Hay naves cuyo tamaño las convierten en autenticos hitos de la ingenieria naval y en la muestra del afán de superación humano por llegar cada vez más lejos (piensen por ejemplo en un Oasis of the Seas o en un Grand Princess en su día), otras que tras una longeva carrera llena de innumerables acontecimientos reseñables entran por derecho propio en la historia del transporte marítimo (y aquí podría figurar el Queen Elizabeth 2 por ejemplo).
Pero buques cuya propia concepción y existencia supongan el inicio de toda una era dentro de su «especie», de esos se pueden contar con los dedos de las manos; Pues bien, hoy estamos ante uno de esos barcos.

Les hablo del Artania, que el pasado 18 de julio recaló en A Coruña por unas horas en la que supone su primera escala en la ciudad herculina desde que su naviera, la alemana Phoenix Reisen le otorgara su actual identidad. La nave germana llegó hacia las 7:00 procedente del puerto de Southampton y pasó toda la mañana del lunes en el muelle de transatlánticos.

Y es que ahí donde lo ven el protagonista de hoy tiene todo el derecho a ser catalogado como el punto de partida de la actual corriente crucerística. Quizás no fue el iniciador real de la tendencia de los grandes mega-liners que pululan en nuestros mares hoy en dia (ese tanto habría que apuntárselo a Royal Caribbean con la introducción del Monarch, el Majesty y el Sovereign of the Seas a principios de los 90) pero si que podemos decir que el actual Artania (junto al Europa de Hapag-Lloyd de 1981) fue el que sentó esas bases sobre las que el progresivo aumento de toneladas culminaría en los Celebritys, Disneys, Carnivals y «of the Seas» de última generación que hoy en dia contemplamos casi sin pestañear por lo acostumbrados que estamos ya a que esos mastodontes vengan cada vez con más frecuencia a nuestros puertos.
Más por el concepto en sí que por su tamaño, cuando el Artania (entonces Royal Princess) nació en la cabeza de sus diseñadores se empezó a gestar una pequeña-gran revolución que desembocaría en la industria crucerística que hoy conocemos. Por hacer un símil el Royal Princess fue la revolución francesa que supuso el paso de la edad moderna a la edad contemporánea en los viajes de placer por mar.

El Royal Princess atracado en el muelle de transatlánticos durante su escala 
en A Coruña el 28 de mayo de 1997.

Construido en los astilleros Wartsila de Finlandia en el año 1984 no se trataba del buque más grande jamás construido, de hecho no era más grande que el Canberra, pero su diseño al igual que lo que este histórico barco de la P&O supuso en su día, marcaba la pauta a seguir en la construcción naval y el inicio del crucero moderno.
Todo en él era innovador: Las zonas públicas del barco se situaban por primera vez en niveles inferiores dejando las cubiertas más altas para los camarotes, por lo que de esta manera los pasajeros podían difrutar de unas mejores vistas. Además los camarotes a bordo del Royal Princess eran todos exteriores, algo impensable en aquella época y que incluso en nuestros días no se ve en todos los barcos. La revolución no terminaba ahí ya que rompiendo con la imagen prototípica de los buques clásicos los camarotes del Royal Princess no contaban con los tradicionales «ojos de buey» si no que tenían verdaderas ventanas. Tambien insólito era el hecho de que los camarotes con balcón privado ocupaban por primera vez 2 cubiertas en una nave.

Quizás hoy en día no llame la atención pero la inclusión de ventanas reales 
en lugar de los tradicionales «ojos de buey» en los camarotes constituyó algo 
verdaderamente revolucionario en el diseño del Royal Princess, el actual Artania.

Tras 27 años en manos inglesas, primero en Princess Cruises y después en la compañía matriz, la P&O, la nave pasó a inicios de este verano a formar parte de la flota Phoenix Reisen, la naviera con sede en la ciudad alemana de Bonn, convirtiéndose en su buque insignia. Junto a los otros dos integrantes de la flota, Albatros y Amadea (la naviera siempre utiliza nombres que empiezan por A-) el Artania comparte colores corporativos pero curiosamente no ocurre lo mismo con el registro y en su popa se puede leer el nombre de Hamilton, el mismo que tenía cuando navegaba para la P&O.

Arriba: El Artania luce sus nuevos colores corporativos.
Abajo: Bajo la atenta vigilancia del Sertosa 28 el Artania realiza el giro para atracar dando atrás. 
En su popa se puede leer su actual puerto de registro: Hamilton (Bermudas).

A las 14:00 horas y tras tres bocinazos realmente graves que
resonaron en toda la ciudad, el Artania soltó amarras para poner rumbo a
su siguiente destino, el puerto de Lisboa. Gracias al fenomenal trabajo de mi colega Jose Montero, con el que comparto afición podemos ver al Artania durante su maniobra de salida de la ciudad en este sensacional vídeo que les dejo a continuación:

A principios de octubre, y si las previsiones se cumplen, tendremos una nueva oportunidad de disfrutar en directo de la estampa del Artania en nuestra ciudad, una nave imprescidible a la hora de explicar el desarrollo de toda una industria.

A pesar de acercarse ya a los 30 años de vida, el Artania mantiene una imagen 
moderna fruto de su revolucionario diseño concebido a mediados de los 80.