(Fuente: www.fromthedeckchair.com)

Me había quedado pendiente la última parte de la entrada especial dedicada al Norwegian Epic con motivo de su visita inaugural al puerto de Vigo hace unas semanas. En las dos partes anteriores había comentado diversos aspectos de esta controvertida nave centrándome sobre todo en la característica que más da que hablar, su discutido aspecto exterior. Dejando de lado este punto tan criticado hoy voy a centrarme en todo lo bueno que ofrece el Epic en su interior, que no es poco, por lo que trataré de resumirlo lo máximo posible.

(Foto: José R. Montero)

Es indiscutible que si por algo es famoso en el mundo entero el Norwegian Epic es por su desgarbada imagen exterior, lo que hace que se le conozca en todo el mundo con el peyorativo apodo del «patito feo», pero a fuerza de ser justos si este navío debiera ser conocido por algún hecho en concreto es por su revolucionaria concepción; nunca antes un buque de este tipo había aportado novedades tan radicales, haciendo en muchos casos tabla rasa con alguno de los axiomas del sector; quizás lo más comparable en términos revolucionarios de diseño sean los buques de la Clase Oasis surgidos un tiempo después. Es esa radicalidad en su concepto la que explica la tan controvertida imagen externa del Norwegian Epic y es que nunca antes en esta industria la forma se había sacrificado tanto en pos de la función. Un ejemplo de lo que acabo de mencionar lo representan los botes salvavidas y su inusual ubicación y es que como ya dije en la entrada anterior el objetivo de tan peculiar disposición es el de lograr una vista diáfana desde todos los camarotes con balcón. Es en este tipo de camarotes donde el Epic se anota su primer tanto a favor ya que sin ser el buque de pasaje con mayor porcentaje de esta clase de alojamientos (en eso lo superan los clase Oasis y clase Quantum, por citar algunos de su clase) este navío es el primer megacrucero en el que sus 1.380 camarotes exteriores presentan balcón, toda una hazaña a la que hay que sumarle la guinda que supone el no obstruír sus vistas con ningún bote.

Vistas sin obstáculos desde cualquier camarote exterior. Todo un logro.

Y es que los alojamientos son sin lugar a dudas una de las principales novedades en esta nave. El apartado de los camarotes ha sido uno de los campos en los que menos había evolucionado el sector de los cruceros… hasta que llegó el Epic. Aquí encontramos por primera vez formas curvas que rompen la atmósfera de cubículo que se suele respirar en este tipo de barcos. Otra innovación además es la estructuración de los cuartos de baño; dividiendo sus componentes (lavabo, ducha, water…) de manera individual por toda la estancia para ganar espacio, un aspecto este último que no ha sido del agrado de todos los que lo han probado. Por lo demás los alojamientos del Epic se dividen en 14 categorías distintas cuyos tamaños van desde los 12 metros cuadrados de los camarotes interiores hasta los 80 metros cuadrados de las Owner´s Suites situadas en las cubiertas 16 y 17. Como ya mencioné en la segunda parte de la entrada gran parte de las suites más lujosas se engloban en el Villa Suite Complex situado en las dos cubiertas más altas de la nave y que incluye instalaciones de uso privado para los inquilinos de esas habitaciones.

Formas redondeadas en los camarotes, El Norwegian Epic ha revolucionado el concepto de alojamiento en los buques de crucero.  
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

La otra gran novedad en los alojamientos del Norwegian Epic son sus 128 camarotes Studio pensados para los que viajen solos. Se trata de alojamientos de 9 metros cuadrados de tamaño que cuentan con una agradable iluminación, una ventana de un solo sentido que da al pasillo e ingeniosas soluciones de almacenamiento. Los camarotes Studio se agrupan en las cubiertas 11 y 12 y cuentan con su sala de estar propia denominada Studio Lounge, una estancia privada que hace las funciones de bar, sala de lectura, etc con la idea de que los ocupantes de estos alojamientos socialicen entre ellos.

Los futuristas y algo claustrofóbicos camarotes Studio.
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

La restauración es otro de los elementos fuertes del Norwegian Epic, no tanto por su calidad que para eso ya tenemos a las navieras premium y sus propuestas culinarias de primerísimo nivel, sino por el concepto Freestyle heredado del resto de la flota Norwegian Cruise Line que algunas navieras (Royal Caribbean por ejemplo) han empezado a copiar. Sin restaurantes ni mesas ni horarios asignados de partida el pasajero puede elegir la opción que más le apetezca dentro del amplio abanico de posibilidades que ofrece a bordo este megacrucero con la única restricción de la disponibilidad de mesas en ese momento. La oferta se compone de 14 propuestas divididas entre las que van incluídas en el precio del pasaje y las que tienen cargo aparte. Entre las primeras figuran el cosmopolita Manhattan Room, que imita la atmósfera de los grandes clubs de la Gran Manzana de la postguerra y que equivaldría al restaurante principal de la nave o el más informal Taste donde destaca su gran lámpara de araña de la que hablaré luego.

El Manhattan Room es el equivalente al restaurante principal de la nave.
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

Entre las opciones que se pagan aparte tenemos un amplio abanico de cocinas internacionales para satisfacer todos los gustos. Haciendo un repaso rápido encontramos La Cucina, un restaurante italiano situado en la parte de proa de la cubierta 14 que goza de unas extraordinarias vistas desde su privilegiada atalaya. En la cubierta 6 se sitúa Spiegel´s Tent, un híbrido entre restarante y sala de espectáculos donde un grupo de acróbatas y trapecistas se mezclan entre los comensales que pueden disfrutar de un show circense mientras cenan. La oferta gastronómica es tan diversa que nuestro paladar podrá hacer un tour por medio mundo sin necesidad de bajar del barco: propuestas como el Le Bistro, especializado en cocina francesa, Shanghai´s (cocina china) o Teppanyaki Grill y Wasabi (dos opciones donde degustar la comida japonesa) por citar algunas de las más relevantes.

Múltiples opciones de restauración a bordo del Epic: Desde el precioso italiano La Cucina (arriba) al francés Le Bistro (abajo).
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

Antes mencioné de pasada la presencia de una lámpara de araña entre lo más destacado de uno de los restaurantes del Epic y merece la pena pararse un poco a explicar esta espectacular estructura  porque no pasa precisamente desapercibida. Se trata de la lámpara de este tipo más grande vista nunca en alta mar y que se extiende sobre tres cubiertas con unas dimensiones que quitan el hipo: tiene una altura de 6´5 metros, 3 metros de diámetro y su peso alcanza las 2 toneladas. Está compuesta por 40.000 piezas de cristal de distintos tamaños y está completamente iluminada por tecnología LED mediante el uso de 10.000 diodos, lo que la convierte además de en la más grande en una de las más eficientes desde el punto de vista energético. La lámpara fue construída en Austria por uno de los principales referentes del sector, que ha realizado multitud de trabajos de este tipo en los principales hoteles y palacios de todo el mundo y su montaje en el Norwegian Epic duró tres semanas.

La espectacular lámpara de LEDs del Norwegian Epic varía periódicamente de tonalidad cromática y constituye toda una atracción en sí misma.
(Fuente: www.cruisecritic.com)

En un mega-resort flotante como éste no puede faltar una pieza clave en la oferta de ocio como son las piscinas. En el Norwegian Epic encontramos varias repartidas a lo largo de la nave siendo el principal centro neurálgico acuático el Aqua Park. Situado en la cubierta 15 esta zona está compuesta por dos piscinas, cinco jacuzzis, una piscina para niños y varias fuentes y chorros de agua, pero la principal seña de identidad del Aqua Park es el Epic Plunge, un enorme tobogán de tres niveles y 61 metros de largo. En la popa de esta misma cubierta encontramos otra zona de piscinas, la Spice H2O, que cuenta con una piscina para adultos, una gran pantalla LED, un bar y una amplia zona de tumbonas. Los residentes del Villa Complex, la exclusiva zona de suites de las cubiertas más altas del buque, cuentan con su propia piscina privada y con el POSH, un exclusivo beach club situado en la cubierta 18.

La zona del AquaPark con el gran tobogán en primer término. Diversión asegurada.
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

Para los amantes de los deportes el Epic ofrece multitud de posibilidades. Muchas de ellas las encontramos en el Sport Complex, a popa de la cubierta 17. Este espacio incluye una pista de baloncesto, una jaula de bateo para practicar beisbol, un rocódoromo y la llamativa jaula de escalada de 8 metros de altura bautizada como The Spiderweb (la telaraña). Si lo que queremos es relajar cuerpo y mente la nave cuenta con el impresionante Mandara Medi-Spa (cubierta 14), un gran complejo de 2.900 metros cuadrados con una amplia oferta de masajes, tratamientos faciales, bótox, blanqueamiento dental o acupuntura. El spa cuenta con su propia piscina de hidroterapia además de jacuzzis, saunas, sillas térmicas, etc…


The Spiderweb. Algo más parecido a una sala de castigo o a una pajarera gigante que a una atracción.
(Fuente: www.cruisecritic.com)

Las opciones de entretenimiento a bordo del Epic son tan variadas y numerosas que por no alargarme demasiado citaré de pasada algunas de las más destacadas. Entre las más convencionales podemos mencionar su espectacular teatro, el Epic´s Theatre, situado a proa de la cubierta 5 y que con sus dos pisos de altura ofrece una capacidad para 681 pasajeros. Es una cifra pequeña si lo comparamos con la capacidad total de pasaje del buque pero los nuevos megacruceros siguen la tendencia de segmentar y diversificar la oferta de ocio; dicho en otras palabras, hay un mayor número de opciones de entretenimiento por lo que el pasaje se reparte entre todas ellas y no se hace necesario ampliar la capacidad de las atracciones (aunque obliga al pasajero a reservar plaza en casi todo antes de iniciar el crucero). El casino tampoco podía faltar en un barco de estas características; un espacio de 1.200 metros cuadrados con diferentes mesas de juego para póker, black-jack, ruleta o los dados, además de 340 máquinas tragaperras. Nada que envidiar al tipico casino de Las Vegas. La opción de escuchar jazz en vivo también está presente en el Epic y la encontramos a popa de la cubierta 6 en el Fat Cats Jazz & Blues Club, un local con una cuidada ambientación donde tienen lugar jam sessions con la participación de músicos profesionales.

(Fuente: norwegianepiccruises.com)

Saliéndonos del ocio más convencional encontramos  originales alternativas a bordo como el Headliners Comedy Club, una sala donde los miembros de The Second City Comedy Troupe realizan monólogos e improvisan sketches con la participación de los pasajeros. Second City empezó como un pequeño teatro experimental en la ciudad de Chicago allá por los años 60 y a lo largo de su más de medio siglo de vida ha sido una inagotabble cantera de actores de comedia como Dan Aykroyd, Bill Murray, Tina Fey, Mike Myers o Steve Carell entre muchos otros por lo que el prestigio de esta compañía asegura las risas en cualquiera de sus funciones. En la cubierta 7 aparece el Bliss Ultra Lounge, una estancia que ya es la marca de la casa dentro de esta naviera. Se trata de una sala multifunción que actúa como discoteca pero que también cuenta con mesas de billar y con una magnífica bolera. En la última remodelación realizada a bordo, llevada a cabo justo antes de su visita a Vigo, una de las grandes novedades fue la inclusión de The Cavern Club, un pub que imita al famoso local que vió nacer a los Beatles. Aquí podremos disfrutar de la música pop británica en un ambiente muy logrado mientras nos tomamos una copa.

La espectacular bolera situada en el Bliss Ultra Lounge.
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

Pero sin ningún género de dudas el rincón más insólito a bordo de este gigante flotante está situado en la cubierta 7 y es el Svedka Ice Bar, literalmente un bar helado, el primero que podemos encontrar en alta mar. Con un aforo de 25 personas los pasajeros que quieran vivir esta experiencia tan heladora tendrán que pagar 20 dólares de entrada que dan derecho al alquiler de una parka y a dos consumiciones durante los 45 minutos que se puede permanecer como máximo en el interior del local. La decoración del bar, que permanece a una temperatura constante de -8 º Celsius, es más bien minimalista con unas cuantas esculturas de hielo además de la barra (también de hielo) y unas pocas sillas del mismo material. Unicamente un televisor rompe con este gélido panorama. Las copas, como no podía ser de otra manera, también son de hielo. 

Para quedarse helado: El Svedka Ice Bar o como la industria crucerística no deja de sorprendernos.
(Fuente: norwegianepiccruises.com)

Y en esta espectacular estancia finalizamos el rápido recorrido por este buque que dejará asombrado a todo aquel que suba a bordo, un enorme patito feo cuya apariencia externa esconde un fascinante y revolucionario mundo interior como pocas veces se había visto antes surcando los océanos. Dicen que no hay que juzgar un libro por las tapas y el caso del Epic es un buen ejemplo de esta afirmación, así que no se fíen de como luce su carcasa y si tienen oportunidad no duden en realizar un crucero en uno de los navíos estrella de su segemento. Al fin y al cabo la belleza está en el interior, ¿no?.

No quisiera terminar este especial de tres entradas dedicado al Norwegian Epic sin agradecer a mi buen amigo Jose Montero la ayuda prestada para la realización de este post.