Con perdón pero es que me ha venido que ni pintado y pese a que quizás no lo parezca, el título de la entrada hace referencia a los buques AidaLuna, Midnatsol y Viking Sea que protagonizaron el pasado domingo una nueva escala triple en el puerto de A Coruña, el segundo triplete de la semana tras el que tuvo lugar tres días antes. De tres en tres se suma mucho más rápido.

Lo de los cuernos hace referencia al Viking Sea. Que no se me enfade nadie…




Llegada de los protagonistas por estricto orden de llegada, como siempre. La intensa jornada crucerística del domingo comenzó muy temprano; minutos después de las 6 de la mañana y cuando la oscuridad de la noche aún dominaba en la ciudad. A esa hora el buque alemán AidaLuna transitaba frente a la Torre y tomaba  práctico para ser llevado a su punto de atraque en el extremo más distal del muelle de trasatlánticos para dejar así espacio a uno de sus compañeros de amarre de la jornada dominical. El AidaLuna, de corazón germano pero de bandera italiana por pertenecer su naviera Aida Cruises al grupo Costa, provenía del puerto de Leixoes.

Aida Cruises, todo un clásico de los muelles coruñeses.

Los casi 2.000 pasajeros que llegaron a bordo de la nave alemana disfrutan estos días de un espectacular viaje de 24 noches de duración y que ha traído al AidaDiva de nuevo al viejo continente tras pasar su temporada invernal en el Caribe. El actual crucero comenzó el pasado 2 de abril en Montego Bay (Jamaica) iniciando un exhaustivo recorrido por varios destinos caribeños: Samana (República Dominicana), Philipsburg (St. Marteen), Basseterre (St. Kitts), La Romana (República Dominicana), Roseau (Dominica) y Bridgetown (Barbados), desde donde el navío emprendió el regreso a Europa para hacer escala en Funchal y Leixoes antes de arribar a tierras gallegas. A Coruña es la última escala de esta singladura de ensueño antes de ponerle punto y final en el puerto de Hamburgo.

La actual travesía del AidaLuna supone la vuelta del navío a Europa tras su temporada invernal en el Caribe.

Con las primeras luces del día «asomó el hocico» tras el castillo de San Antón el segundo de los protagonistas, el noruego Viking Sea, y que al igual que el Luna procedía de Leixoes. Las diferentes horas de llegada obedecieron a que los vikingos se tomaron la travesía hacia aguas gallegas con más calma que sus colegas germanos. Con unos 900 pasajeros a bordo al Viking Sea le correspondió el amarre más discreto de la jornada, en el muelle de Calvo Sotelo Sur.

Al Viking Sea le tocó esta vez atracar en el poco vistoso muelle de Calvo Sotelo Sur.

Si el crucero que realiza estos días el AidaLuna es fascinante el del Viking Sea es toda una lección de geografía europea en la que practicamente no quedará un rincón del viejo continente sin explorar en los ¡50 días! que durará la travesía (la naviera Viking Ocean Cruises permite hacer segmentos concretos de la ruta, eso sí). El viaje comenzó el pasado 26 de marzo en el puerto griego de El Pireo iniciando un minitour por varios destinos del país heleno tales como Santorini, Katakolon y Corfú para continuar posteriormente la travesía hacia Kotor (Montenegro), Dubrovnik y Zadar (Croacia), Koper (Eslovenia), Venecia, Split, de nuevo Dubrovnik, Nápoles, Civitavecchia (el puerto de Roma), Livorno (para visitar Florencia y Pisa), Mónaco, Toulón, Barcelona, Málaga, Sevilla, Lisboa y el mencionado puerto de Leixoes. A Coruña supone practicamente el ecuador de esta prodigiosa ruta y que tras partir de aguas gallegas llevará a la nave nórdica a hacer escalas en Cherburgo, Le Havre (para ir a París), Londres, Haugesund, Bergen, Flam y Stavanger (Noruega), Aalborg y Copenhague (Dinamarca), Warnemunde (Alemania), Gdynia (Polonia), Tallin (Estonia), San Petersburgo (Rusia), Helsinki y final en Estocolmo. Decían que los vikingos eran un pueblo muy dado a la exploración, ¿no?. Aquí tenéis la prueba.

Sin embargo, explorar con todo el lujo y la comodidad con la que lo hacen estos vikingos del siglo XXI no es precisamente barato; un viaje como el descrito puede partir desde los 12.000 euros en el alojamiento más modesto de este impresionante y vanguardista «drakkar».

Si los antiguos vikingos vieran en qué artilugios navegan ahora sus descendientes…

Los noruegos inclinaron definitivamente la balanza a su favor en detrimento de los alemanes con la llegada del Midnatsol y que hizo su entrada en la ría herculina minutos después de las 11 de la mañana. El pequeño navío escandinavo propiedad de la naviera Hurtigruten atracó minutos después en el pequeño pero suficiente hueco que el «giganton» AidaLuna le había dejado. Pese a su evidente diferencia de tamaño el Midnatsol no se dejó amedrentar por la imponete presencia de su compañero de atraque y quedó amarrado por su costado de babor y apuntando con su proa de manera desafiante hacia el buque teutón. ¿Adivinan de donde procedía el tercer protagonista del día a su llegada a nuestra ciudad?. Han acertado: el puerto de Leixoes. A bordo apenas 200 cruceristas.

El Midnatsol no vió la Torre de Hércules hasta bien entrada la mañana. También procedía de Leixoes

El Midnatsol es un crucero de expedición diseñado para navegar por zonas donde los cruceros «normales» no osarán poner el bulbo en toda su vida. Eso se nota en sus travesías, que transcurren por lugares donde el hielo no sólo se encuentra en las bebidas de los cruceristas. Que la actual singladura del pequeño navío expedicionario tenga lugar por aguas tan «cálidas» obedece a que se encuentra realizando un crucero de reposicionamiento para dirigirse a su próximo lugar de trabajo, la costa noruega, donde operará hasta finales de verano. El cambio de domicilio lo aprovecha el Midnatsol para efectúar una travesía de tres semanas de duración con inicio en la ciudad marroquí de Casablanca el pasado 17 de abril y que incluye paradas en Gibraltar, Cádiz, Portimao, Lisboa y el mencionado puerto luso de Leixoes antes de recalar en Marineda. Por delante quedan varias y exóticas escalas (al menos exótico para lo que suele verse en la industria crucerística): Brest, St. Mary (Islas Scilly), Cork y Dublín (Irlanda), Douglas (Isla de Man), Iona, Staffa y Stornoway (las 3 en el archipiélago de las Hébridas), Kirkwall (Islas Orcadas), Edimburgo y Bremerhaven, puerto alemán que será última escala del viaje antes de poner rumbo a  Bergen (Noruega) donde finalizará esta fantástica singladura el próximo 7 mayo. En Bergen  establecerá el Midnatsol su base para sus próximas rutas.


Pequeño y pintón. Así es el Midnatsol.

Las dimensiones alejadas del creciente gigantismo que domina el sector en el caso de unos (AidaLuna y Viking Sea) sumado a la reducida cifra de pasaje de otros motivada por las especiales características del viaje que realizaba (Midnatsol) hicieron que la jornada del domingo destacara en número de cruceros atracados pero no tanto en pasajeros llegados por vía marítima. Los apenas 3.200 cruceristas que sumaron el trío de embarcaciones, si bien es una cifra nada desdeñable, no pueden ni compararse con la traída por otra tríada de naves apenas tres días antes cuando Azura, AidaDiva y Hamburg llegaron con un cargamento de 5.500 personas, contando unicamente al pasaje. Aún siendo una cifra sensiblemente inferior la presencia de turistas el domingo se notó y mucho, especialmente en el centro de la ciudad lo que unido a la coincidencia de la jornada festiva contribuyó a dar un gran ambiente a las principales zonas turísticas de la urbe herculina a lo largo de todo el día.

Lo dejamos aquí de momento. En la segunda parte del post continuaré el repaso a lo que dio de sí la triple escala del pasado domingo en el puerto de A Coruña.

Las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.