(Foto: José R. Montero)

En la primera parte de esta entrada especial con motivo del debut del buque Columbus la pasada semana en nuestra ciudad comencé el relato sobre lo que han dado de sí los hasta ahora 28 años de vida marinera de este navío. Hoy continuó desde el mismo punto donde lo dejé, la década de los 90.

Hoy continúo con el relato sobre la carrera comercial del Columbus.

Y es precisamente a mediados de los 90 cuando la P&O, compañía matriz de Princess Cruises, tomó dos de las decisiones más trascendentales de los últimos tiempos; por un lado dio la orden para llevar a cabo la construcción de su primer buque de cruceros moderno, el Oriana, que sería el iniciador de un proceso de modernización de la flota de la naviera británica. Por otro lado llegó el inevitable momento de la retirada del emblemático Canberra, que pese a seguir siendo muy popular entre los ingleses se había quedado completamente obsoleto y lo que era peor, se había vuelto antieconómico por su gran consumo de carburante. Por contra de lo que cree la mayoría de la gente el Oriana no fue el relevo natural del Canberra pese a que sí que heredó su rol como buque insignia de la naviera. Para sustituír al mítico «liner» P&O acudió a su filial americana y escogió un buque de Princess Cruises. El elegido fue el Star Princess, nuestro protagonista de hoy, que tras ser llevado a Europa para adecuarlo a los gustos británicos entró en servicio con la naviera inglesa en diciembre de 1997 rebautizado como Arcadia, un nombre histórico dentro de la P&O que sigue vigente en nuestros días.

 El Star Princess durante sus labores de conversión en Arcadia realizadas en los míticos astilleros Harland & Wolf de Belfast, lugar de nacimiento del malogrado Titanic.
(Fuente: ssmaritime.com)

Como dije en la primera parte de la entrada, el considerar a un buque como debutante en el puerto se refiere a su primera visita con su actual nombre. El Columbus hizo escala por primera vez en A Coruña el pasado miércoles pero lo cierto es que la nave ya sabía lo que era atracar en los muelles herculinos; lo hizo por primera vez en primavera de 1998 durante su período al servicio de la P&O con el nombre de Arcadia y al año siguiente visitó en varias ocasiones la ría herculina convirtiéndose en el buque más grande en tocar puerto ese año.

El Arcadia fue todo un habitual de los muelles coruñeses a finales de la década de los 90. En la foto lo podemos ver atracado el 29 de mayo de 1999, año en el que el buque inglés visitó nuestra ciudad hasta en tres ocasiones.

En el año 2003 y tras arrebatársela en el último momento a su archirrival, Royal Caribbean, el gigante crucerístico Carnival se hizo con la P&O y sus marcas asociadas (Princess Cruises, P&O Australia y Aida Cruises). El nuevo escenario empresarial trajo importantes novedades para nuestro protagonista ya que ese mismo año Carnival decidió fundar una nueva marca, Ocean Village, cuyo concepto vendría a ser el mismo de Aida pero enfocado esta vez hacia el mercado británico en lugar del alemán: una naviera enfocada a un target de cliente joven con buques «tipo resort»con un estilo informal a bordo donde no existían turnos de comedor (los restaurantes eran tipo bufett) ni cenas de gala con el capitán y donde se ofertaba una gran variedad de actividades deportivas y al aire libre. Para poner en marcha la iniciativa decidieron transferir una unidad de una de las compañías del grupo y el elegido fue precisamente el Arcadia, al que rebautizaron con el mismo nombre que su nueva naviera (Ocean Village) y despojaron de todo formalismo británico sobre todo externamente gracias a sus nuevos y nada discretos colores corporativos que le otorgaban ese pretendido look desenfadado. Pese a que la aventura comercial se inició con buen pie, lo que animó a Carnival a añadir un segundo buque a la flota (el Ocean Village Two), las discretas cifras de ocupación obtenidas hicieron que el gigante crucerístico tomara la decisión de finalizar las operaciones de Ocean Village tras la campaña estival de 2010. Una vez más el actual Columbus tenía que buscarse un nuevo empleo.

El Columbus durante su etapa como Ocean Village. El buque no pasaba desapercibido allá donde iba gracias a su más que controvertida imagen corporativa.
 (Foto: Antonio Rebelo)

Tras disolverse Ocean Village nuestro buque pasó a manos de P&O Australia para reforzar la apuesta creciente del grupo en el continente oceánico. Allí el Ocean Village fue rebautizado como Pacific Pearl realizando su primer crucero con sus nuevos colores en diciembre de 2010. Curiosamente fue en esta compañía donde el originalmente llamado Sitmar FairMajesty se reencontró con parte de sus antiguos colegas de la Sitmar: los Pacific Dawn y Pacific Jewel, que estaban en construcción cuando se disolvió la compañía italiana. La etapa de nuestro protagonista de hoy como buque «aussie» duró séis temporadas y tocó a su fín a principios del pasado año cuando la P&O Australia emitía un comunicado en el que anunciaba que el Pacific Pearl dejaría su flota en marzo de 2017 para ser vendido a la británica Cruise & Maritime Voyages. Su salida de la compañía australiana supuso el final de toda una etapa de más de 27 años al servicio del grupo P&O en sus diversas marcas.

Ya como Pacific Pearl, con los colores de la P&O Australia, durante su penúltima aventura comercial.
(Foto: P&O Australia)

Tras finalizar su último crucero para la P&O Australia en Singapur el buque pasó a manos de sus nuevos propietarios. Su primer viaje como buque de Cruise & Maritime Voyages fue su singladura desde el continente asiático hasta Rotterdam, sede de los astilleros Damen, donde habitualmente lleva sus buques la compañía británica con sede en Essex para sus trabajos de conversión y mantenimiento. Allí el todavía Pacific Pearl sufrió un extenso proceso de reforma para adecuar la nave a su nuevo cometido que incluyó la actualización de los alojamientos y las zonas públicas así como los habituales trabajos mecánicos y de pintura que en esta ocasión supuso además la adición de la nueva imagen corporativa de su nueva naviera así como su nuevo nombre. El 8 de junio el Columbus celebró su ceremonia de bautismo oficial en su nuevo puerto base, Tilbury, en la desembocadura del Támesis para realizar su crucero inaugural tres días después con una breve travesía entre Amsterdam y Amberes.

 Los trabajos de conversión del Pacific Pearl en el nuevo Columbus se llevaron a cabo en Damen Shiprepair Rotterdam, instalaciones habitualmente utilizadas por la flota de Cruise & Maritime Voyages para sus labores de mantenimiento.
(Foto: Damen Shipyards)

Fundada en 2010, la naviera Cruise & Maritime Voyages suma con la llegada del Columbus un quinto buque a su flota tras el Astoria (en régimen de chárter hasta 2018), el Astor, el Marco Polo y el Magellan. Con dos ilustres exploradores ya en sus filas la compañía británica ya puede presumir de tener un nuevo navegante a sus órdenes.

CMV ya cuenta con un nuevo navegante en sus filas: el Columbus.

Volviendo al pasado miércoles el Columbus prolongó su estancia inaugural en A Coruña hasta bien entrada la noche y hasta las once no inició la maniobra de salida del puerto herculino en dirección a tierras británicas. La tardía hora de partida impidió que los shipspotters le brindáramos al debutante la despedida que sin duda se merecía pero a buen seguro que en un futuro no muy lejano lo volveremos a ver surcando aguas de la ría herculina. De momento el nuevo buque insignia de Cruise & Maritime Voyages no tiene escalas confirmadas en la ciudad para 2018.

El Columbus permaneció atracado en la ciudad hasta última hora del día. 
 (Foto: Manuel Candal)

No quisiera terminar esta entada especial sin agradecer su colaboración a dos buenos amigos, Manuel Candal y José R. Montero, que han aportado un buen surtido de estupendas fotos para ilustrar estos dos posts.

Salvo las que así lo indican, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas