Costa Cruceros es uno de esos grandes nombres en el mundo de la navegación de placer desde su debut en estas lides hace ahora ya 63 años. Sus naves siempre presumieron de una atmósfera muy acogedora y de algo muy innato en todo aquello nacido en el país transalpino: la elegancia y la belleza del diseño elevado a la categoría de arte. Los barcos de la naviera italiana siempre han figurado entre los más bellos ejemplares del siglo XX con unidades tan espectaculares como el Eugenio C., en mi opinión uno de los barcos de pasaje más bellos de todos los tiempos. Todo esto cambió en el año 2000 cuando Costa fue adquirida por el gigante crucerístico americano Carnival Corp. y la belleza de la simplicidad de las formas se transformó en unos diseños cuanto menos discutibles (a gusto del lector dejo la elección del calificativo) pero que enterraron para siempre la esencia italiana de la compañía.
Ese espíritu casi extinto de italianidad sobrevive en 2 naves (quizás 4) de la flota Costa. Una de ellas, el Costa Marina, nos visitó el pasado lunes 25 de Julio. La nave italiana llegó a nuestra costa hacia las 7:00 horas procedente del puerto de Bilbao y fue recibido por un dia más propio del otoño que del teórico verano que estamos padeciendo.

 Popa acristalada, chimenea múltiple y bandera italiana, señas de identidad
del Costa Marina.

Sus formas ya delatan que no nos hallamos ante un pipiolo de los mares y que constituye todo un «rara avis» en la flota de la americanizada compañía italiana donde comienza a ser inusual encontrar unidades por debajo de las 80.000 toneladas. El Costa Marina es otra cosa. Historia pura de la compañía. No obstante fue el primer barco de Costa Cruceros en lucir el prefijo «Costa» delante de su nombre, ya que hasta ese momento los buques la naviera italiana eran los de miembros de la familia Costa. (Anna C., Eugenio C., Carla C…)

Su peculiar forma responde al hecho de que en orígen el Costa Marina no era una nave de cruceros. De hecho el buque que vemos en estas fotos nació bajo un nombre y una fisionomía completamente distintas. Fue en los astilleros Wartsila de la ciudad finlandesa de Turku donde la naviera Rederi AB Nordstjernan encargó la construcción de una serie de 5 portacontenedores y a 2 de ellos los bautizó con los nombres de Axel Johnson y Annie Johnson. Ambos buques se convertirían con el paso de los años en los actuales Costa Marina y Costa Allegra respectivamente. Los portacontenedores tuvieron una longeva carrera por espacio de 17 años hasta que en 1986 el Axel y el Annie Johnson fueron vendidos a la Regency Cruise Line con la intención de ser reconvertidos en buques de crucero.

 Este era el aspecto original que tenía el Costa Marina en sus inicios. 
Poco que ver con su apariencia actual. 
(Foto: Ray Thorsteinson)

La intención se quedó en eso y ambas naves permanecieron amarradas en los muelles por espacio de varios años sin que se produjeran en ellas cambios significativos, el único que se llevó a cabo fue el cambio de nombre; El Axel Johnson pasó a ser el Regent Sun y el Annie Johnson se convirtió en el Regent Moon (aunque dio igual puesto que nunca navegaron bajo estos nombres).

 El Axel Johnson ya rebautizado como Regent Sun (aún se puede leer su 
antiguo nombre bajo el brochazo de pintura) amarrado en el puerto de El Pireo. 
A su lado se encuentra acodado el Regent Moon, actual Costa Allegra.
(Foto: Autor desconocido)

En 1987 el Regent Sun es comprado por la compañía Navyclub que lo bautiza con el nombre de MS Italia en un intento por llevar a cabo el proceso de reconversión a buque de pasaje pero nuevamente el intento se queda en el cambio de nombre y el buque queda amarrado en el puerto de Génova.
Finalmente en 1988 Costa Cruceros compra a nuestro protagonista y decide llevar a cabo el proyecto de reconvertirlo en barco de crucero y tras 2 años de trabajos en 1990 la nave renace en los astilleros Mariotti de Génova como un buque completamente nuevo: El Costa Marina. Ese mismo año la naviera italiana repitió el procedimiento con el portacontenedores Regent Moon para dar paso 2 años después al actual Costa Allegra, que fue reconstruido siguiendo los pasos realizados en el Costa Marina salvo la excepción de aumentarlo de tamaño con una sección de 13,4 metros de longitud.

El cuasigemelo del Costa Marina, atracado en A Coruña en mayo de 1999.

En 2002 el Costa Marina vuelve a sufrir una nueva metamorfosis si bien ésta no es tan radical como la sufrida en su transformación de buque de carga a buque de pasaje. Costa Cruceros aprovecha la remodelación realizada al barco ese año para orientarlo hacia el pujante mercado alemán con lo que sus interiores se renuevan para satisfacer al turismo teutón. Desde ese momento la compañía publicita el ambiente que se respira a bordo de la nave como la «Deutsche vita»
Exteriormente y a pesar de su «germanización» su aspecto no varía y sigue siendo facilmente reconocible, sobre todo por su peculiar popa donde el predominio del uso del cristal hacen que tanto el Marina como el Allegra sean apodadas como «las naves de cristal».

Detalle de la peculiar popa del Costa Marina.

Su chimenea es otra de sus señas de identidad porque consiste en 5 chimeneas en una, la central pintada en blanco mientras que las de los extremos llevan el amarillo corporativo de Costa Cruceros. Este concepto de «multichimenea» ha sido usado en posteriores construcciones como el Costa Romantica y su gemelo Costa Classica. Posteriormente en 1996 el Costa Victoria también incorporó ese diseño de chimenea que constituyó la imagen de marca de las naves de Costa Cruceros construidas en la década de los 90. Las posteriores incorporaciones de la flota da la naviera italiana simplificaron al máximo el diseño de la chimenea hasta volver a una estructura única, tendencia que se mantiene hasta la actualidad y en las últimas construcciones como el Costa Favolosa o el Costa Luminosa.

El Costa Marina compone junto a su muy parecido Costa Allegra la vieja
guardia de la flota Costa Cruceros y ya desde hace unos años tenía más
que garantizada su inminente salida de la flota. De hecho las 4 unidades
más antiguas de Costa Cruceros (el Marina, el Allegra, el Romantica y
el Classica) llevan unos años a la venta en espera de una oferta
interesante pero mientras ésta no llega siguen trabajando para la
compañía italiana.

Precisamente hace tan sólo unas semanas Costa Cruceros hacía oficial que el Costa Marina abandonará la flota italiana a finales de este año sin determinar el futuro de la nave, algo que suele ser mala señal y que su destino será posiblemente el soplete en alguna playa de la India, China o Bangladesh.
El calendario que cubría el Costa Marina lo realizará el Grand Voyager, que será charteado a la naviera española Iberocruceros durante un período de tiempo indeterminado para cubrir los itinerarios ya confirmados hasta diciembre de 2012. A pesar de que será una situación puntual, el Grand Voyager tomará la imagen corporativa de la naviera italiana (lo que además de los colores significará casi seguro un cambio de nombre).


De esta manera es más que probable que la escala del pasado lunes suponga el adiós definitivo de esta nave a nuestra ciudad, escala que finalizó a las 19:00 horas cuando el Costa Marina soltó cabos para poner rumbo al puerto de Leixoes, su siguiente destino en una travesía de 8 noches de duración por el Atlántico.
Sólo me queda decir una cosa: Arrivederci Marina!