Muchas películas han pasado a la historia por ser auténticas obras maestras del séptimo arte o por haber significado una auténtica revolución en su época. Con las series de televisión pasa lo mismo; Algunas se convierten en auténticos iconos que son recordadas aún cuando han pasado muchos años desde su emisión, en algunos casos parecen superar los límites de la ficción para convertirse en fenómenos culturales capaces de revolucionar toda una industria.
Eso es lo que ocurrió con la serie «The Love boat» o como se tradujo en España «Vacaciones en el mar«, la producción de Aaron Spelling ambientada en un barco de crucero en la que se narraban las peripecias de pasaje y tripulación en alta mar. La serie comenzó a emitirse en el año 1977 y a pesar de que finalizó en 1986 su popularidad a dia de hoy no ha disminuido un ápice; baste como prueba que cuando se realiza un reportaje sobre algún barco de cruceros en televisión en casi el 100% de los casos la música usada para ambientarlos es la sintonía de cabecera de esta serie (el colmo de la originalidad).

 El elenco principal de «Vacaciones en el mar» 
con el icónico Capitán Stubing al frente.
(Fuente: sensacine.com)

La importancia de esta ficción televisiva reside en el momento en el que fue rodada. A finales de los 70 la industria crucerística daba aún unos pasos dubitativos y a ojos del gran público viajar por placer a bordo de un barco era visto como algo elitista y al alcance de unos pocos. En sus 9 años de emisión esta serie de tv contribuyó a crear una nueva imagen de la industria crucerística como algo más cercano y supuso el despegue definitivo del crucero como opción vacacional. Tal es su importancia que sin «Vacaciones en el mar» resulta imposible entender la industria actual.

¿A que viene todo este rollo histórico-catódico?. Pues está relacionado con el visitante del pasado sábado, al menos con uno de ellos (el otro fue el AidaSol, al que le dedico un post enterito). El buque en cuestión es el Discovery, de la naviera Voyages of Discovery.

En la serie la acción transcurría a bordo del «Princesa del Pacífico». Tal barco existía en realidad; el Pacific Princess pertenecía a la naviera Princess Cruises, que vio en la serie una oportunidad de oro para hacerse una publicidad enorme, así que cuando los creadores le propusieron la idea a la compañía, tras ciertas reticencias iniciales, éstos accedieron y le «prestaron» a los productores una de sus naves.

El Discovery durante su salida de la ciudad.

Por regla general el citado buque era el protagonista de la serie pero en muchas ocasiones se usaban otras naves, sobre todo el gemelo del Pacific Princess, el Island Princess que resulta practicamente indistinguible del primero a simple vista. Pues bien; el Discovery que nos visitó el pasado sábado es el mismo que hacía de «doble» en la serie «Vacaciones del Mar». Una fotocopia del «barco del amor», si lo prefieren.

El Discovery (arriba), anteriormente llamado Island Princess, es el buque 
gemelo del anterior Pacific Princess (abajo), el original «barco del amor» 
de la serie Vacaciones en el mar.

(Foto Pacific Princess: Wikipedia)

El Discovery llegó a A Coruña sobre las 7:00 horas procedente del puerto de Bilbao en lo que era su primera visita a nuestros muelles en 2011. Realmente la del pasado 17 de septiembre debía de ser la segunda porque esta nave tenía una escala programada el pasado 25 de abril, pero en aquella ocasión la coincidencia de 5 navíos en la ciudad hizo que el Discovery y el Independence of the Seas tuvieran que «emigrar» hacia Ferrol (donde les trataron de rechupete, eso si).

El Discovery atracado en Ferrol el pasado 25 de abril, donde estuvo acompañado 
por el Independence of the Seas (que aparece maniobrando en la foto).

Construido en el año 1972 en los astilleros alemanes Rheinstahl Nordseewerke el Discovery ha quedado como uno de esos elegantes ejemplares clásicos que cada vez empiezan a ser más escasos por nuestros mares; Con un registro bruto de 21.186 toneladas, 168.74 metros de eslora y 24.6 metros de manga suple sus discretas medidas con lo de tener un hermano famoso.

El Discovery estuvo acompañado toda la jornada del pasado sábado por
el debutante en la ciudad AidaSol.

Tras una carrera desarrollada en varias navieras, en mayo de 2003 Gerry Herrod compró la nave y fundó la naviera Voyages of Discovery, dirigida principalmente al mercado británico. El buque, rebautizado como Discovery, sufrió una profunda remodelación para modernizarlo y adaptarlo a los gustos ingleses y tras unos meses de reforma y una factura de 10 millones de dólares, de los astilleros surgió un barco completamente renovado cuya principal novedad fue la inclusión de una cubierta retráctil en la piscina principal del Discovery que permite su uso y disfrute en dias con meteorología adversa. Es de los barcos más antiguos en presentar un ingenio mecánico de este tipo.

El Discovery tiene dos piscinas. En la foto aparece la cubierta Riviera donde 
se ubica la más pequeña, mientras que la principal se situa en lo alto de la 
nave y tiene la particularidad de contar con un techo retráctil.

Tras una escala de algo más de 10 horas en A Coruña durante las que estuvo acompañado por el enorme AidaSol, a las 18:00 horas el Discovery soltó los cabos que lo amarraban al muelle para poner proa al sur y dirigirse al puerto de Leixoes, no sin antes deleitarnos con una sonora despedida al pasar por delante del buque alemán e intercambiar bocinazos a modo de despedida entre los aplausos de la concurrencia que disfrutaron del improvisado «concierto». A continuación les dejo el vídeo de tan particular interpretación realizada por estos dos colosales instrumentos de viento: