…pero no se pudo.

De acuerdo. Lo admito. He de reconocer que llevo unas fechas en las que no estoy muy acertado y es que este mes de agosto que acaba de finalizar he visto como aumentaban de forma alarmante ciertos desajustes en cuanto a los horarios de las escalas de cruceros que han tenido como consecuencia el llegar tarde tanto a las entradas como a las salidas de los buques que nos visitan con el consecuente desastre en el reportaje fotográfico necesario para ilustrar cada una de las escalas.

El Seven Seas Voyager durante la maniobra de atraque mostrándonos 
su popa atestada de camarotes con balcón exterior.

Pues bien; este pasado 26 de agosto ya ha sido la gota que ha colmado el vaso, y realmente en esta ocasión reconozco que el cabreo ha sido importante ya que el protagonista en cuestión era el Seven Seas Voyager de la naviera Regent Seven Seas Cruises. Esta nave reune tres requisitos muy importantes que la convierten en una de esas «piezas suculentas» para los que nos dedicamos a «cazar barcos» a golpe de zoom y encuadre; a saber:
a) es un buque realmente bonito (cuestión de gustos, al menos para mí sí lo es).
b) es uno de los barcos más lujosos de cuantos componen la flota crucerística mundial.
c) tiene el aliciente de no ser muy habitual por nuestra costa (aparece una vez al año, como mucho).

Pues no ha habido manera. Ni a la entrada ni a la salida. Dirán ustedes que sería mejor intentarlo cuando está quieto, es decir, durante las horas que permanece amarrado en el muelle pero que quieren que les diga; eso es como sacarle fotos a un león en un zoo; la gracia está en verlo en su hábitat natural y el hábitat natural de los barcos es en mitad de la mar, navegando (o al menos maniobrando).
Quizás estoy siendo demasiado negativo puesto que a la entrada algo si pude salvar, aunque no gran cosa, y al menos puedo contar con un puñado de fotos que atestiguan la presencia del lujoso buque en la ciudad. Así que este pasado 26 de agosto me tuve que contentar con ver al Seven Seas Voyager a mitad de su maniobra de atraque en los muelles. La nave llegó sobre las 07:00 horas procedente del puerto de Bilbao para permanecer en la ciudad durante 12 horas, hasta que a media tarde continuó travesía hacia Portugal.

Aquí lo dejo por hoy esperando tener más suerte con el Seven Seas Voyager en su próxima escala, que ya será el próximo año. Y perdonen por el tono autocrítico del post, pero es que así de paso me desahogo. Ya saben: Escriban un blog y ahorrarán en psicólogos…