Pequeño pero robusto… Pese a su reducido tamaño en comparación a los grandes colosos flotantes que conforman la actual flota crucerística, el Fram no pasa desapercibido allá donde va y el pasado 3 de abril los coruñeses tuvimos oportunidad de comprobarlo. Pasadas las 19:00 horas el buque noruego asomó tras los dominios de la Torre de Hércules procedente del puerto de Vilagarcía, donde había desembarcado a parte de su pasaje y que aprovechó el día para descubrir algunos rincones de la geografía gallega.

Se trata sólo de un viaje de paso en el que el Fram nos visita durante su cambio habitual de hemisferios que sucede sobre estas fechas y que le lleva desde las inhóspitas regiones antárticas a los no más concurridos territorios árticos. Resulta curioso que esta nave se pase todo el año en la estación veraniega y esté siempre rodeado de hielo por todos sus costados…

Fram con hielo, la bebida del verano
(Foto: Steve Newman)

Durante el cambio de hemisferio se realizan los llamados cruceros de reposicionamiento en los que una nave cambia de zona geográfica, generalmente coincidiendo con el cambio de estación. Estos cruceros suelen tener una gran aceptación porque sus rutas son bastante inusuales, de mayor duración, y para atraer a un mayor número de pasajeros suelen tener unos precios bastante asequibles.

Aprovechando la circunstancia de que nos encontramos en el mes Titanic por excelencia con la celebración del centenario de su hundimiento el próximo 15 de abril (¿se puede decir «celebración» en un evento donde se perdieron mil quinientas y pico vidas?) les diré que el Fram es, posiblemente el buque de toda la flota crucerística actual que más próximo estuvo a la desgraciada experiencia vivida por el mítico transatlántico de la White Star Line. Les cuento la película (aunque ya les advierto de antemano que en ésta no saldrán ni el Di Caprio ni la Winslet).

Resulta que hace ya unos años, concretamente a finales de diciembre de 2007 el Fram sufrió un incidente en aguas de la Antártida debido a un «blackout», uno de los males más comunes entre la flota mercante y que cuando ocurre en una unidad de crucero asegura dos cosas: primero que los pasajeros estarán incómodos durante un tiempo indeterminado y segundo que barco y naviera saldrán nombrados en los medios de comunicacion.
La caida de la planta eléctrica provocó que la nave perdiera propulsión y quedase a la deriva durante dos horas completamente a merced del viento y las olas, que la fueron arrastrando hasta chocar con una pared de hielo donde el Fram quedó recostado sobre su lado de estribor. El impacto fue muy suave de manera que no hubo que lamentar ni heridos ni daños estructurales importantes en el buque.

¡Iceberg por proa!
(Fuente: Hurtigruten)

Una vez recuperados todos los sistemas, el Fram puso rumbo hacia la base antártica chilena de Eduardo Frei a la que llegó por sus propios medios y en donde se le realizó una inspección para comprobar los daños, tras la cual se constató que podía reemprender el crucero sin problemas.
Como pueden observar, no tiene mucho que ver con lo que le sucedió al Titanic, pero al menos el Fram sabe lo que es ser «tocado» por un letal y frío dedo de hielo, aunque sin consecuencias fatales; ni falta que hace…

Los daños del accidente fueron mínimos resultando afectado 
sólo un bote salvavidas del costado de estribor.
(Foto: autor desconocido)



Tras una breve estancia de apenas tres horas en nuestra ciudad, y una vez que todos sus pasajeros volvieron de las excursiones el Fram reemprendió viaje para seguir rumbo al norte en busca de su hábitat acostumbrado en las proximidades del Polo Norte, donde permanecerá hasta octubre. Ya ven; hay quien en verano prefiere la playa y otros que buscan todo lo contrario. Para gustos se hicieron colores…