En la anterior entrada comencé la crónica sobre la exitosa historia de Aida Cruises con motivo de la conmemoración de su 20 aniversario que se cumple este año. Tras hablar un poco sobre sus orígenes y sus comienzos hoy toca proseguir el relato en el inicio del nuevo siglo, punto donde lo habíamos dejado y a partir del cual la naviera experimentó una brutal expansión que la ha llevado a convertirse en una de las marcas punteras del sector.
Como mencioné al final del post anterior 1997 supuso el nacimiento de la marca Aida Cruises como tal tras la entrada de la naviera P&O en el accionariado de Arkona Touristik. Sin embargo la aparición en escena de la histórica compañía británica no fue el principal detonante del brutal proceso expansivo que llegaría años después. Éste se fraguó en el año 2003 cuando el gigante crucerístico norteamericano Carnival Corp. adquirió la naviera P&O y con ella la emergente y prometedora compañía alemana. Además de hacerse con sus servicios, Carnival realizó una completa reestructuración de sus marcas situando a Aida bajo el paraguas de Costa Cruceros aunque manteniendo la identidad e imagen corporativa de ambas compañías por separado. Éste es el motivo por el cual los buques de Aida Cruises portan bandera italiana y llevan bajo su propio nombre el de Génova como puerto de registro.
Corazón alemán. Matrícula italiana: Los buques de Aida Cruises tienen como puerto de registro el de Génova.
Carnival tenía ambiciosos planes para su nueva adquisición conscientes de la importancia del mercado alemán, que por aquel entonces era el de mayor proyección de todo el continente europeo (actualmente es el mercado líder tras haber superado hace un par de ejercicios al tradicional número uno, el británico). En primer lugar se «cargó» la división de cruceros oceánicos de A´Rosa Cruises, creada apenas un año antes por la P&O, y su único buque, el A´Rosa Blu, fue transferido a Aida Cruises, donde tras unos trabajos de adecuación fue rebautizado como AidaBlu. Pero esta incorporación fue sólo un parche mientras el verdadero plan iba tomando forma (nunca mejor dicho) en la localidad alemana de Papenburg. En octubre de 2004 el consorcio norteamericano ordenaba a los astilleros Meyer, situados en esta localidad de la región de la Baja Sajonia, la construcción de dos nuevos buques de cruceros con un coste aproximado de 630 millones de euros (315 millones la unidad) aunque apenas unas semanas después se anunciaba que serían tres los navíos a construír. Al trío de buques se les conocería en su conjunto como Sphinx-Klasse, y tenían como fecha prevista de entrada en servicio las primaveras de 2007, 2008 y 2009.
Resulta curiosísimo ver una imagen del antiguo AidaBlu con los colores de la naviera alemana, que parecen no cuadrar mucho con la fisionomía del barco. Este buque tuvo una vida comercial breve dentro de la compañía aunque le dio tiempo a visitar A Coruña en una ocasión.
A diferencia del tradicional gran teatro al uso presente en todos y cada uno de los megacruceros modernos, los Clase Esfinge de Aida Cruises incorporan un nuevo y revolucionario concepto cuyo curioso nombre define a la perfección su uso. El Theatrium es una amplia estancia de tres cubiertas de alto con un área de 3.000 metros cuadrados que combina en una sola zona las funciones del atrio central de la nave y del teatro. Gracias a su superficie acristalada el Theatrium ofrece también unas excelentes vistas panorámicas que se pueden disfrutar placidamente en alguno de los bares que alberga en sus tres pisos, además de dar cabida a numerosas actividades de ocio con una ambientación que varía radicalmente entre el día y la noche. El Theatrium suele ser el habitual punto de encuentro para los pasajeros de estos buques.
Tras la botadura del AidaDiva en 2007 llegaron sus dos gemelos, el AidaBella (2008) y el AidaLuna (2009). Carnival había dado con la clave del éxito y habiéndola encontrado… ¿para qué cambiarla? Los planes iniciales de construír tres buques se ampliaron a un total de siete y de los astilleros Meyer comenzaron a salir «Aidas» como churros. Así 2010 fue el año en el que vio la luz el AidaBlu al que le siguió un año más tarde el AidaSol. El AidaMar se convirtió en 2012 en el sexto integrante de de la Sphinx-Klasse y en 2013 el AidaStella cerró la saga, una de las más prolíficas y exitosas de la industria crucerística moderna. A pesar de que a los siete buques se les considera gemelos, los cuatro últimos difieren de los tres primeros en tamaño y por ello en algunos medios los catalogan dentro de una clase aparte, la Ikarus-Klasse. La diferencia de tamaño estriba fundamentalmente en la adicion de una cubierta y media, lo que aumenta el registro bruto del Blu, el Sol, el Mar y el Stella hasta las 71.304 toneladas. También miden 1.44 metros más que el diseño original. Mayor tamaño también supone la posibilidad de incluír más novedades a bordo. Cuando debutó el AidaBlu se convirtió en el primer buque de pasaje del mundo en incluír entre su oferta una cervecería donde se destila su propia bebida, un hecho realmente insólito. Su spa también marcó un hito en el sector al convertirse en el más espacioso de los existentes en alta mar. El último buque de la saga, el AidaStella además de poseer este equipamiento incluyó como novedad un vanguardista sistema anticontaminación para sus tanques de lastre que evita la contaminación biológica, rasgo que convirtió al navío en el más respetuoso con el medioambiente de toda la flota crucerística mundial.
(Foto: Astilleros Meyer)
Los buques de la Sphinx/Ikarus-Klasse pueden presumir además de su innegable éxito comercial por figurar en los libros de registros gracias a varias «hazañas», alguna de ellas de lo más inverosímil. Así el AidaBlu ostenta el récord de ser el buque de pasaje más rápido en atravesar el Canal de la Mancha. La marca data del 5 de septiembre de 2011 cuando el Blu zarpó de Le Havre a última hora de la tarde llegando a la ciudad de Southampton tan sólo 6 horas y 45 minutos más tarde. Más curiosa es la marca lograda por el AidaBella: en septiembre de 2010 el segundo integrante de la Clase Esfinge entró en el Libro Guiness de los Récords al convertirse en la embarcación más grande de todos los tiempos
en propulsar a una persona practicando sky acuático cuando tiró del surfista alemán Jan Schwidereck durante 6
minutos y veinticinco segundos a una velocidad de unos 14 nudos.
(Foto: Aida Cruises)
Al igual que sucediera con la serie antecesora, La Sphinx-Klasse ha tenido practicamente desde su aparición una importante presencia en aguas coruñesas y sus 7 integrantes se han dejado ver en más de una ocasión por nuestra ría: El AidaBella debutó en la ciudad en septiembre de 2008. Su gemelo Luna nos visitó el 27 de marzo de 2009, cinco días después de iniciar su actividad comercial. Al año siguiente fue el AidaBlu el que se dejó caer por la ciudad a mediados de febrero y tan sólo 4 días después de su bautismo oficial. Los estrenos anuales de Aida Cruises en A Coruña continuaron en 2011 cuando a finales de verano debutaba el AidaSol y sobre las mismas fechas del año siguiente los coruñeses veíamos por primera vez al flamante AidaMar. El AidaStella por su parte hizo su escala inaugural en mayo de 2013, tan sólo dos meses después del inicio de sus operaciones. Curiosamente el último Aida en debutar en aguas de Marineda ha sido el iniciador de la saga de las esfinges, el AidaDiva; fue en abril de 2015, casi 8 años después de su botadura. Con su estreno en A Coruña se cerró el círculo de visitas inaugurales de esta ya legendaria saga crucerística.
Con la clausura de la gran familia de la Clase Esfinge lo dejamos por hoy pero aún queda repasar todo lo que le ha ocurrido a la naviera Aida Cruises durante estos últimos tres años, que no ha sido poco. Será en la tercera entrega de este reportaje especial.
Salvo las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.