Llevamos varios días en los que los muelles coruñeses reciben a muchos y muy novedosos buques de cruceros: Pacific Princess, MSC Musica… El pasado domingo tenía lugar uno de las recaladas más esperadas del año con la visita en escala inaugural del Mein Schiff 5, buque de reciente creación y una de las principales novedades del sector en este 2016. Pero la visita del nuevo navío insignia de TUI Cruises no era el plato fuerte del mes de septiembre (al menos no el único): Este jueves A Coruña recibió a otro de los que serán nombre ilustres del año, el Koningsdam, que desde hace apenas 5 meses se ha convertido en el buque estrella de la legendaria naviera Holland America Line. Y si todo esto no fuese suficiente el imponente navío neerlandés estuvo acompañado en esta su primera visita a A Coruña por el buque noruego Midnatsol. Como ven aquí hay mucha tela que cortar así que no esperemos más.

Dos por el precio de uno: A la escala inaugural del Koningsdam (en primer término) este jueves se le sumó la visita del Midnatsol (al fondo).

 Sobre las siete de la mañana y con la oscuridad reinando todavía sobre la urbe herculina hacía su entrada en los libros de historia coruñeses el formidable Koningsdam procedente del puerto británico de Portland. Sus casi 300 metros de eslora atracaron en el muelle de trasatlánticos con su proa apuntando de forma desafiante hacia los Cantones. Apenas una hora más tarde hacía lo propio el noruego Midnatsol que en una maniobra bastante menos espectacular por el tamaño del protagonista (6 veces más pequeño que el buque de Holland) aunque ya realizada con algo de luz se dirigió hacia el habitual amarre alternativo cuando coinciden dos naves de pasaje en puerto, el muelle de Calvo Sotelo Sur. El Midnatsol procedía del puerto de Guernsey, situado en las Islas del Canal, y trajo a A Coruña a unos 400 pasajeros.


El pequeño Midnatsol hizo su entrada ya con algo de luz.

Tan pronto como el Koningsdam hubo asegurado el último de sus cabos a los norays del muelle de trasatlánticos comenzó la operación trasvase; gran parte de su pasaje, unas 2.500 personas de las más variadas nacionalidades, comenzaron a bajar a tierra donde a pie de muelle les esperaban varias decenas de buses para llevarlos a realizar las excursiones contratadas. Allí numerosos guías y personal contratado por la naviera organizaban a los turistas paleta en mano mostrando el número de bus para que nadie se equivocara de vehículo. La operación, pese a lo caótica que puede parecer viéndola in situ, con autobuses llegando y saliendo y multitud de personas caminando por el muelle, se realizó de manera eficiente y en apenas una hora casi todos los pasajeros habían partido ya hacia sus destinos.

Actividad frenética a pie de muelle tras el atraque del buque para organizar la salida de los buses hacia las excursiones.

El sensacional buque propiedad de la naviera Holland America Line se encuentra estos días realizando un crucero de  12 noches de duración con inicio en Amsterdam y que tras las mencionadas paradas en tierras inglesas y gallegas hará escalas en Leixoes, Lisboa, Huelva, Gibraltar, Málaga, Cartagena y Civitavecchia, el que es considerado el puerto de Roma y donde se pondrá punto y final a la singladura. Holland America Line ofreció a sus pasajeros la posibilidad de ampliar la experiencia de 12 a 26 noches unificando la actual ruta con la anterior que zarpó también de Amsterdam y realizó un recorrido por  los países Bálticos, con paradas en Copenhague, Tallin, St. Petersburgo o Estocolmo por citar algunas de ellas.

Las luces del Koningsdam iluminan la dársena coruñesa.

Como sucede en las escalas inaugurales a media mañana tuvo lugar la tradicional recepción a bordo  en la que el capitán de la nave, Emiel de Vries, ejerció como anfitrión ante los representantes de la Autoridad Portuaria y de diversos estamentos locales. En la ceremonia, durante la cual se produjo el habitual intercambio de metopas, el capitán De Vries destacó la «gran belleza» de la ciudad y las «facilidades»
ofrecidas por el puerto para la operativa de atraque y desembarque.

La escala del Koningsdam supuso un nuevo hito para el puerto coruñés.

Es hora de repasar algunas de las características principales de este colosal ingenio flotante. Construído en los astilleros italianos Fincantieri, en su sede de Porto Marghera y puesto en servicio a principios de abril de este mismo año, el Koningsdam es un buque de 99.836 toneladas de registro bruto que tiene unas dimensiones generales de 296 metros de eslora, 38 metros de manga y un calado de 8´6  metros que puede dar cabida en sus 13 cubiertas de pasaje a un total de 2.650 pasajeros en régimen de doble ocupación a los que hay que sumarle sus 1.036 tripulantes. Con estas cifras el Koningsdam se convirtió en el momento de su botadura en el barco de pasaje más grande jamás construído que navega bajo bandera holandesa puesto que al igual que el resto de la flota Holland America Line el navío está registrado en Países Bajos luciendo bajo su propio nombre el del puerto de Rotterdam. El coste constructivo del MS Koningsdam fue de 520 millones de dólares.

En el apartado técnico  el Koningsdam está equipado con una propulsión diesel-eléctrica con cuatro motores MAK de 12 cilindros y otros dos de 8 cilindros además de dos azipods de la marca ABB de 28 MW cada uno. El conjunto es capaz de propulsar al barco hasta los 19 nudos de velocidad de servicio. Para minimizar al máximo el impacto medioambiental en la construcción del buque holandés se han utilizado las soluciones técnicas más avanzadas actualmente aplicables en la ingeniería naval. Relacionado con esta idea de crear el barco más «verde» posible está una de sus características externas más llamativas; es el  gran «ducktail» que el Koningsdam luce a popa, una estructura plana en la línea de flotación y que consigue un importante ahorro de carburante.
  

El «ducktail» de popa (en la foto marcado con flechas rojas) le sirve al Koningsdam para ahorrar combustible.

Pese a que su estampa nos pueda resultar bastante familiar el Koningsdam es la primera unidad de una nueva serie de navíos que recibe el nombre de Pinnacle Class («Clase Cúspide»). La realidad es que, más que nueva, la Pinnacle Class es una evolución de una evolución de las series anteriores. Todo comenzó en el año 2002 con la aparición del Zuiderdam, el primer buque de la exitosa serie Vista Class, de la que también forman parte el Arcadia de la P&O o el Queen Victoria de la legendaria Cunard. En 2008 y con la aparición del Eurodam tomó el relevo la Signature Class, en realidad una serie similar a la Vista Class pero con ligeras modificaciones estructurales y de tamaño. La nueva Pinnacle Class de la que el Koningsdam es su primera creación  es una evolución algo más profunda de esta Signature Class, que crece en unos 11 metros y unas 13.000 toneladas en volumen. Un segundo Clase Pinnacle llegará a principios de 2019; se llamará Nieuw Statendam.

El Koningsdam es el primer buque de la Pinnacle Class.

Lo que sí es completamente nuevo es su nombre y eso sí que es una auténtica noticia para esta naviera. Y es que pocas compañías como Holland America Line son tan defensoras de la tradición y de los valores, algo que se demuestra en el hecho de que a lo largo de sus 143 años de historia sus buques hayan portado tan sólo unos cuantos nombres que se han ido repitiendo con el paso del tiempo. Así en la flota histórica de esta naviera ha habido 6 buques con la denominación Rotterdam, 5 con la denominación Statendam o 5 con la denominación Maasdam… pero ninguno con el nombre de Koningsdam. Su nombre, («Koning» significa «rey» en neerlandés) hace referencia al actual monarca de los Países Bajos, el Rey Willem-Alexander y fue escogido para simbolizar la unión entre tradición y la nueva era que se inicia con la construcción de este nuevo barco.

Koningsdam es un nombre que nunca se había utilizado en la historia de la naviera Holland America.

Tras partir en su viaje inaugural el pasado 8 de abril, un crucero por el Mediterráneo, el Koningsdam puso rumbo al puerto de Rotterdam para la ceremonia de su bautizo oficial. Esta tuvo lugar el 20 de mayo y su madrina fue Su Alteza Real la Reina Máxima de los Países Bajos. Las ceremonias de bautizo de la naviera Holland America Line son algo diferentes a las de otras compañías; aquí la madrina primero vierte una copa de champán sobre la campana del buque. A continuación la ceremonia continúa en el teatro principal de la nave donde la Reina activó el mecanismo que estampó la botella de champán contra la amura del Koningsdam. El impacto con el acero esparció el líquido por el casco, algo que en la superstición marítima se considera como un signo de la buena suerte que acompañará al navío a lo largo de su vida marinera.


Arriba: La Reina Máxima vierte sobre la campana del Koningsdam una copa de champán
Abajo: La botella se rompe en mil pedazos tras chocar con el casco del buque, lo que es símbolo de buena suerte.
(Fotos: Holland America Line)

 Queda todavía mucho que contar sobre este espectacular buque pero de momento lo dejamos aquí. En la segunda parte de esta entrada continuaré el relato de lo que dio de sí la escala inaugural del Koningsdam en A Coruña… y por supuesto hablaré del Midnatsol.

…Y en la segunda parte hablaré del Midnatsol.

Salvo
las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.