Hoy traigo al blog una efeméride muy especial, y es que tal día como hoy, un 29 de abril pero de 2008, nos visitaba por última vez uno de los buques de crucero más legendarios de todos los tiempos: el mítico Queen Elizabeth 2.

Tal día como hoy hace 10 años vimos por última vez en la ciudad al QE2.

Aquel día del que justo hoy se cumplen 10 años fue amargo por partida doble: por un lado por el hecho de tratarse de su despedida de aguas herculinas tras 24 años llenos de visitas. Por otro lado la climatología de aquella jornada, con una lluvia incesante que no dejó de caer durante toda la estancia del trasatlántico en la ciudad, aguó (nunca mejor dicho) a los shipspotters locales y aficionados a los barco en general la despedida del que sin lugar a dudas era por aquel entonces el más legendario de cuantos navíos podría tener el honor de recibir un puerto.

 Su despedida de A Coruña estuvo marcada por la lluvia, que cobró intensidad durante la maniobra de desatraque.

La de aquel día fue la última de las muchas escalas que el Queen Elizabeth 2 realizó en A Coruña. Sin lugar a dudas su visita más recordada fue la que suspuso su debut en la ciudad; corría el año 1984 y los coruñeses vivimos una jornada histórica que desde entonces figura por méritos propios en los anales del puerto herculino. No era para menos; hoy en día estamos más que acostumbrados a las visitas de grandes ciudades flotantes pero en aquella época la presencia de estos especímenes en la rada coruñesa era una auténtica rareza y más si tenemos en cuenta que en QE2 era por aquel entonces uno de los buques de pasaje más grandes del mundo. Así resulta comprensible entender la que se formó aquel día en el puerto. A mediados de los 80 el muelle de trasatlánticos no era siquiera un proyecto (fue inaugurado en 1991) por lo que el supertrasatlántico de la Cunard se vio obligado a atracar en el en el muelle del
Centenario
. La foto de la explanada del muelle completamente atestada de gente mientras «Su Majestad» realiza la maniobra de desatraque forma parte de la iconografía local. Como curiosidad comentar que si hoy se cumplen 10 años de su última escala mañana será el 24º aniversario de aquel histórico debut.

El Queen Elizabeth 2 durante su escala inaugural en A Coruña, con el muelle del Centenario atestado de gente. 
(Foto: Alberto Martí Vilardefrancos)

En aquellas fechas el Queen Elizabeth 2 era, junto al France (reconvertido en el crucero Norway) el último integrante de la saga de los «superliners», los enormes buques trasatlánticos que vivieron su última época dorada en la primera mitad del s.XX y cuya existencia  recibió su sentencia de muerte con la aparición del avión a reacción
comercial que sustituyó a estos formidables navíos en su papel de
principal medio de transporte transcontinental. Los pocos trasatlánticos que se salvaron del desguace tuvieron que reconvertirse en simples buques de cruceros siendo para ello modificados en ocasiones de manera más que controvertida. Si la estirpe de los trasatlánticos no es a día de hoy un mero recuerdo únicamente presente en los libros de historia se lo debemos a Micky Arison, CEO del grupo crucerístico Carnival y propietario a su vez de la Cunard, que decidió hacerle un guiño al pasado para reverdecer los viejos
laureles de la histórica naviera británica poniendo en servicio en 2004
el Queen Mary 2, un auténtico trasatlántico como los de antes pero
actualizado al siglo XXI. Actualmente es el único trasatlántico que
navega.

El Queen Mary 2 tomó el relevo del Queen Elizabeth 2 en las rutas trasatlánticas y en la actualidad es el único trasatlántico que navega.

Anacrónico ya en el momento de su botadura, los más fatalistas le auguraban al Queen Elizabeth 2 un estrepitoso fracaso comercial ante la imposibilidad de competir con el avión y pronosticándole al nuevo navío de la Cunard un prematuro final. Se equivocaban… y de
qué manera; el Queen Elizabeth 2 acabó convirtiéndose en el buque más longevo en la historia de la naviera Cunard batiendo la marca del RMS Scythia, toda una hazaña si tenemos en cuenta la trayectoria de 178 años de esta compañía, que ha poseído 248 navíos. Sin embargo su mantenimiento cada vez más costoso acabó provocando su inevitable jubilación.

El QE2 acabaría por convertiore en el buque más longecvo en la historia de la naviera Cunard con una vida comercial de 39 años 6 meses y 25 días.

2008 fue su último año en activo y los coruñeses tuvimos la inmensa fortuna  de ver al Queen Elizabeth 2 surcar aguas herculinas en su temporada de despedida pero el principio del fín tuvo lugar unos meses antes cuando el 18 de junio de 2007 su hasta entonces propietaria, la Cunard, anunciaba la venta del más icónico de sus navíos a Isithmar, la rama inversora del consorcio Dubai World, por 100 millones de dólares (unos 75 millones de
euros)
. Los planes originales del emirato eran transformar la nave en un complejo hotelero de
lujo atracado en la isla artificial de Palm Jumeirah
convirtiéndose de esta
manera en un atractivo más en el turismo de lujo por el que apuesta este
pequeño territorio desde hace ya unos años, pero la crisis mundial golpeó
duramente a la liquidez del pequeño país árabe y los planes reservados al Queen Elizabeth 2 quedaron en el olvido permaneciendo el mítico barco atracado en Port Rashid a la espera
de una solución definitiva.

Tras suspenderse los planes originales para convertirlo en hotel de lujo el Queen Elizabeth 2 permaneció atracado en Dubai con una tripulación reducida encargada de su mantenimiento. El único cambio destacable en todos estos años fue su reabanderamiento (ahora luce enseña de Vanuatu) y su cambio de puerto de registro, sustituyendo Southampton por Port Vila.
(Foto: Nuno Jesus)

A lo largo de todos estos años en su exilio dubaití fueron numerosos los rumores acerca de su posible destino: desde ser llevado a Macao o Singapur para funcionar como hotel
flotante a un posible traslado a Omán a una instalación construida por
los E.E.U.U. para dar servicio a sus portaaviones, donde sería utilizado
como una nave de alojamiento. El más ilusionante de todos ellos surgió a finales de 2012  cuando un conglomerado de varias organizaciones británicas con el apoyo de los entonces ministro de finanzas británico George Osborne, y el alcalde de
Londres, Boris Johnson a la cabeza, trató de sacar adelante un proyecto para traer de vuelta a casa al Queen Elizabeth 2 con el fín de convertirlo en una atracción turística en Londres, atracándolo
en la zona de Carlsberg Wharf, justo enfrente del O2 Arena. Allí la nave funcionaría como hotel y sería en sí misma una pieza del museo al aire libre creado en la zona junto con el mítico Concorde, uniendo así a dos de los principales exponentes de la ingeniería
británica del siglo XX.
El proyecto estuvo muy cerca de convertirse en realidad pero finalmente
una serie de desavenencias económicas dieron al traste con él.




Fotomontaje de la ubicación que debería haber ocupado el QE2 en el río Támesis de llevarse a cabo el proyecto británico.
(Fuente: maritimematters.com)

En la actualidad y tras pasar por periodos oscuros que presagiaban un triste final en forma de desguace para el histórico Cunarder, el Queen Elizabeth 2 está a punto de iniciar una página más en su dilatada carrera. El legendario navío abrirá sus puertas el próximo mes de octubre en Port Rashid convertido en el hotel flotante QE2 Dubai, un nuevo complejo hotelero que contará a lo largo y ancho de sus 13 cubiertas con 224 habitaciones (entre ellas varias suites), 13 restaurantes y salones, una calle comercial y 25 salas de conferencias. Para su nuevo rol como hotel estático al navío le fueron selladas todas las aberturas sumergidas, además de serle retiradas las hélices. El pasado 18 de abril tuvo lugar la apertura simbólica del complejo.


Arriba: El Queen Elizabeth 2 en su atraque definitivo en Port Rashid, al lado de la nueva terminal de cruceros.
Abajo: El hotel flotante cuenta con 224 habitaciones completamente reformadas además de numerosos servicios adicionales como salas de conferencias.
 (Fotos: QE2Dubai)

Salvo
las que así lo indican, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.