Tras un comienzo de mes frenético, con una escala doble el primer día de mayo y otra triple dos días más tarde, el pasado domingo 5 de mayo el puerto de A Coruña recuperó la cadencia normal de visitas de naves de pasaje y volvió a dar cabida a un único inquilino en sus muelles. En esta ocasión el protagonista fue el buque AidaSol de la naviera germana Aida Cruises. El barco alemán llegó a aguas coruñesas tras realizar la travesía desde el puerto de Lisboa y lo hizo tomándoselo con bastante filosofía, con velocidades que por momentos apenas llegaron a los 6 nudos pero hay que entenderlo; se trata de un viaje de placer y aquí las prisas quedan fuera de la ecuación.

El logo de Aida Cruises coronando la chimenea del AidaSol.

Aún con la parsimonia con la que el AidaSol se tomó la travesía llegó bastante temprano a las instalaciones portuarias y cuando el reloj marcaba las 07:00 horas la nave germana se encontraba ya maniobrando en aguas interiores para atracar por su costado de babor en el muelle de transatlánticos.

 Pese a ser alemán, el AidaSol luce bandera italiana y tiene a Génova como puerto de registro.

Construido en el año 2011 en los astilleros alemanes Meyer de Papenburg (Alemania), el AidaSol es el quinto componente de la Sphinx-Klasse o clase esfinge, que forman un total de siete unidades casi gemelas todas ellas construidas en los mismos astilleros y casi todas ellas muy frecuentes en nuestro puerto; baste como ejemplo de esta última circunstancia el que tan sólo 48 horas antes del AidaSol estuvo en A Coruña su gemelo AidaMar. Así que corrigiendo a muchos de los que cuando observan la llegada o la salida de este buque o de sus hermanos afirman que se trata de un único barco llamado Aida y que nos visita muchas veces les diré que en realidad son siete barcos distintos pero que externamente son casi iguales.

 

Y digo «casi» porque las siete naves no son idénticas. Las tres primeras (el Diva, el Bella y el Luna) se consideran clase esfinge mientras que las 4 restantes (el Blu, el Sol, el Mar y el Stella) son una modificación de los primeros («clase esfinge modificada», lo que ustedes prefieran) en los que se ha producido un ligero aumento de tamaño al añadir cubierta y media más hacia la proa lo que se traduce en un mayor registro bruto de estas unidades respecto a las primeras. Por ese motivo el AidaSol aumenta casi 2.000 toneladas respecto al diseño original y llega a las 71.304.

La del pasado domingo es la cuarta escala que este navío realiza en nuestra ciudad tras debutar en septiembre de 2011 y no será la última de este año; el próximo 27 de diciembre los partes meteorológicos anuncian «sol» para toda la jornada y además con el aliciente de ser, si las previsiones se cumplen, la última escala del año en A Coruña. La del pasado día 5 finalizó a las 18:00 horas cuando el buque germano soltó amarras para poner rumbo a su siguiente destino, el puerto francés de Le Havre. Por supuesto lo hizo al más puro «estilo Aida», esto es, rumbo zigzagueante apuntando primero al sur para que los pasajeros pudieran contemplar la Torre y sus alrededores desde el barco antes de continuar rumbo norte. Alemanes, ya saben….