Destacada presencia el pasado lunes 14 de mayo en el puerto de A Coruña, y es que hablar del Seabourn Sojourn son palabras mayores. El lujoso buque de la compañía americana Seabourn Cruise lines llegó a primera hora de la mañana procedente del puerto de Leixoes haciéndole compañía durante toda la mañana al Astor, que pernoctó en la ciudad esa noche.

El Seabourn Sojourn compartió muelle por espacio de unas horas con el Astor.

Sin duda nos hallamos ante una de las mejores naves dedicadas al negocio de los viajes de placer por mar. No lo digo yo, lo dicen los entendidos, que si nos ceñimos al ámbito de la industria de cruceros es hablar de la prestigiosa Guia Berlitz, algo asi como la guia Michelin en la gastronomía.

Cada año esta reputada publicación analiza al detalle multitud de parámetros de cada uno de los barcos que componen la vasta flota dedicada a la realización de cruceros, puntuando cada aspecto de los buques, desde sus instalaciones hasta su servicio a bordo, pasando por las rutas que realiza y obteniendo al final una clasificación completamente objetiva del nivel de calidad que ofrecen cada uno de ellos. Pues bien; en esa clasificación el Seabourn Sojourn figura por derecho propio en el top ten de las naves dedicadas a este negocio y si tenemos en cuenta que supera en puntuación a más de 300 buques está claro que hablamos de una cosa seria.

¿Que ofrece el Sojourn para alcanzar cotas de lujo que no pueden alcanzar más de 300 naves?. En primer lugar el cuidado y la atención que sólo Seabourn puede ofrecer y que la convierten en la compañía más lujosa del mundo. Dicho calidad de servicio se puede ofrecer gracias a uno de los ratios pasajero-tripulante más espectaculares jamás vistos en alta mar: 1.3, lo que significa que a bordo casi hay un miembro de la tripulación por cada turista.

 (Foto: Manuel Candal)

Esta espectacular cifra redunda en la atención llevada al extremo y que se puede expresar en mil y un detalles: en el momento del embarque cada pasajero es acompañado por un miembro de la dotación a su propio camarote, en el que contaremos con nuestro propio asistente para todo lo que necesitemos. De hecho este asistente se presentará a los pocos minutos de habernos instalado, con unas copas de champagne y una bandeja de canapés a modo de bienvenida. Y en el camarote no acaban los detalles; al llegar al restaurante las damas son conducidas del brazo hasta la mesa, donde degustaremos magníficos platos inigualables casi para la mayoria de restaurantes en tierra. Quizás piensen que recibir estas atenciones requiere esperar a una hora concreta asignada al inicio de la travesía pero se equivocan de barco; a bordo del Seabourn Sojourn no hay horarios predeterminados o turnos para comer y cenar; lo haces como y cuando quieras.
 

Toda esta dedicación por parte de los miembros de la tripulación es el santo y seña de la naviera y no busca un premio adicional por parte del cliente, de hecho las propinas no se admiten a bordo del Sojourn.

En la punta de la proa el Seabourn Sojourn cuenta con un espectacular jacuzzi.

Por muy alto que sea el nivel del servicio, las instalaciones a bordo del Seabourn Sojourn están más que a la altura y rozan lo increible. Para disfrutar de nuestra travesía podremos elegir cualquiera de los 225 camarotes, todos ellos exteriores y el 90% con balcón privado, y lo más probable es que tras cruzar el umbral de la estancia nos quedemos con la boca abierta ante lo que observamos: cama de matrimonio con sala de estar independiente, un vestidor en lugar del típico armario y un baño recubierto de mármol en el que no existe ducha y en su lugar aparece una enorme bañera… pero realmente estamos en un «camarote»?. Mejor sustituyan esa palabra por suite.

1, 2, 3,…. y así hasta un total de 199 suites con balcón exterior.

El resto de instalaciones del Sojourn siguen esa misma tónica. Se podría destacar el Spa, situado a popa de la cubierta 9 y que con una superficie de 1.068 metros cuadrados repartidos en dos pisos se convierte en la instalación de este tipo más grande jamás vista en un barco de cruceros de estas proporciones. Otra de las zonas destacadas del Seabourn Sojourn, y que también podemos encontrar en toda la flota de la naviera americana es la marina de popa, en la cubierta 3, que durante los cruceros por aguas del Caribe permite a los pasajeros disfrutar de actividades acuáticas desde el propio barco tales como el esquí acuático o el paseo en bote a remos, incluso bañarse en el propio mar con total seguridad gracias a la malla de acero que circunda la zona.

Arriba: Las flechas señalan la ubicación de la marina (evidentemente recogida) en la popa del Sojourn.
Abajo: Una vez desplegada, la marina permite disfrutar de variadas actividades acuáticas mientras el buque se encuentra fondeado.
(foto abajo cortesía de Seabourn)

Tras una escala que se prolongó por espacio de 12 horas, hacia las ocho el Seabourn Sojourn puso fin a su estancia en A Coruña y zarpó rumbo a su siguiente destino, la ciudad irlandesa de Cobh. Su próxima recalada en  nuestras aguas no tendrá lugar hasta 2013, fecha en la que volverá a deleitarnos con su derroche de lujo y sofisticación.

(Foto: Manuel Candal)

Como siempre que me brinda su colaboración con su magnífico material fotográfico, no quiero finalizar la entrada sin felicitar y agradecer a Manuel Candal su gran labor y ayuda.