Procedente de Vigo y en medio de un tiempo primaveral, a media tarde del pasado domingo 13 de mayo hacía su entrada en la bahia coruñesa el Astor en la que supone su primera escala en la ciudad en este 2012.

La llegada del Astor cerró una semana pródiga en escalas de cruceros en A Coruña. En total han sido 6 las naves de pasaje que han recalado en nuestro puerto en los últimos 7 dias si bien hay que decir que la de nuestro protagonista de hoy es una recalada muy especial por más de un motivo.

Primero porque el Astor no es muy pródigo en visitas en nuestra ciudad, de hecho la última corresponde a mayo de 2009 (al menos con su nombre actual) y si su imagen nos es extrañamente familiar se debe a que su muy parecido aunque no gemelo Saga Pearl II se deja caer por aqui con más frecuencia. Tan fácil de comprobar que estos buques comparten genes es echar un vistazo a su característica chimenea.

Detalle de la peculiar chimenea del Astor, gemela en forma a la de su
 «primo»  Saga Pearl II.

El Astor fue construido en 1987 en los astilleros alemanes de Howaldtswerke-Deutsche Werft de Kiel bajo su nombre actual pero tras poco más de un año pasó a manos soviéticas, donde fue rebautizado como Fedor Dostoevskiy, recuperando su nombre actual en el año 1995. Con un registro bruto de 20.606 toneladas el Astor tiene 176.2 metros de eslora, 22.6 metros de manga y un calado de 6.1 metros y en su interior puede acomodar a un total de 650 pasajeros con una tripulación de 300 personas. En la actualidad el buque trabaja para la compañia alemana Transocean Tours, especializada en el mercado nacional.

Pero si por algo es especial esta escala lo es por sus inusuales características. El buque arribó de madrugada a Vigo procedente de Lisboa para pasar la noche en la ciudad olívica, algo no muy habitual, reanudando viaje a primera hora de la mañana no sin antes dejar a buena parte de su pasaje en tierra para que disfrutaran de las excursiones programadas durante toda la jornada. Mientras sus pasajeros pasaban el dia descubriendo diversos rincones de Galicia, el Astor se dirigió rumbo a nuestra ciudad adonde llegó a media tarde. Lo normal en estos casos es una parada breve de poco más de una hora para recoger a los pasajeros, pero en este caso el barco alemán vino para quedarse y su estancia en la ciudad se prolongó durante más de 20 horas, pernoctando en el muelle. Es la segunda vez en el año que un buque de estas características duerme en el puerto tras la experiencia del Deutschland hace sólo una semanas.

Esto convierte a la iniciativa del Astor en pionera puesto que no se recuerda (al menos yo no lo hago) a ningún barco que haya pasado dos noches seguidas en puertos gallegos. Es de agradecer el esfuerzo realizado por Transocean Tours (que implica un mayor gasto de dinero en costes de atraques) al realizar este tipo de escalas puesto que de esta manera se permite al pasaje tener más tiempo para descubrir nuestra geografía, fomentando asi la expansión de la marca Galicia por todo el mundo.

El Astor compartió amarre con el Seabourn Sojourn (atracado por su popa) 
en la mañana del lunes.

Tras pasar la noche y descubrir a primera hora de la mañana que contaba con un nuevo compañero de habitacion (el Seabourn Sojourn, que llegó a primera hora de la mañana del lunes y que atracó junto a él) el Astor reemprendió la marcha cuando el reloj marcaba las 15:45 y tras soltar cabos puso rumbo al norte hacia St. Peter Port, la capital de la isla de Guernsey situada en la costa de Normandía.