Tal día como hoy, 6 de diciembre pero de 2012 debutaba en el puerto de A Coruña el buque Voyager.

La última efeméride de la temporada está dedicada al buque Voyager.

Quizás su estreno fue de los nueve que tuvieron lugar aquel año el que pasó más desapercibido y varios fueron los motivos: en primer lugar tanto la fecha como la horas de entrada y salida no fueron muy propicias ya que ambas maniobras tuvieron lugar con noche cerrada. Además su tamaño, en comparación al de otros de los navíos inéditos que visitaron la ciudad aquella temporada (Brilliance of the Seas, AidaMar, MSC Magnifica…) no resultaba nada llamativo. Y luego está el hecho de que, en sentido estricto el Voyager ya había estado en A Coruña antes, aunque lo hizo con otras denominaciones.

El debut del Voyager en A Coruña pasó sin pena ni gloria, en parte por sus horas de entrada y salida, tanto que ni siquiera pude sacarle fotos durante su estreno. Las fotos de mi autoría que ilustran esta entrada pertenecen a otras escalas que el navío hizo en la ciudad a partir de esa fecha.

Porque el Voyager es uno de esos trotamundos que se ha pateado los mares de todo el mundo en mil y una aventuras comerciales, desgraciadamente la mayoría de ellas con escaso éxito, a lo largo de sus 27 años de vida marinera. Nuestro protagonista de hoy vio la luz a finales de 1990 y cuenta con la particularidad de que es uno de los pocos buques de su tipología aún en servicio que cuenta con genética española; fue construído en los astilleros valencianos Unión Naval de Levante bajo el nombre de Crown Monarch para la naviera americana Crown Cruise Line. En el momento de su botadura el Voyager era un buque de 15.343 toneladas de registro bruto con unas
dimensiones de 150´7 metros de eslora, 20´6 metros de manga y 5´7 metros
de calado. Sus 7 cubiertas de pasaje podían albergar a un máximo de 559
pasajeros a los que había que sumarles su tripulación formada por 210
personas.  Tras su primera y fallida experiencia comercial el Voyager comenzó un peregrinaje por varias navieras que cambiaron sucesivamente el nombre que lucía en sus amuras: Nautican, Walrus, Jules Verne… todas ellas resultaron comercialmente hablando experiencias para olvidar. La más vergonzosa fue su período en el continente asiático en el que durante varios años incluso llegó a funcionar como burdel flotante en la bahía de Hong Kong. A finales de 2007 el buque pasó a operar en régimen de chárter para la alemana Phoenix Reisen bajo el nombre de Alexander Von Humboldt.

El Voyager ya había visitado A Coruña anteriormente a la efeméride que conmemoramos hoy en el blog. Fue
con los colores de la naviera Phoenix Reisen operando como Alexander Von Humboldt, como podemos ver en esta foto correspondiente a una escala realizada en octubre de 2008.

 A finales de 2012 el consorcio británico All Leisure Group compró el buque para sustituír al veterano Discovery en la naviera monobuque Voyages of Discovery. La operación de compra más los trabajos de revitalización de la nave costaron a la compañía inglesa unos 18 millones de euros y tras varias semanas de preparación finalmente el 4 de diciembre de 2012 el Voyager (nombre con el que fue bautizado el barco para este nuevo proyecto), iniciaba su última aventura comercial. Tan sólo dos días después de zarpar de tierras inglesas la nave hacía un alto en su camino hacia el Caribe en el puerto coruñés en lo que supuso el debut oficial con su nueva denominación en aguas herculinas. Desde entonces y hasta el día de hoy han sido varias las escalas realizadas en A Coruña siendo la más destacada la que tuvo lugar el 2 de mayo de 2014 cuando el Voyager atracó junto con otros cinco navíos en nuestros muelles en la que es hasta la fecha la mayor escala conjunta de barcos de pasaje en A Coruña.

El Voyager fue uno de los integrantes de la histórica séxtuple escala ocurrida el 2 de mayo de 2014 y a la que corresponde esta instantánea. El navío aparece en el centro de la foto atracado en el muelle de Calvo Sotelo Norte. 
(Foto: Manuel Candal)

Pero la aventura comercial de Voyages of Discovery se vió truncada a principios de este año. El pasado 4 de enerose hicieron públicos los problemas económicos de la naviera cuando el Voyager fue arrestado por las deudas contraídas por un proveedor de combustible en Singapur donde se encontraba haciendo escala. Tras la posterior quiebra de la naviera el buque quedó abandonado a su suerte en el país asiático con un futuro incierto por delante a la espera de que se resolviera su difícil situación legal. El 22 de marzo se anunció que el Voyager había sido vendido a intereses mejicanos, sin mencionar el nombre del comprador.

2017 ha sido un año aciago para el Voyager.

Ese desconocido comprador resultó ser Hoteles Dinámicos SA de CV, más conocida para el gran público como Grupo Vidanta, una famosa cadena hotelera del país azteca que pretende introducirse en el sector de los cruceros bajo la marca Vidanta Cruises. Sus planes contemplan la compra de tres o cuatro barcos de segunda mano para convertirlos en cruceros de lujo. Así su nueva adquisición, rebautizado ya como Vidanta Alegría, llegó a Cádiz el pasado 23 de octubre donde se encuentra en las instalaciones que el grupo Navantia tiene en la localidad andaluza a la espera de que se inicien los trabajos de su conversión, proceso que aún no comenzará hasta que se concreten todos los detalles de la reforma. Lo que sí se sabe es que ésta será integral; el navío será vaciado por completo y su interior será reconstruído desde cero en unos trabajos que se estiman valorados en unos 40 millones de euros y que se prolongarán hasta mayo del próximo año. Desde el blog le deseamos a este navío tan ligado a nuestro país toda la suerte del mundo en su nueva aventura comercial.

El ex-Voyager, ya bautizado como Vidanta Alegría, se encuentra en las instalaciones de Navantia Cádiz a la espera de que comiencen sus trabajos de conversión en crucero de lujo.
(Fuente: Diario de Cádiz)
Salvo las que indiquen lo contrario, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.