Vuelta al trabajo. Cuando todavía retumban los ecos de la última escala de 2013 en la ciudad, la temporada crucerística 2014 ya se ha puesto en marcha. Si otros años ha habido que esperar hasta casi entrada la primavera para ver desfilar por nuestra bahía al primero de los visitantes llegados por mar, este 2014 parece querer soltar cuanto antes su gran cargamento de escalas y tan sólo cuatro días después de comernos las uvas hemos visto al primero de los muchos protagonistas que tendrá el año y el estreno ha sido a lo grande; el honor de inaugurar el ejercicio le ha correspondido al majestuoso (nunca mejor dicho) Queen Elizabeth de la naviera Cunard que nos visitó el pasado sábado día 4. Queda oficialmente abierta la temporada de cruceros 2014 en A Coruña.

En un principio las previsiones no indicaban que el «Cunarder» fuese a ser el encargado de abrir fuego o al menos que no sería el único; unas horas antes de su llegada estaba anunciada la recalada del Saga Sapphire pero la complicada situación meteorológica de estos días atrás hizo que el buque de la naviera Saga Cruises anulase su primer compromiso del año con el puerto herculino. No fue el único cambio de última hora; su compañero de naviera, el mítico Saga Ruby y cuya llegada estaba prevista para el día siguiente en lo que iba a ser su última escala oficial antes de su retirada definitiva al llegar a Southampton también anuló la visita por el mismo motivo lo que supuso todo un jarro de agua fría para los shipspotters y aficionados a los barcos en general que teníamos marcada esa fecha como una de las más importantes del año. Al menos la confirmación de que el Queen Elizabeth no variaría sus planes fue un pequeño consuelo que no palió del todo (al menos a mí) la profunda decepción que supone el hecho de no volver a ver nunca más a toda una leyenda de los mares como el Ruby.

(Foto: Jose Manuel Ojén)

Pese a que, como digo, su majestad Queen Elizabeth no varió su itinerario previsto por culpa de las inclemencias el viaje de camino a la costa de gallega tuvo que ser una auténtica odisea para esta prodigiosa nave; con alerta naranja en toda la zona desde hacía varias jornadas la ruta entre Gibraltar y A Coruña fue de todo menos un camino de rosas y para sus pasajeros a buen seguro que una experiencia bastante alejada de lo que debiera ser una navegación placentera, tanto es así que estoy convencido de que más de uno de los que viajaban a bordo se alegró mucho cuando sobre las 09:00 horas la Torre de Hércules se dibujó en el horizonte. Una vez atracado con la ayuda de dos remolcadores debido al fortísimo viento reinante en el momento de la maniobra, los más de 2.000 habitantes de esta imponente ciudad flotante pudieron bajar a tierra para tomar alguno de los buses de las excursiones descartando la opción de descubrir a pie los rincones más interesantes de la ciudad en vista del día de perros que les había recibido.

(Foto: Jose Manuel Cereijo)

La del pasado sábado supuso la segunda escala de este navío en nuestro puerto tras su debut en diciembre de 2011. Construído en el año 2010 en los astilleros Fincantieri de Monfalcone (Italia) a imagen y semejanza de su hermano cuasigemelo Queen Victoria el Queen Elizabeth es el segundo buque más grande de la Cunard en toda su historia con sus 90.901 toneladas de registro bruto, sólo por detrás del Queen Mary 2. La diferencia de tonelaje con el Queen Victoria (unas 800 toneladas) y del que es casi un calco radica en su popa completamente vertical que le permite además acoger un mayor número de camarotes (aunque con unas terrazas algo más pequeñas) y que su capacidad de pasaje pase de los 2.014 en el caso de la reina Victoria a los 2.092 de nuestro protagonista de hoy.

La caída de la popa completamente en vertical diferencia al Queen Elizabeth 
de su cuasigemelo Queen Victoria.

Estas sutiles diferencias hacen que ambos buques se encuadren dentro de clases distintas a la hora de catalogarlos; así el Queen Victoria es un «Vista Class» categoría a la que también pertenecen buques como el Arcadia de la P&O o los Oosterdam y Westerdam de Holland America. El Queen Elizabeth, por su parte es una modificación de este diseño y se engloba en la llamada «Signature Class» que más que una clase aparte se podría considerar como una subclase al ser muy sutiles las modificaciones; de hecho la mayoría de especificaciones técnicas no varían entre los Vista y los Signature: El Queen Elizabeth alcanza los 294 metros de eslora, los 32´2 metros de manga (los máximos para transitar actualmente por el Canal de Panamá) y los 8 metros de calado, medidas que se repiten en las múltiples copias de este exitoso diseño en las distintas unidades que pululan por los mares. Sin embargo el Queen Elizabeth no es como los demás. ¿Que es entonces lo que hace tan especial a este navío? Pues evidentemente la fachada.

Y es que en términos marítimos llamarse Queen Elizabeth y pintar de negro y rojo te convierten automaticamente en un icono. No conforme con pertenecer a una de las navieras más legendarias en lo relativo a la navegación transatlántica este buque puede presumir de ser el poseedor de uno de los nombres más míticos de la historia marítima, un homenaje al navío al que sustituyó en el momento de su bautizo, el famoso transatlántico Queen Elizabeth 2 retirado a finales de 2008.

Y es que este barco es todo un homenaje flotante a los valores que desde hace siglo y medio pasea la naviera Cunard por todos los rincones del mundo, algo que se observa nada más pasar la escala de acceso. Su decoración se aleja completamente de las tendencias actuales que podemos ver en otras naves de pasaje y sus interiores emulan, o al menos tratan de hacerlo, a los de los grandes liners del período de entreguerras haciendo que una vez a bordo nos sintamos como en una cápsula del tiempo que nos ha llevado más de cinco décadas atrás.

El espectacular lobby central. El majestuoso corazón del Queen Elizabeth.
(Fuente: Condé Nast Traveler)

La cúspide de este homenaje a toda una era ya desaparecida reside en su bocina, con un sonido muy distinto al de los muchos cruceros que nos visitan habitualmente, un sonido mucho más grave debido a que es una copia exacta del mítico Queen Elizabeth de 1940, hundido en Hong Kong pasto de las llamas y que junto al Queen Mary se convirtieron en los reyes del Atlántico hasta la llegada de la aviación comercial a reacción a finales de la década de los 50 del pasado siglo. De esta forma el sonido de toda una era sobrevive en pleno siglo XXI. La historia nunca merece ser olvidada.

Ese mismo sonido retumbó el pasado sábado en toda la bahía por tres veces cuando el Queen Elizabeth soltó amarras a las 17:00 horas para poner rumbo a Southampton, punto y final de su travesía. Por delante una navegación bastante complicada hasta la ciudad del sur de Inglaterra debido al empeoramiento de las condiciones del mar, algo que ya pudimos observar una vez la reina superó el dique y comenzó a dar violentos machetazos por la canal oeste en un espectáculo ciertamente sobrecogedor y que a buen seguro disfrutamos más los de tierra que los embarcados.

El Queen Elizabeth enfrentándose al embravecido mar durante su salida el pasado sábado.
(Foto: Jose R. Montero)

Sin más visitas previstas en este 2014 para el Queen Elizabeth en A Coruña nos despedimos de él hasta el próximo año aunque nos queda el consuelo de que su hermana, el Queen Victoria será uno de los grandes protagonistas del año en la ciudad con sus numerosas visitas. A partir de hoy nos quedan por delante 12 meses con más de 80 escalas previstas y muchas muchas brillantes jornadas disfrutando de las espectaculares maniobras de estos gigantes del mar. Prepárense. Comienza la fiesta.


El Queen Elizabeth ha abierto la puerta a la temporada de cruceros 
2014 en A Coruña.
 

Para acabar este primer post del año quisiera dar las gracias tanto a Jose Manuel Cereijo, Jose Montero y Jose Manuel Ojén (cuanto Jose…) por sus maravillosas fotografías, muchas de las cuales ilustran esta entrada.