(Foto: Jose Manuel Ojén)

Alerta. Una palabra preocupante y que las últimas semanas surge inevitablemente a la hora de referirse a la climatología que tenemos desde que comenzó este atípico invierno. Atípico no por la presencia del frío, la lluvia o el viento si no por la extrema virulencia con la que se presentan estos fenómenos atmosféricos sobre todo estos dos último lo que da lugar a que continuamente la Agencia Estatal de Meteorología ordene algún tipo de alerta, bien sea amarilla, naranja o la ultimamente tan frecuente alerta roja, algo bastante alejado de la media de los últimos años. Y es que como titulaba hace unos días un períodico local no es normal tanta alerta roja.

(Foto: Manuel Candal)

Esta semana nos ha tocado vivir el enésimo episodio de estas características. El pasado lunes la previsión de empeoramiento en las condiciones marítimas hacía aumentar la alerta de naranja a roja a partir de las 18:00 horas. Máximo peligro. Olas de hasta 10 metros y vientos de más de 80 km/h que ya comenzaban a hacer de las suyas ese día en la mar. La primera víctima que se cobró la nueva borrasca fue el mercante holandés Abis Calais que con una avería en la hélice a primera hora de la mañana quedaba a la deriva y peligrosamente cerca de la costa coruñesa. En un impresionante y complicadísimo operativo de rescate que duró más de 53 horas y que en los momentos más críticos dejó al buque a menos de una milla de las islas Gabeiras finalmente se consiguió dar remolque al mercante y ponerlo a salvo en la ría ferrolana.

El Abis Calais a la deriva en mitad del embravecido océano tratándode 
ser remolcado por una unidad de Salvamento Marítimo.
(Fuente: Salvamento Marítimo)

Otra víctima del temporal fue el buque de crucero Oriana, que con su escala prevista para ese mismo día 27 se encontró con un inesperado y siempre desagradable compañero de atraque como es la alerta roja. En este caso las «víctimas» más que el propio crucero fueron sus sufridos moradores, que no debieron disfrutar mucho de la estancia y sobre todo de la salida del puerto coruñés. Lo que son las cosas; desde tierra el espectáculo se disfrutó de una manera bastante distinta.

El Oriana atracado en el muelle de transatlánticos.
(Foto: Manuel Candal)

Pero comencemos por el principio. En su primera parada del año, el Oriana llegó a la dársena herculina pasadas las 07:00 horas en unas condiciones que hubiera firmado para su posterior salida. Procedente de Gibraltar el navío de P&O, todo un habitual por nuestra costa, permaneció unas nueve horas atracado en puerto dando a sus casi 2.000 pasajeros la oportunidad de descubrir algunos de los bellos rincones de nuestra ciudad y de sus alrededores pese a que el clima no invitaba a ello. Es lo que tiene realizar un crucero en pleno mes de enero y por la costa Atlántica europea, que no puedes esperar que venga el buen tiempo…

(Foto: Jose Manuel Cereijo)

… Pero tampoco que venga tan malo. Ya amarrado en el muelle de transatlánticos el capitán de Oriana sabía que por la tarde la cosa se iba a poner muy fea y que la salida sería bastante comprometida; la situación llegó al extremo incluso de valorar que el Oriana se quedase a pasar la noche refugiado en A Coruña pero finalmente se optó por hacerse a la mar a la hora prevista considerando que no se comprometía la seguridad de ninguna de las personas que viajaban a bordo.

El Oriana preparado para hacer frente a la bravura del mar durante su salida.
(Foto: Jose manuel Ojén)

Pasados unos minutos de las seis de la tarde el Oriana soltó amarras con destino a Southampton y preparado para hacer frente a lo inevitable. Las brutales acometidas del oleaje le esperaban a la vuelta del dique de abrigo pero el navío inglés no se arredró y con paso firme puso proa a su destino fijado. El espectáculo desde la costa resultaba sobrecogedor y es que ver a un buque de la envergadura del Oriana, con sus 260 metros de eslora y sus casi 70.000 toneladas de registro bruto, dando violentos pantocazos en mitad de la noche pone los pelos de punta. Reconozco que en ese momento no me cambiaría por ninguno de sus pasajeros. Como una imagen vale más que mil palabras a continuación os dejo un vídeo de la salida del Oriana del pasado lunes, obra de Óscar Blanco, en el que podemos ver el impresionante «baile» que se marcó el buque británico durante su salida. Aprovecho para darle las gracias a Óscar por permitirme compartir el vídeo en este blog así como a  Manuel Candal, Jose Manuel Cereijo y Jose Manuel Ojén por su colaboración en forma de estupendas fotos.