Que Aida Cruises constituye una opción completamente diferente a lo que ofrecen el resto de navieras «estándar» es de sobra conocido, de hecho la compañía germana hace de ello su carta de presentación alejándose lo más posible de los convencionalismos y de las ideas clásicas de lo que se entiende que debe de ser un barco de crucero actual.

En cada uno de los componentes de su flota su estilo desenfadado se hace patente en un sinfín de detalles, como por ejemplo su informalidad en el código de vestimenta o la inexistencia de la típica cena de gala con el capitán, rasgos que hacen de Aida Cruises una naviera más accesible y atractiva para los futuros cruceristas y que constituye una de las claves esenciales para entender el tremendo éxito de esta compañía.

El AidaBlu pasa junto al buque oceanográfico Ramón Margalef,  que espera 
pacientemente durante la salida del crucero.

El AidaBlu, que visitó A Coruña el pasado 13 de octubre no es ninguna excepción. El hasta hace unos meses buque insignia de la naviera alemana (su lugar lo ocupa ahora su gemelo AidaSol) realizó el pasado jueves su 5ª escala en la ciudad, la segunda de este 2011 tras la que tuvo lugar el pasado mes de abril. La presencia de la nave germana en la ciudad no pasó desapercibida, en parte porque si hay unos buques que no pasan inadvertidos en la industria crucerística esos son los componentes de la flota Aida con su casco decorado con esos rasgos tan «humanos».

El AidaBlu «maquillándose» y preparándose para salir.
(Fuente: aida.de)

El buque germano llegó sobre las 07:30 horas procedente del puerto de Santander cubriendo una ruta ya habitual para esta nave con inicio en la ciudad alemana de Hamburgo y final en Palma de Mallorca.

El AidaBlu es diferente en muchos sentidos a cualquier barco de crucero que nos pueda visitar (no todos tienen una mirada tan sugerente, por ejemplo). Esas diferencias ya comienzan en la disposición general de elementos a bordo, que se aparta bastante del estandar de las naves construidas desde principios de este siglo, y continúan con muchas de las instalaciones con las que cuenta a bordo, impensables en otros barcos. Ya hablé en anteriores posts de sus escalas de que el AidaBlu fue el primer buque de cruceros en tener su propia fábrica de cerveza, además de contar con el Spa más grande en alta mar. Durante sus escalas tambien es habitual ver a muchos de sus pasajeros salir a explorar la ciudad a golpe de pedal y es que otro de los rasgos de este insólito buque, y que en este caso se extiende al resto de la flota Aida Cruises, es que el AidaBlu cuenta con un parque móvil de 80 bicicletas para todo aquel que prefiera bajar a tierra y explorar las ciudades de una forma diferente.

Las bicicletas del AidaBlu,  personalizadas y todo.
(Fuente: avidcruiser.com)

Si todo ésto no fuesen argumentos suficientes para incluir al AidaBlu en una categoría propia, en la cubierta 15 encontramos el no va más. Como comenté antes si por algo destaca el AidaBlu es por el impresionante Body & Soul Spa, el mayor complejo dedicado al tratamiento corporal que se puede ver a bordo de cualquier buque de crucero (junto en su gemelo AidaSol). A lo largo de sus 2.600 metros cuadrados que ocupan tres cubiertas el afortunado que viaje en esta nave podrá gozar de mil y un tratamientos destinados a conseguir que la mente se evada completamente de la realidad y aunque no disfrutemos de un agradable masaje el simple reposo en la pieza maestra de este complejo servirá para olvidar todas nuestras preocupaciones. En el corazón mismo del spa se encuentra lo que podríamos definir como una réplica del edén al que han llamado muy acertadamente Wellness-Oase. En el interior de este oasis artificial con techo retráctil se encuentran un gran surtido de tumbonas acolchadas situadas entre una frondosa vegetación real formada por cañas de bambú. Imposible no dejar la mente en blanco…

En el interior del Wellness-Oase es dificil no encontrar la paz.
(Fuente: holidaycheck.at)

Pero en este templo de quietud y sosiego encontramos un rincón secreto señalizado con una discreta placa donde se puede leer «FKK deck«. Tan críptico nombre se corresponde con las iniciales de «Frei Koerper Kultur» que traducido al castellano quiere decir «cultura nudista», y es que el AidaBlu, al igual que el resto de buques de la clase Diva (el AidaDiva, AidaBella, AidaLuna y AidaSol) cuenta con una terraza destinada a todos aquellos que quieran realizar la práctica del naturismo, que cuenta con bastantes adeptos en la cultura germana. La terraza se encuentra en una zona  bastante reservada como cabría esperar en una instalación de este tipo que requiere unos mínimos de privacidad y se sitúa a proa en la cubierta más alta del AidaBlu.

La FKK-deck o terraza nudista se situa en la cubierta 15 más o menos 
por detrás de los radomos del AidaBlu.

Tras una escala de 11 horas en la ciudad en la que los turistas pudieron disfrutar de una climatología más propia del verano que de la estación otoñal en la que nos encontramos, el AidaBlu puso fin a su estancia en A Coruña y tras los tres bocinazos de rigor puso rumbo al sur para dirigirse al puerto de Lisboa continuando así su travesía por el Atlántico. Hasta el próximo 8 de mayo de 2012 (si las previsiones se cumplen) no volveremos a ver al AidaBlu por nuestras aguas aunque tenemos el consuelo de poder seguir gozando con la presencia de sus colegas de naviera, todos ellos habituales visitantes de nuestra ciudad.

En el interior de la terraza nudista del AidaBlu. Por decoro pixelizo la imagen 
para que nadie se ofenda (y para que no me cierren el blog…)