El megavelero Phocea sufrió ayer un aparatoso incendio cerca de Langkawi (Malasia) mientras estaba fondeado a 1 milla al NE de Pulau Singa Kecil (Isla León). Al auxilio del yate, de 75 metros de eslora y 530 T.R.B., acudió una embarcación de la Agencia de Control Marítimo de Malasia que rescató a los 7 miembros de la tripulación y que resultaron ilesos.

Las autoridades malayas no han comunicado ningún derrame de combustible como consecuencia del accidente pero mantienen la vigilancia en la zona. Una vez sofocado el incendio el Phocea ha sido remolcado a puerto. Los daños en el velero son cuantiosos y todo parece indicar que serán irreparables.

Un velero de leyenda

Construido en el astillero DCAN de Toulon (Francia), el Phocea tuvo el honor de ser el mayor yate de vela del mundo desde su botadura en el año 1976 hasta que el Athena lo desbancó en el año 2004. Fue bautizado con el nombre de su spónsor, Club Méditerranée y se diseñó conforme a las ideas del legendario regatista francés Alain Colas para participar en la regata transatlántica en solitario de 1976 siendo el yate de vela más grande jamás construido manejado por un solo hombre.

De diseño revolucionario, el Club Méditerranée tenía 4 mástiles de 30 metros de altura que soportaban una superficie vélica de 1.000 m2. Estas características lo convertían en uno de los yates más rápidos del mundo, capaz de alcanzar los 30 nudos de velocidad máxima. El barco estaba equipado con los últimos adelantos tecnológicos, como su sistema de posicionamiento satelital SYLOSAT, que utilizaba 6 satélites de navegación estadounidenses TRANSIT con una precisión de 100 m2. Al estar pensado para dar la vuelta al mundo en solitario, el Club Méditerranée equipaba además un sistema de pilotaje hidráulico para las maniobras.

Pese a sus numerosos «gadgets» pilotar este mastodóntico buque en solitario era una tarea sólo apta para titanes. Un ejemplo: el peso de cada una de las velas, de unos 150 kg, hacía que Colas tardase varias horas en izarlas y arriarlas.

Alain Colas
Alain Colas posa delante de su «pequeño» Club Méditerranee.

La infernal Transat ´76

El 5 de junio de 1976, se dio la salida de la V edición de la Transat en Plymouth (Inglaterra). En las siguientes jornadas se desatará el infierno. Un tren de tormentas sobre el Atlántico diezman a la flota, hundiendo numerosas embarcaciones y dañando a otras. De los 125 inscritos inicialmente más de 50 no verán la costa americana y dos tripulantes se dejarán la vida, las dos primeras muertes en la historia de la regata.

En el Club Méditerranée se rompen las drizas y los cables que sujetan las velas. Con su barco maltrecho, Colas decide hacer una escala técnica en Halifax, que durará 36 horas, lo que le costará la regata. El 29 de junio conseguirá llegar a la meta en Newport en quinto lugar tras una penalización de 58 horas pero sólo 7 horas y 28 minutos en tiempo real por detrás de otra leyenda de la navegación oceánica, Eric Tabarly, vencedor de la prueba.

Club Mediterranee
Resulta increíble pensar que un barco de semejante tamaño pudo cruzar el Atlántico tripulado por un solo hombre.

Pese a no vencer, Alain Colas consiguió sobrevivir a aquel infierno pero la desgracia no tardaría en cruzarse en su derrota. El 16 de noviembre de 1978 el regatista galo desapareció mientras participaba en solitario a bordo del Pen Duick VI en la regata transatlántica Route du Rhum. Tras su muerte, su esposa heredó el Club Méditerranée, cediendo su operativa al spónsor, que lo gestionó en aguas de la Polinesia Francesa. Sin embargo debido al elevado presupuesto que se necesitaba para su mantenimiento el velero pasó varios años en un lamentable estado de semiabandono.

Nuevos récords, una desafortunada reforma y algún susto

A principios de 1982 el controvertido empresario y político francés Bernard Tapie adquirió el velero llevándolo a Europa para transformarlo en el barco más rápido del mundo, rebautizándolo como Phocea. En 1988 consiguió en su décima tentativa y con Tapie a bordo batir el récord del Atlántico a vela en monocasco, estableciéndolo en 8 días.

En 1997 los astilleros Lursen (Alemania) reformaron el barco por orden de su nueva propietaria, la excéntrica empresaria de origen libanés Mouna Ayoub, que tuvo que vender numerosas joyas de su colección personal para comprarlo. El barco perderá durante esta reforma toda su esencia deportiva al serle reemplazados sus materiales ligeros por otros más pesados en aras del lujo. También se reduce el tamaño de los mástiles así como las velas para eliminar la molesta escora debida a la acción del velamen. El barco ya no necesita «volar» sobre las aguas. Para acabar de rematar el desaguisado Ayoub ordena añadir una nueva cubierta al Phocea y pintar su casco de blanco anodino. La elegante línea del megavelero queda definitivamente arruinada.

Durante el verano del 2005 y con los Príncipes de Kent a bordo, el velero tuvo un grave accidente, embarrancando en aguas de Cerdeña. El yate se vendió en 2010 a sus propietarios actuales

Con una capacidad para 12 huéspedes y 23 tripulantes, en la actualidad el Phocea sigue figurando entre los diez yates a vela más grandes del mundo.

Foto portada: superyachtimes.com