Todos los años por estas fechas se suele producir en A Coruña algo parecido a una cumbre europea flotante; una especie de «día D» en el que tiene lugar un desembarco masivo de miríadas de turistas llegados por vía marítima en tres, cuatro o más ciudades flotantes que, por esos caprichos que tiene el calendario coinciden en nuestro puerto durante la misma jornada. Pasó un 8 de mayo de 2012 con los buques AidaBlu, Brilliance of ths Seas y Silver Whisper. Se repitió el 3 de mayo del 2013 con el AidaMar, el Empress y el MSC Poesia. En 2014 el segundo día del mes de mayo trajo la mayor reunión de naves de crucero jamás vista antes en nuestra urbe: Delphin, Deutschland, Empress, Hamburg, Oriana y Voyager; 6 buques para una jornada que ya ha quedado en el recuerdo de todos. La de este año, sin ser tan numerosa en comparecientes como la del curso anterior ha resultado ser tanto o más destacada porque dos de sus tres integrantes eran debutantes en la plaza aunque, a fuerza de ser sinceros, fue uno de ellos el que acaparó casi todas las miradas no sólo por novedoso sino tambien por su colosal envergadura; les hablo del Britannia, que junto a los buques Le Soleal y Mein Schiff 1 escribieron este jueves 14 de mayo una nueva página dorada en la historia de nuestra ciudad.

Desde hace ya algún tiempo la presencia de varios buques de crucero atracados al unísono en el puerto coruñés es muy frecuente.

Un triplete espectacular este primero del año (aunque lo de «triplete» hay que matizarlo puesto que los tres no llegaron a coincidir al tiempo) y en el que pese al empaque de cada uno de los tres protagonistas de la jornada, suficiente para llamar la atención si los viésemos atracados en solitario, todo el interés estuvo focalizado en el nuevo buque insignia de la P&O, el Britannia, cuya visita levantó una enorme expectación, algo que ya sabíamos que ocurriría con la llegada del nuevo gigante. Y es que ser el más moderno y mayor buque jamás construído para una de las navieras con más tradición y prestigio del sector, realizar su visita inaugural en A Coruña y convertirse en el tercer navío de pasaje más grande de todos los tiempos en atracar en aguas de Marineda son demasiados ingredientes como para que la suya fuera considerada una escala más, algo que se notó también en el tributo que desde diversos ámbitos se le rindió a este nuevo icono británico a lo largo del día como veremos más adelante.

Impresionante se mire por donde se mire. Así es el nuevo Britannia.

La sola presencia del Britannia dejó en un segundo plano el otro debut del día, el del navío galo Le Soleal, un buque que pese a sus pequeñas dimensiones es todo un fuera de serie en su segmento. Su tamaño, su hora de llegada y su poco vistoso lugar de atraque le hicieron pasar bastante desapercibido pese a que, como digo, se trata de una unidad interesantísima al que más adelante en esta entrada especial le dedicaré el espacio que bien merece.

El Le Soleal también debutó este jueves en la rada coruñesa, aunque pasó bastante más desapercibido.

A la hora de hacer balance de la jornada dejaré las sensaciones a un lado (todas ellas muy buenas) y le daré protagonismo al frío lenguaje de las cifras; éstas hablan de que la visita de los tres ingenios flotantes este jueves trajo a la ciudad un total de 5.700 pasajeros, 8.100 personas si sumamos también a las tripulaciones que se traduce en unos buenos ingresos para las arcas locales y una excelente promoción de la ciudad. Los números, si bien son excelentes se quedan lejos del récord de visitantes en una sola jornada que data del 16 de mayo de 2013, cuando los buques Independence of the Seas y Ventura coincidieron en la ciudad sumando un total de 7.200 turistas. La marcas están para ser batidas pero el no hacerlo tampoco quiere decir que se estén haciendo las cosas mal; para el caso concreto que nos ocupa, la presencia de cruceros en la ciudad, A Coruña está haciendo muy bien los deberes.

Britannia (en primer plano) y Mein Schiff 1 (al fondo) compartieron atraque por unas horas.
(Foto: Manuel Candal)

La nueva histórica jornada comenzó a primera hora de la mañana y a lo grande cuando poco antes de las siete el fastuoso Britannia llegaba a los dominios de la Torre de Hércules procedente de Funchal. Tras subir a bordo el práctico que lo conduciría a su lugar de atraque el nuevo prodigio naval de la compañía británica P&O viró en aguas interiores permitiendo a los allí presentes, shipspoters, trabajadores iniciando su jornada laboral o simples paseantes, constatar la grandiosidad del artefacto que se acercaba lentamente hasta la línea de amarre del muelle de trasatlánticos. Podrá gustar o no gustar y aquí entraríamos una vez más en el sempiterno debate del diseño de los barcos clásicos frente al de los modernos «cajones flotantes» pero lo que no admite duda es que el nuevo Britannia es un objeto visualmente soberbio que impresiona cuando lo ves a apenas unos metros de tí maniobrando con la agilidad de un bailarín. Un ejercicio maestro de ingeniería naval.

Muchos amigos shipspoteros nos concentramos en la zona del Parrote para ver la llegada del Britannia.

Con el majestuoso buque británico finalizando la maniobra de atraque la afilada proa del Mein Schiff 1 asomó tras el Castillo de San Antón. Procedente del puerto de Leixoes el buque alemán llegó a rebufo de la estrella mediática de la jornada con la que realizó en convoy la parte final de la travesía que trajo a ambas naves a A Coruña. A bordo del barco germano, propiedad de la naviera TUI Cruises, 1.928 pasajeros, teutones casi en su totalidad, que disfrutan estos días de una estupenda singladura de 12 días de duración con salida desde Palma de Mallorca y llegada a Hamburgo. Con la mayor parte de la línea de atraque del muelle de trasatlánticos ocupada por los «british», los alemanes se tuvieron que contentar con el muelle de Calvo-Sotelo Sur como punto de amarre, un hecho que junto a la presencia del imponente Britannia hizo que el vistoso Mein Schiff 1 luciera menos que de costumbre.

El Mein Schiff 1 fue el segundo en llegar.

Faltaba uno de los integrantes del trío pero éste se reservó para la tarde. No es que el Le Soleal tuviera problemas de algún tipo que le impidieran llegar a la hora convenida a la ciudad; es simplemente que el va a otro «rollo», moviéndose en destinos y en horarios fuera de lo que es común en el sector. Una prueba más de que se trata de una unidad muy exclusiva con un target de mercado muy diferente al de sus compañeros de escala de este jueves. Su llegada, así como las circunstancias de porqué ésta se produjo a una hora tan atípica las analizaré más adelante; de momento vamos a hablar con más detalle sobre cada uno de los miembros de este fantástico trío empezando quizás por el más conocido de los tres, el buque Mein Schiff 1.

Y es conocido porque con la de esta semana, su primera escala del año en nuestra ciudad, lleva ya unas cuantas realizadas en aguas de Marineda desde su debut en abril de 2010. En aquellos días el buque se llamaba simplemente Mein Schiff y era la piedra angular sobre la que comenzó a cimentarse el éxito de una
naviera de reciente formación fruto de la alianza entre el gigante
crucerístico Royal Caribbean y el operador alemán TUI AG. Su éxito se
traduce en una flota actual de cuatro navíos (todos ellos con el mismo nombre
«Mein Schiff» y su número correspondiente) y con otros cuatro buques en
fase de construcción o en proyecto. Precisamente TUI Cruises será una de
las compañias protagonistas del año en los muelles coruñeses más allá
de la presencia de su «número 1» en la jornada de este jueves y es que el
próximo mes de septiembre debutará en nuestras aguas su flamante buque
insignia, el Mein Schiff 4, botado hace tan sólo unos días.

Construído en los astilleros Meyer Werft de la localidad de Papenburg (Alemania) y botado en el año 1996 con el nombre de Galaxy para la naviera Celebrity Cruises, el actual Mein Schiff 1 es un buque que antes catalogaríamos como grande aunque quizás ahora se nos ha quedado un poco escaso de tonelaje para encajarlo dentro de esta definición; no es que el Mein Schiff 1 haya encogido con el paso de los años; más bien es el mundillo crucerístico el que ha crecido tendiendo cada  vez más a la gigantización del sector y ahora consideramos un «peso medio» a una unidad de 70.000 toneladas de registro bruto. Ésta en concreto tiene 77.713 toneladas y unas dimensiones de 263´9 metros de eslora, 32´2 metros de manga y 7´7 metros de calado. En sus 10 cubiertas de pasaje el buque germano puede albergar a 2.114 pasajeros en capacidad máxima con una dotación de 843 tripulantes. El Mein Schiff 1 navega bajo pabellón de la isla de Malta.

En el momento de su botadura el Mein Schiff 1 era uno de los buques de pasaje más grandes del mundo. Actualmente el Britannia casi dobla su registro bruto.

La progresiva entrada de nuevas unidades en la flota de la naviera alemana traerá novedades para el Mein Schiff 1 a corto plazo; hace unos días durante la presentación de los resultados del primer semestre del año fiscal la compañía TUI Cruises anunció sin dar una fecha exacta que esta nave y su gemela, el Mein Schiff 2, pasarán a formar parte de la flota de Thomson Cruises, marca perteneciente al mismo grupo pero orientada hacia el mercado británico. Así pues un nuevo cambio de colores para este barco que en su nueva aventura comercial probablemente dejará de visitarnos de forma tan asidua.

Soplan vientos de cambio para el Mein Schiff 1.

Todavía quedan dos de los tres buques por analizar y muchos detalles de lo que dio de sí la histórica jornada crucerística del jueves en A Coruña, pero eso será en próximos posts. De momento lo dejamos aquí.

(Foto: Manuel Candal)