada del pasado martes a media tarde los dos protagonistas del día en el puerto herculino fueron despidiéndose de la ciudad. El primero en hacerlo fue el Crystal Symphony que a las cinco de la tarde partía rumbo a la dársena de Bilbao. Si no hay novedad la nave de Crystal Cruises volverá a aguas coruñesas el próximo año, más concretamente el 13 de octubre.

Pego la vuelta y rumbo a Bilbao.
(Foto: Manuel Candal)

Apenas una hora después de la marcha del Crystal Symphony hacía lo propio el Berlín que partía también rumbo norte en dirección a su siguiente destino, la ciudad de Santander. Esperamos ver pronto a este televisivo navío de nuevo por nuestra ciudad aunque de momento no hay más visitas confirmadas a medio plazo.

El Berlín durante su salida de la ciudad el pasado martes con la patrullera de la Guardia Civil Río Jallas en primer término.

Agradecimientos a mi amigo y habitual colaborador Manuel Candal por la foto prestada de la salida del Crystal Symphony.

Salvo las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada  han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.