La llegada del verano ha supuesto una importante ralentización en el ritmo de escalas de buques de pasaje en el puerto de A Coruña, nada preocupante tratándose de estas fechas y para esta zona geográfica pero aún siendo pocos los que llegan su presencia en la ciudad no pasa ni mucho menos desapercibida y es de justicia dedicarle unas líneas en este blog. Más si se trata de un barco tan singular e infrecuente como el que nos visitó el pasado martes día 2 de julio; el Club Med 2 de la naviera Club Med Cruises. Ante nosotros el buque a vela dedicado a cruceros más grande del mundo.

Procedente del puerto de Leixoes el Club Med 2 llegó a la ría coruñesa poco antes de las 08:00 horas para dejar completamente descolocado a todo aquel que a esas horas transitaba por la zona del paseo marítimo, tratando de ubicar dentro de un tipo de buque concreto al extraño especímen que se aproximaba. Y es que reconozco que salvo que exista un conocimiento previo ver entrar a este buque en un puerto deja cuanto menos perplejo, más si cabe si se ve con las velas recogidas y mostrando sus 5 palos desnudos.

Práctico a bordo.
(Foto: Jose R. Montero)

Construido en Francia a finales de 1992 con un coste aproximado de 125 millones de dólares, el Club Med 2 es una nave de pasaje de pequeño tamaño al que su particular propulsión lo convierten en todo un gigante dentro del subgrupo de los veleros. 14.983 toneladas de registro bruto, 187´1 metros de eslora, 20 metros de manga y 5 metros de calado. A bordo una dotación de 200 tripulantes para servir a un total de 409 pasajeros en capacidad máxima alojados en alguno de sus 197 camarotes, todos ellos exteriores. El buque está abanderado en Mata-Utu, la capital de las islas Wallis y Futuna. Quizás suene a chino pero es francés, concretamente el segundo registro para buques con bandera gala. Los segundos registros se crearon en la década de los 80 para evitar el proliferante negocio de las banderas de conveniencia y con ellos se consiguen ciertas ventajas fiscales respecto a los originales del mismo país. Por curiosidad les diré que las islas Wallis y Futuna son parte del territorio de ultramar francés y se encuentran en el Pacífico Sur. En ellas habitan unos 1.200 personas, que cogerían sin ningún problema en un buque de crucero de tamaño medio.

Si algo destaca en este buque son evidentemente sus velas. Éstas se izan sobre 5 mástiles con una altura de 67,5 metros sobre el nivel del mar capaces de exponer un total de 2.497 metros cuadrados de superficie vélica. Sus velas están hechas de fibras de dacrón, en esencia un compuesto químico denominado tereftalato de polietileno. Suena muy tecnológico (y lo es) pero estamos más que acostumbrados a usar este compuesto en nuestra vida diaria; al tereftalato de polietileno lo conocemos vulgarmente por sus siglas en inglés como PET y es el componente con el que actualmente se fabrican la mayoría de botellas de plástico. Su ligereza, así como su resistencia al desgaste y a la corrosión lo convierten en un compuesto muy interesante en la fabricación de velas. Pero no sólo de aire vive este barco: cuando
el buque no utiliza la fuerza de Eolo y lleva sus velas recogidas de la
propulsión se encargan cuatro motores diesel-eléctricos que hacen alcanzar
al Club Med 2 los 12 nudos.





Es lógico pensar que si este barco se llama Club Med 2, tiene que existir o haber existido un Club Med 1. Tal buque navega en la actualidad aunque lo hace bajo otro nombre, concretamente bajo el nombre con el que iba a ser bautizado inicialmente. Como se trata de una historia bastante curiosa (y un tanto compleja) será mejor empezar a contarla por el principio…


Y ese principio es en 1987 cuando la naviera Windstar Cruises, especializada en la navegación de placer a vela, decide expandir su negocio y ordena la construcción de un par de nuevos buques a los astilleros
Ateliers et Chantiers de Le Havre (Francia) pero no se trata de un encargo cualquiera; se trata de construir los buques de crucero propulsados a vela más grandes y punteros a nivel tecnológico jamás fabricados. Para llevar a cabo semejante proyecto los astilleros franceses tomaron como modelo los navíos ya existentes en la compañía americana, los Wind Song, Wind Star y Wind Spirit, aumentándolos hasta el triple de su tamaño. El resultado fueron dos buques realmente insólitos que aún a día de hoy y cuando ya superan las dos décadas de existencia, siguen sorprendiendo al verlos surcar los mares.

(Foto: Jose R. Montero) 

Sin embargo un inesperado giro en la vida de estos a navíos tuvo lugar ese mismo año cuando la Windstar Cruises fue absorbida por Holland America Line aunque con intención de que la naviera siguiera operando con su mismo nombre. La decisión más sorprendente, sin embargo fue la de anular la compra de los dos grandes veleros que se estaban construyendo en Francia y continuar operando unicamente con los tres barcos de la flota. En Le Havre se quedaron compuestos, con barcos y sin comprador a quien vendérselos, una situación insostenible para unos astilleros. Con el objetivo de salir del atolladero económico el gobierno galo ayudó a buscar una solución y mediante una serie de ayudas al crédito hizo posible que los dos buques fueran adquiridos por la compañía Club Mediterranee. 

Fundada en 1950, y mas comúnmente conocida como Club Med, se trata de una empresa francesa de resorts de vacaciones presentes en muchas partes del mundo, por lo general en lugares exóticos y se les considera como los inventores del concepto del resort todo incluido. A principios de los 90 la empresa se hallaba inmersa en un proceso de diversificación de su oferta y vieron en la compra de estos dos buques su gran oportunidad para entrar en el mercado de los cruceros.

Sin embargo un nuevo cambio de aires en la Windstar Cruises tendría lugar a principios de 1998 cuando Holland-America Line, ya englobada en el gigante crucerístico Carnival Corp., decidió que era el momento de revitalizar su filial de cruceros a vela e hizo valer una cláusula de compra preferente firmada con los astilleros franceses para recomprar el Club Med 1, al que le devolvió su nombre original de Wind Surf.
 

El gemelo del Club Med 2 es ahora el Wind Surf de la Widstar Cruises.
(Fuente: Windstar Cruises)


Las peculiaridades de este buque no sólo se encuentran en su exterior si no que a bordo nos encontramos con un montón de curiosidades, empezando por las actividades de ocio que el Club Med 2 ofrece a sus pasajeros. Uno de los principales atractivos es la posibilidad de practicar numerosos deportes acuáticos (todos ellos incluidos ya en el precio del pasaje, salvo el buceo) y es que a popa el Club Med 2 lleva una marina, o lo que es lo mismo, una plataforma extensible situada a nivel del mar y desde la que se pueden realizar diversas actividades acuáticas gracias al extenso equipamiento que el buque francés lleva a bordo: 12 tablas de windsurf, 3 embarcaciones a vela, 4 zodiacs, 2 motos acuáticas, varios kayaks y numerosos equipos de buceo. Otra opción es simplemente nadar y para ello el Club Med 2 ofrece la posibilidad de hacerlo en dos pequeñas piscinas de agua de mar.

Imagen de la marina, a popa del Club Med 2, abierta.
(Fuente: stopngo.be)



Y pese a que nos refiramos a este navío como velero y esa palabra nos evoque lo tradicional y tenga reminiscencias del pasado la realidad es que nos encontramos ante un ingenio flotante de altísima tecnología; baste para darnos cuenta el hecho de que para operar cualquiera de sus velas no hace falta la manipulación directa de ningún tripulante si no que su movimiento está completamente computerizado desde el puente de mando. Los ordenadores son los que se encargan también de mantener la nave en perfecto equilibrio a través del movimiento del agua de sus tanques de lastre ayudando de esta manera a corregir el balance del buque. Como ven un barco insólito en muchos sentidos. Incluso permite las visitas al puente de mando siempre y cuando el Club Med 2 no se encuentre realizando alguna maniobra en puerto.

Tras una larga escala de 12 horas en nuestra ciudad. A las 8 de la tarde el Club Med 2 zarpó rumbo a tierras francesas y a la salida, a diferencia de lo que mostró en su llegada, si que pudimos verlo con parte de su velamen izado. Por si esta visita les ha sabido a poco el próximo 1 de septiembre, si las previsiones se cumplen, lo tendremos por aquí de nuevo y si las peculiaridades de este tipo de buques les llaman la atención les aconsejo que no se pierdan la próxima entrada del blog por que está muy relacionada con el Club Med 2 (y hasta ahí puedo leer…). El post de hoy termina aquí no sin antes darle las gracias a Jose Montero por el material prestado y por la compañía durante la maniobra de entrada y a Carlos Rapela por el mismo motivo durante la maniobra de salida.

(Foto: Jose R. Montero)