La temporada crucerística 2017 ha comenzado de lo más movidita. No sólo en el ámbito local, donde en apenas dos semanas ya se han producido varias escalas; a nivel mundial el sector crucerístico anda bastante revuelto y el complejo momento económico que vivimos se ha cobrado la primera víctima del presente curso; se trata del conglomerado All Leisure Holidays Group, encargado de operar las navieras Swan Hellenic y Voyages of Discovery, que hace unos días anunciaba el fín de sus operaciones. Pues si que empezamos bien…

El Minerva se ha convertido, muy a su pesar, en uno de los protagonistas en este comienzo de año crucerístico.

El pasado 2 de enero All Leisure Holidays Group emitía un comunicado vía Twitter en el que informaba de la cancelación de todas las salidas correspondientes al mes de enero para sus buques Minerva y Voyager debido a «razones operacionales». Era el principio del fín. Tan sólo dos días después el consorcio comunicaba el cese de operaciones definitivo en otro escueto mensaje, un abrupto final que afectaba también a los más de 400 pasajeros que el momento del cese
se encontraban disfrutando de sus vacaciones a bordo de los navíos afectados y que
quedaron tirados unos en el puerto de Marsella (los del Minerva) y otros en el puerto malayo de Port Klang (los del Voyager). Para ayudar a salvar la caótica situación la Autoridad de Aviación Civil británica ayudó a repatriar a todo el pasaje a sus respectivos lugares de procedencia. La desaparición de las marcas Swan Hellenic y Voyages of Discovery supone además dejar sin vacaciones a las 7.000 personas que ya tenían contratados sus cruceros en alguno de los dos buques. Un portavoz de All Leisure Holidays Group ha declarado que a todos aquellos que tenían reservado su pasaje con estas dos compañias les será reembolsado el dinero si bien el daño ocasionado a los futuros cruceristas es ya inevitable. Para ayudar a paliar en lo posible esta situación la naviera británica Cruise & Maritime Voyages ha ofrecido a los afectados la posibilidad de embarcar en alguno de sus cruceros para las fechas que tenían reservadas y con unas tarifas especiales. R.J. Allard, presidente del grupo empresarial propietario de ambas navieras ya había escrito una carta a los inversores a principios de 2016 señalando las dificultades económicas por las que atravesaba la división de cruceros, que había declarado importantes pérdidas durante los tres últimos ejercicios.

Al Voyager el fín de las operaciones de su naviera le pilló en aguas asiáticas y con más de 400 pasajeros a bordo que se quedaron tirados en Port Klang (Malasia).

¿Cómo afecta todo este embrollo a los coruñeses?. Realmente el impacto será pequeño aunque de momento la dársena herculina ha perdido 3 de las 115 escalas previstas para este 2017, un daño insignificante si lo comparamos por ejemplo con el sufrido en la dársena de Portsmouth; este puerto era el punto base de gran parte de las rutas de estos dos buques y el cese de sus operaciones ha supuesto la reducción de su tráfico crucerístico anual en un 40%.

El Minerva tenía previsto hacer escala en nuestra ciudad el próximo 22 de febrero.

Pero más allá de los fríos números la triste noticia supone para los shipspotters coruñeses y aficionados al mundo naval en general el dejar de ver (al menos por un tiempo) las maniobras de dos buques que, si bien no destacan en tamaño, sí lo hacen por mantener unas proporciones y una estética armoniosas en un mundillo en el que las siluetas de verdaderos buques están casi en peligro de extinción a costa de los megacolosos de decenas de pisos peyorativamente llamados cajones flotantes. Si el título de la entrada hace mención al Minerva y no al Voyager se debe a que al primero de ellos le profeso un cariño especial en gran medida por formar parte de mi vida practicamente desde  mis inicios en la fotografía naval, allá por 1996. Es por este motivo por el cual voy a dedicar esta entrada a especular un poco sobre el futuro del Minerva aunque todo lo escrito puede hacerse extensible al Voyager y lo voy a hacer analizando un abanico de posibilidades sobre lo que el futuro puede depararle a este navío.

Nubes negras (y no de humo precisamente) aparecen en el futuro del Minerva.
  • Posibilidad 1: Compra por parte de otra naviera

Si
te quedas sin trabajo la solución es… buscar uno nuevo, aunque ésto
no es fácil. Al igual que nos ocurre a las personas el Minerva se
encuentra en una edad difícil (21 años) para reincorporarse al mercado
laboral por lo que sus opciones se reducen drásticamente. En un mundillo
dominado por los mega-resorts flotantes de  última generación
parece complicado que un pequeño navío de 12.000 toneladas con más de
dos décadas de vida marinera a sus espaldas tenga su hueco aunque siempre hay opciones; el gran auge que está viviendo el sector crucerístico supone la aparición de numerosas las compañías de nueva creación que buscan sacar tajada del momento de esplendor en el que se encuentra esta industria. La compra de un pequeño barco ya entrado en años podría significar para estas nuevas empresas una oportunidad asequible para hacerse un hueco en el sector. Las posibilidades aumentan en mercados emergentes como China o Corea, en los que ya se están empezando a fundar navieras propias.

El Minerva poco o nada tiene que ver con los megacruceros actuales (como el Ventura, a la derecha de la foto) que dominan el sector pero aún así cuenta con una importante cuota de mercado.
(Foto: Manuel Candal)
  • Posibilidad 2: Chárter a otra naviera

Los 20 años de edad del Minerva pueden hacer poco recomendable la inversión en forma de compra del buque por parte de alguna naviera. Otra cosa es el alquiler y que esta pequeña diosa opere en régimen de chárter para alguna compañía durante un período de tiempo concreto. Personalmente considero esta opción como la más probable dentro del abanico que se analizan en este post. Ya sólo sería cuestión de buscar un cliente: Navieras como Voyages to Antiquity o la anteriormente mencionada Cruise & Maritime Voyages encajarían dada la tipología y tamaño de los buques que componen sus flotas. Esta última cuenta con varios chárters en sus filas (el Marco Polo, por ejemplo) y el Minerva casaría bastante bien con la filosofía de la marca aunque en los últimos años la compañía está optando por navíos cada vez de mayor tamaño; sin ir más lejos en primavera se incorporará a su flota su nuevo buque insignia, el Columbus, (ex-Pacific Pearl). ¿Y Fred. Olsen?. Opera con buques clásicos de tamaño pequeño-medio y están obteniendo unos excelentes resultados en cuanto a reserva de pasajes. Quizás no les vendría mal aumentar el número de plazas ofertadas, si bien la rumorología apunta a que a corto-medio plazo anunciará la construcción de un nuevo barco.

La naviera britanica Voyages to Antiquity, que opera en la actualidad con el buque Aegean Odyssey, podría ser una buena opción para el Minerva.
  •  Posibilidad 3: La teoría del Ave Fénix

Resurgir de las cenizas puede sonar ciertamente mitológico pero en el mundillo empresarial está a la orden del día. Para el caso que nos ocupa resultaría de lo más propio ya que la naviera del Minerva es Swan Hellenic, (en castellano «cisne heleno») por lo que todo quedaría en el mundillo «pajaril». Además no sería la primera vez que esta naviera resucitase de entre los muertos; ligada históricamente a la compañía P&O, la compra de ésta por el gigante crucerístico Carnival en 2003 hizo que el futuro de Swan Hellenic se tornase negro hasta que tras varios años de ninguneo finalmente en 2007 la corporación norteamericana se cargó de la noche a la mañana la pequeña naviera. Numerosas campañas mediáticas pidiendo su regreso fueron el detonante para que en 2008 la Swan Hellenic y su buque Minerva volvieran a la actividad  de la mano de Lord Sterling, una de las grandes figuras del sector crucerístico, y ya bajo el paraguas de All Leisure Holidays Group. Con estos antecedentes no sería descartable que dada la buena imagen de la
marca algún grupo empresarial comprara los derechos comerciales del nombre
para volver a operar el tándem Swan Hellenic-Minerva.

¿Y si el «Cisne Heleno» resurge cual Ave Fénix?. Una posibilidad más…
  •  Posibilidad 4: Desguace

No por indeseable debemos dejar de hablar de la posibilidad de que el comprador del Minerva sea algún chatarrero asiático y que el buque tenga un cruel y anticipado final varado en una playa a la espera de ser sopleteado. A mi modo de ver es una probabilidad bastante remota ya que sería ir en contra de lo que dicta la lógica el desguazar un buque con bastantes años de vida marinera todavía por delante y con la alta demanda de plazas que vive el sector, pero si el período de inactividad del navío se prolonga mucho en el tiempo esta posibilidad, en principio inverosímil, podría ganar enteros. Cruzaremos los dedos para que no sea así.

Una dolorosa imagen: El histórico Canberra reducido a chatarra en Bangladesh, una prueba de lo cruel que puede llegar a ser a veces esta industria, que no respeta ni figuras históricas como la de este navío de leyenda. Aunque son situaciones completamente distintas y sería altamente remota, la posibilidad de que el Minerva sea desguazado prematuramente irá en aumento en la medida en que tarde en concretarse su futuro laboral.
(Foto: autor desconocido)

Cábalas y más cábalas. Es lo único que cabe hacer respecto al futuro del Minerva (y del Voyager) hasta que en las próximas semanas o meses se desvele su destino. Desde este pequeño rincón virtual sólo me queda expresar mi deseo de que ambas naves vuelvan pronto a dedicarse al cometido principal para el que fueron creadas; navegar, y que en poco tiempo los volvamos a ver surcando de nuevo aguas coruñesas.

La última foto que tomé del Minerva navegando por la ría coruñesa, el pasado 31 de julio. Esperemos que no sea precisamente eso, la última.

Agradecimientos a mi amigo Manuel Candal por darme su beneplácito para utilizar una de sus estupendas fotos para ilustrar el post de hoy.

Salvo las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.