…Venancio, como decía la canción. Cada vez que pienso en el barco protagonista de hoy me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y de con que velocidad cambia todo a nuestro alrededor. Quizá la primera de las sensaciones sea consecuencia de hacerse mayor (viejo todavía no) y la segunda va inexorablemente unida a la primera.
Pues esto es lo que me viene siempre a la cabeza cada vez que el Vision of the Seas asoma la proa por el Castillo de San Antón. La de este 21 de abril es la 6ª escala por estos lares desde su debut hace 13 años y en los últimos años es puntual a su cita con nuestra ciudad. Y lo de puntual el completamente literal, no sólo a la hora de la llegada ( a las 7:00 estaba pasando a la altura de la Torre de Hércules procedente de Lisboa) si no también por el día: Fue el mismo 21 de abril pero del año pasado cuando el Vision hizo su última escala en nuestro puerto.

Vision of the Seas puntual a su cita con A Coruña.

Es al pensar en el debut de este barco en A Coruña, allá por 1998 cuando le doy vueltas a la cabeza sobre lo rápido que evoluciona el mundo de los cruceros. Aquel año la llegada del Vision of the Seas fue todo un acontecimiento en nuestra ciudad al tratarse no sólo del buque más moderno del mundo en aquellas fechas si no por tratarse también de uno de los más grandes. El Vision of the Seas llegó a la ciudad el 5 de mayo de 1998, sólo 3 días después de iniciar su carrera comercial en un día que pasó a la historia de la ciudad por un triple motivo. De un lado la llegada del coloso de la naviera Royal Caribbean era todo una noticia por sí misma, pero además su estancia en A Coruña estuvo acompañada por el Black Watch y el pequeño Funchal, lo que suponía que por vez primera 3 cruceros coincidían en la dársena coruñesa al mismo tiempo. Ese 5 de mayo fue el día elegido también para inaugurar la terminal de cruceros, la pequeña construcción que hasta hace unos meses lucía en el muelle de trasatlánticos y que ha sido sustituido por la recién inaugurada terminal (se estrenó el pasado día 9). El antiguo edificio se había quedado obsoleto por el crecimiento exponencial que han experimentado desde entonces los buques de crucero con el consiguiente aumento de pasajeros y un ejemplo claro de ese cambio revolucionario es el Vision of the Seas. En aquel momento el Vision era el segundo crucero más grande del mundo, sólo superado por el Carnival Destiny (con 101.000 toneladas). El título le iba a durar poco puesto que en apenas una semanas entraría en servicio el Grand Princess, que con 108.000 toneladas desbancó a ambos en lo más alto de la clasificación.
Ese segundo puesto que ostentaba entonces el Vision of the Seas dista bastante del que ocupa a día de hoy; En la actualidad tenemos que irnos al puesto 91 para encontrar al buque de la Royal Caribbean, es decir que en 13 años se han construido 89 cruceros que lo superan en tamaño (y sin contar los que están en proyecto o en fase de construcción).

El Vision of the Seas atracado durante su debut en A Coruña el histórico 
5 de mayo de 1998. Su atraque coincidió con el Funchal (atracado a su popa) 
y el Black Watch.

El Vision of the Seas da nombre a una clase formada por 6 buques: el Legend, el Splendour, el Grandeur, el Enchantment y el Rhapsody si bien unicamente el Rhapsody es exactamente gemelo a nuestro protagonista. Tiene un desplazamiento de 78.491 toneladas, con una eslora de 279 metros, una manga de 32,2 metros y en capacidad máxima puede albergar hasta 2.435 pasajeros.

Exteriormente el Vision of the Seas (arriba) sólo se diferencia del 
Rhapsody of the Seas (abajo) por las líneas verdes
de los costados a proa (señalada con las flechas).
(foto Rhapsody of the Seas: Ghislain Bonneau)
15 minutos antes de las 10 de la noche el Vision of the Seas soltó amarras para maniobrar más allá del Castillo de San Antón y poner rumbo a su próximo destino, el puerto de Gijón. A pesar de lo inusual de la hora de partida la despedida del buque fue presenciada por multitud de personas que aprovechaban la jornada festiva para pasear. Lástima que los casi 2.500 pasajeros que se encontraron la ciudad cerrada a cal y canto no le sacaran el mismo provecho. En fin, la misma cantinela de siempre…