La coincidencia de dos naves de pasaje atracadas al unísono en el muelle de transatlánticos tiene sus ventajas. La primera de ellas es que a nivel logístico la presencia de dos o más buques el mismo día simplifica la labor «afotadora» por la coincidencia de horarios (aquello de matar dos pájaros de un tiro). Sin embargo a veces puede producirse el efecto contrario y la jornada de «trabajo» se complica al no coincidir las horas de entrada o de salida de ambos barcos, lo que da lugar a un impasse de tediosa espera con la única compañía en ocasiones de la lluvia (aunque habitualmente viene con sus compañeros de viaje; el frío y el viento).
La segunda de las ventajas que tiene el que compartan atraque la misma jornada dos naves de crucero es que ésto nos permite realizar comparaciones en vivo de los dos especímenes observando en que puntos se asemejan y en que se diferencian, algo que los aficionados al mundillo de los barcos apreciamos de forma notable. Sin embargo y al igual que ocurría con el primer punto este segundo también presenta sus peros, y es que a veces las comparaciones (siempre odiosas) sencillamente no se pueden llevar a cabo debido a la naturaleza tan opuesta de ambos buques. Es en esas ocasiones cuando se puede utilizar la archiconocida frase de «son tan parecidos como un huevo a una castaña».
El pasado domingo 11 de agosto fue una de esas contadas veces en las que la presencia cada vez más habitual de una pareja de buques de crucero amarradas en el muelle coruñés no permitía llevar a cabo la comparativa. Y es que resultaría difícil, por no decir imposible encontrar dos barcos dedicados a este negocio tan distintos como el Sea Cloud II y el Quest for Adventure, hasta tal punto de que podemos llegar a poner en entredicho el hecho de que el primero pertenezca al gremio (pero pertenece). Es hora de hablar de los «protas» de la jornada y puesto que uno de ellos luce un inmaculado color blanco en su casco y el otro pinta de un tono más oscuro seguiremos con el símil del principio por lo que empezaré hablándoles del «huevo».
Y el «huevo» o mejor dicho, el Sea Cloud II resultó ser madrugador. Poco antes de las 07:00 horas tomaba práctico para dirigirse a su atraque en el muelle de transatlánticos y pese a lo temprano de la hora lo cierto es que el buque de la naviera Sea Cloud Cruises no se dio ninguna prisa en llegar, tomándose la travesía entre Bilbao y la ciudad herculina con mucha calma promediando unos 8 nudos. ¿Acaso no se trata de un viaje de placer?…
La protagonizada el pasado domingo es la segunda y previsiblemente última escala del 2013 para este majestuoso velero cuya presencia es habitual en nuestros muelles al menos una vez al año. En el presente ejercicio la novedad está siendo la nutrida presencia de buques de crucero a vela que se dejan ver por nuestra ría y así este año hemos podido ver por aguas herculinas a ejemplares como el Club Med 2, su gemelo Wind Surf y en próximas fechas lo hará el Star Flyer. Siendo un subsegmento tan minoritario dentro de la industria crucerística, con apenas un 3% del total de la flota mundial de cruceros, convendrán conmigo que la visita de 4 de estos buques en un mismo año es muy significativa.
es toda una institución de los mares; el bellísimo y longevo velero
Sea Cloud, construido en 1931. A finales de los 90 la naviera germana
propietaria de este buque decidió construir un nuevo barco a
imagen y semejanza del original Sea Cloud, tarea realmente complicada
al no existir muchos astilleros especializados en la construcción de
este tipo de naves. Finalmente el encargo se lo adjudicaron los
astilleros Gondán de Castropol (Asturias). He
aquí otra de las peculiaridades de este navío, sus raíces cuasi-galaicas; el Sea Cloud
II es «astur» de pura cepa.
Buques como el Club Med 2 o el Wind Surf (en la foto) también son veleros de pasaje
pero pese a su espectacularidad no alcanzan la elegancia del Sea Cloud II.
Maniobrando para atracar por el costado de babor.
Salida a palo desnudo (para variar…).
Agradecimientos a mi colega Carlos Rapela por pemitirme el uso de su (estupendo) material fotográfico.