Nueva escala en los muelles coruñeses el pasado miércoles, esta vez a cargo del buque Columbus, una nave que a muchos les resultará desconocida y con razón ya que su visita supuso su puesta de largo en la ciudad con su actual nombre, la séptima escala inaugural de un buque de cruceros en lo que llevamos de año.

Una nueva escala inaugural en A Coruña, esta vez a cargo del buque Columbus.
(Foto: José R. Montero)

 No demostró tener mucha prisa el Columbus por debutar en A Coruña puesto que hasta bien entrado el mediodía no hizo acto de aparición en la ría herculina. Procedente de Gibraltar el buque de bandera bahameña propiedad de la compañía británica Cruise & Maritime Voyages trajo a la ciudad a 1.400 pasajeros que estos días realizan un crucero de 12 noches de duración iniciado el pasado día 2 en Tilbury, puerto base del buque. Tras zarpar del que es considerado oficiosamente como el puerto de Londres el Columbus inició una singladura que incluyó escalas en Amsterdam, La Pallice, Bilbao, Lisboa y Gibraltar. A Coruña
fue la última parada de la travesía antes de regresar al punto de
partida. La naviera ofrecía como opción embarcar y desembarcar en Amsterdam.


 

El Columbus no fue nada madrugador en su primera comparecencia en tierras coruñesas.
(Foto: José R. Montero)

Como mencioné al principio el del Columbus es el séptimo debut de una nave de cruceros en A Coruña en lo que llevamos de año tras los estrenos de Viking Star, Seven Seas Explorer, Silver Muse, Celebrity Silhouette, MSC Fantasia y Magellan, este último también perteneciente a la misma naviera que el Columbus y que hasta este mismo año era su buque insignia. Por delante aún nos quedan dos debuts más (o más bien quedaban): el del MSC Preziosa que se produjo en el día de ayer y el esperado estreno del AidaPrima que tendrá lugar a principios de noviembre. Ojo porque seguro que muchos de los que estáis leyendo estas líneas asociaréis instintivamente lo de «estreno» o «escala inaugural» a un barco de reciente construcción y ésto no tiene por qué ser necesariamente así; una escala inaugural simplemente hace mención a la presencia de un buque por primera vez en un puerto con su actual nombre (recalco este último aspecto) independientemente del tiempo que transcurriera desde su construcción. El Columbus es un buen ejemplo de lo que digo porque no hace falta ser un experto para darse cuenta de que no estamos ante una unidad de nueva factura.

El aspecto del Columbus ya deja entrever que no es un navío de reciente construcción.
(Foto: José R. Montero)

Nada más y nada menos que 28 años pesan sobre las amuras de nuestro protagonista de hoy. Fue construído por los prestigiosos astilleros franceses Chantiers de l´Atlantique de Saint Nazaire y puesto en servicio en mayo de 1989. Pese a que todos estos años metido en el agua no le han hecho encoger, lo que ahora es un buque de tamaño medio a secas era todo un gigante de los océanos a finales de los 80 gracias a sus 63.524 toneladas de registro bruto y sus dimensiones de 247 metros de eslora, 32´2 metros de manga y 8´2 metros de calado. En sus 13 cubiertas, 11 de ellas dedicadas en exclusiva al pasaje, el actual Columbus puede albergar a 1.624 pasajeros en acomodación normal a los que hay que sumar las 514 personas que componen su tripulación. De los 812 camarotes que posee la nave, 622 son exteriores pero tan sólo 64 (el 8% del total) presentan la tan demandada terraza privada. Aquí es donde el Columbus denota su edad.

La construcción que acabaría por convertirse en el buque que podéis ver en las fotos fue un encargo realizado por la naviera Sitmar Cruises, cuya intención era la de bautizarlo como Sitmar FairMajesty y si digo intención es porque el barco nunca navegó bajo dicha denominación. Fundada en 1937, Sitmar (acrónimo de Societá Italiana Transporti Marittimi) era una naviera transalpina aunque con sede en Mónaco fundada por un emigrante ruso, Alexander Vlasov. A principios de los 80 Boris Vlasov, hijo del fundador, decidió apostar fuertemente por el mercado crucerístico para lo cual ordenó construír el primer buque de nueva factura para la compañía y que vio la luz en 1984 con el nombre de FairSky. Se trataba de un imponente barco de elegante porte y estilo moderno salvo por el incomprensible detalle de tener propulsión mediante turbina de vapor en un tiempo en el que la alternativa diésel eléctrica era ya la opción más escogida dentro de la industria crucerística; de hecho el FairSky pasó a la historia como el último buque de cruceros construído con turbina de vapor, algo que finalmente supuso su muerte prematura en el año 2013 a la aún prometedora edad de 29 años.


 Arriba: El flamante FairSky con los colores originales de la Sitmar Cruises y su logo (la V de Vlasov) coronando la chimenea. Fue el último buque de cruceros construído con propulsión a turbina de vapor.
Abajo: Tras numerosas denominaciones (Pacific Sky, Sky Wonder…) finalizó sus días al servicio de la española Pullmantur con el nombre de Atlantic Star y dando más problemas que alegrías debido a su erróneo planteamiento mecánico original. Fue desguazado en 2013.

(Foto FairSky: Chris Howell)
(Foto: Atlantic Star: Rico Voss)

El novísimo FairSky no era suficiente para alcanzar una buena posición en el mercado por lo que Vlasov ordenó la construcción de tres nuevos buques el primero de los cuales sería el FairMajesty, posteriormente llamado Sitmar FairMajesty tras un cambio en la imagen corporativa de la naviera transalpìna. Con un buque de nueva factura ya navegando (el FairSky), otro en construcción (el FairMajesty) y dos aún mayores proyectados, todo apuntaba a que Sitmar Cruises se convertiría en los años venideros en la compañía de cruceros con los barcos más grandes y modernos del mundo, pero en lugar de eso el nombre de esta compañía desapareció para siempre cayendo en el olvido. ¿Qué es lo que ocurrió?.



Arriba: Dibujo del aspecto que iba a tener el Sitmar FairMajesty, con los nuevos colores corporativos de la naviera Sitmar Cruises.
Abajo: El nombre de Sitmar FairMajesty llegó a grabarse en el casco del buque pero nuestro protagonista de hoy jamás llegó a navegar oficialmente bajo dicha denominación.

 (Foto: John White)

 A finales de 1987 y cuando faltaban unos meses para que el nuevo Sitmar FairMajesty viese la luz Boris Vlasov fallecía durante un viaje a Japón a la edad de 74 años. Su muerte no tendría por qué haber alterado los planes de futuro de la compañía pero el previsor Vlasov había dejado escrito que tras su deceso la compañía debía ser puesta en venta al mejor postor para, con el dinero obtenido, proteger económicamente a su familia. Las navieras se lanzaron como fieras a por una pieza tan apetitosa como era Sitmar y tras una lucha encarnizada la que se llevó el gato al agua finalmente fue la británica P&O. ¿Las consecuencias de esta compra?: Sitmar desapareció como marca propia y P&O cedió a su filial americana, Princess Cruises, la moderna flota de la extinta compañía: El FairSky pasó a ser el Sky Princess y los dos gemelos aún en sus inicios acabarían convirtiéndose en el Crown y el Regal Princess. Aún en astillero el Sitmar FairMajesty se hizo a la mar con el nombre de Star Princess iniciando su actividad comercial en marzo de 1989.

Finalmente nuestro prota debutó oficialmente como Star Princess y con la librea de la naviera norteamericana.
(Fuente: shipspotting.com)

Con el ya ex-Sitmar FairMajesty en la fase final de su construcción pocos cambios pudo introducir la P&O en su nueva adquisición más allá de adecuar un buque de innegable carácter italiano a los gustos del mercado americano. El resto, salvo el cambio de nombre y el nuevo logo de su compañía ni se tocó: el flamante Star Princess era un buque de perfil moderno al que la elección de una propulsión diesel (si bien al principio se barajó también la propulsión mediante turbina de vapor) salvó de un final prematuro como le ocurrió a su compañero de flota, el ahora llamado Sky Princess. Externamente una de las características que más llamaba la atención del nuevo buque de Princess Cruises era la disposición de sus botes salvavidas, colocados en un vano de tres cubiertas y que da a nuestro protagonista de hoy su característico perfil. En el momento de entrar en servicio el Star Princess era uno de los buques de cruceros más grandes del mundo, sólo superado por el recién inaugurado Sovereign of the Seas de Royal Caribbean y por los viejos «liners» reconvertidos en cruceros como el Queen Elizabeth 2 o el France, ya bautizado entonces como SS Norway.

Una característica llamativa del Columbus es el vano de tres cubiertas que ocupan los botes salvavidas. Hasta la aparición de este buque dicha disposición no era nada habitual.

Quedan muchas cosas que contar sobre el Columbus pero eso será en la siguiente entrada. De momento lo dejamos aquí.

En el siguiente post seguiré relatando la historia de este nuevo navegante.
(Foto: José R. Montero)

Salvo las que así lo indican, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas